La revalorización y dignificación de la hoja de coca
La revalorización y dignificación de la hoja de coca (documento de trabajo)
Embajada de Bolivia en la República Argentina
El Gobierno Nacional enfatiza su voluntad política de revalorizar y dignificar a la hoja de coca, promocionando sus valores histórico-culturales, impulsando los procesos de industrialización y comercialización lícitas; además de desarrollar acciones orientadas al cambio de su status jurídico en el marco de las Convenciones Internacionales sobre la materia. A tal efecto se desarrollan las dimensiones histórico-cultural, científica, diplomático-legal, económico-industrial y medio-ambiental de la hoja de coca.
Por una parte, se considera que la hoja de coca como el vínculo entre el ser humano y la Pachamama, el eje de la interacción de reciprocidad del mundo indígena, por lo tanto esencial en la cosmovisión andina, y un elemento que acompañó a los pueblos originarios a lo largo de la historia.
Asimismo, se reconoce las propiedades medicinales, terapéuticas, curativas y paliativas de la hoja de coca, así como sus facultades de complemento nutricional y energético, en base a los estudios sobre el valor de la coca realizado por James A. Duke, Davis Aulik y Timothy Plowman de la Universidad de Harvard el año 1975, así como el efectuado por la Organización Mundial de la Salud (OMS/UNICRI-Proyecto Cocaína 1995), en el cual se menciona que la hoja de coca no produce efectos negativos en el consumo del ser humano.
El documento está orientado a lograr el retiro de la hoja de coca de la Lista I de la Convención Única de Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961. En este marco, el Gobierno boliviano ha iniciado acciones diplomáticas en los planos bilateral y multilateral, con el propósito de contar con la aceptación y respaldo de la comunidad internacional.
Se trata también de impulsar la industrialización y comercialización de la hoja de coca en diferentes productos medicinales, farmacéuticos, complementos nutricionales y otros derivados, aprovechando sus propiedades terapéuticas, valores vitamínicos, minerales y alcaloides naturales.
Además se orienta a revalorizar a la hoja de coca como un producto de la biodiversidad nativa, bajo parámetros de cultivo orgánico y racionalización.
1. ANTECEDENTES
1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICO - CULTURALES Y ESPIRITUALES
La hoja de coca ha sido parte sustancial de las culturas originarias y su aparición se remonta aproximadamente a 3.000 años A.C. Son muchos los indicios arqueológicos que demuestran su uso en América, entre los cuales se pueden mencionar:
• Cultura Cocle: cerámicas en Centroamérica (700- 500 A.C.);
• Tairones Magdalena y Capulli: cerámicas en Colombia (1000 A.C.);
• Huita, Monolito “el Coquero”, el Tablón San Agustín en Colombia (1000 A.C.);
• Valdivia, cuarta fase: chullpas, cerámicas en Ecuador (2500 A.C.);
• Nazca- Moche: restos, chullpas y cerámica en Perú (600- 300 AC);
• Ancon: hojas de coca en Perú (1900 1750 AC);
• Machachila, cementerio de Chorrera, en Península de Sta. Elena en Perú (300-100 A.C.); y
• Puquina, Urus, Tiwanacu y Chullpas en Bolivia (1500-1200 A.C.).
Las evidencias históricas demuestran que la hoja de coca es usada desde hace milenios en las culturas andinas y desde hace siglos por las culturas amazónicas y guaraníes. La hoja sagrada, conocida como Mama Coca o Inalmama, fue el centro de la espiritualidad indígena y de los pueblos originarios.
Para comprender la compleja y milenaria historia de la hoja de coca, se debe considerar cuatro periodos:
a) Época preincaica
En el periodo preincaico, el uso y consumo de la hoja de coca era esencial en la “Cosmovisión Andina” y su utilización fue muy diversificada en creencias, ritos, medicinas y actividades culturales. La hoja de coca era también considerada como un oráculo andino.
En el cuarto periodo de la cultura Tiawanacota, el comercio de coca entre los Yungas y el altiplano se había generalizado. Se tiene conocimiento, además, de que antes del Incario los ayllus aymaras del reino Lupaca poseían cocales en la región de los Yungas, Chicaloma.
Las acciones de grupos étnicos como los Lupaca, Pacajes y otras culturas como Puquina y los Urus, en los que se considera que el cultivo, comercialización y consumo de la hoja de coca estaban insertos en el control de diferentes pisos ecológicos .
De igual manera, la historia del cultivo de la coca en el Trópico de Cochabamba se remonta a las épocas pre-incaicas y continúa hasta nuestros días, en los Yungas de Vandiola, en las provincias de Carrasco y Tiraque , y en la localidad de Pocona.
b) Época Incaica.
Prácticamente todos los cronistas dan noticia del uso y consumo de la hoja de coca, y de su inserción en la vida religiosa andina: la coca era adorada como una deidad, hija de la Pachamama.
Algunos estudiosos -influenciados por los cronistas españoles- señalan que el cultivo de la hoja de coca era monopolio del Inca y de su aristocracia, por estar sujeta a estrictas reglamentaciones y solamente era disfrutada por la élite gobernante.
Sin embargo, si bien en el Incario la hoja de coca fue objeto de uso político, al ser parte importante de los tributos y regalos al Inca, éste a su vez redistribuía entre sus jefes y principales, quienes la obsequiaban al pueblo. La hoja de coca no era monopolio de un grupo restringido, aunque sectores reducidos hayan tenido mayor acceso a ella. (Murra 1986). Distribuir, invitar y regalar coca es sinónimo de status que jefes y gente de prestigio debe realizar como parte del sistema cultural andino. (Mayer 1986).
El uso de la hoja de coca en esta época se debió a sus cualidades medicinales y sobre todo por ser el centro de la cosmovisión andina. Su consumo abarcaba todo tipo de actividades sociales y de trabajo. El uso ceremonial era de carácter colectivo, en ocasiones muy importantes, basado en las solemnes normas de aquella época.
En el Tawantinsuyo los centros más importantes de producción de coca fueron Paucartambo en el Cuzco, los Yungas de La Paz y los Yungas de Pocona, donde quedan restos arqueológicos de caminos que conducen a la región productora de coca en Chuquioma. La reintroducción de las plantaciones de coca se inició con la instauración de la Hacienda de Chuquioma cuyos límites llegaban a las misiones jesuíticas de Moxos (en el actual departamento del Beni).
c) Época de la colonia
Con relación al uso y consumo de la hoja de coca en la época colonial, la iglesia tuvo una gran influencia en las autoridades españolas desde los primeros años de la conquista, especialmente en el uso ceremonial porque la asociaba a la práctica de la idolatría.
La iglesia y los españoles se ensañaron en un principio contra el cultivo y uso de la hoja de coca, por constituir el centro de la espiritualidad andina, promulgándose normas para la erradicación de cultivos de coca. El Consejo Eclesiástico en Lima en 1551 calificó a la hoja de coca como “talismán del diablo”, persiguiéndose a los productores y consumidores.
Los usos tradicionales, medicinales y ceremoniales fueron vistos por los españoles como supersticiones y vicios exagerados. Cieza de León consideraba el uso de la coca como una costumbre enviciada de los indios.
Posteriormente, en 1567, por el auge de la extracción de la plata en el Cerro Rico de Potosí, se relacionó a la hoja de coca con el trabajo. Viendo su importancia económica, la iglesia no adoptó posición contraria al consumo o cultivo de la coca, puesto que los diezmos de hoja de coca pagaban la mayor parte de sus estipendios. En esta época, la iglesia llegó a fomentar su cultivo y se dedicó además a la adquisición de haciendas cocaleras.
El Rey Felipe II trató de establecer medidas para limitar el cultivo de coca en el año 1573. Sin embargo, por recomendación del Virrey Toledo, quien comprendió la importancia de la hoja de coca en relación al trabajo indígena, Felipe II declaró a la hoja de coca indispensable para el bienestar de los indios.
Posteriormente, los españoles, evidenciando las ventajas comerciales de la coca, se dedicaron al cultivo y a la comercialización de miles de cestos y tambores de coca para concentrar sus fortunas. En el siglo XVI, unos 2.000 ciudadanos españoles ya tenían grandes negocios de coca, fomentándose el comercio de la coca que llegó a ser el segundo más grande después del comercio de la plata de Potosí.
Años más tarde, se aprobó la alcabala que consistía en que todos los comerciantes de la hoja de coca debían pagar impuestos en el pueblo o jurisdicción donde comerciaban.
Por otra parte, Pocona -en el Departamento de Cochabamba- se convirtió en un importante centro de producción de coca debido a su densa población, y se constituyó en una de las más ricas encomiendas distribuidas por los conquistadores españoles.
Por lo considerado anteriormente, se demuestra que la coca se producía en la Colonia principalmente para abastecer la explotación minera en Potosí, y significó un importante ingreso en alcabalas, diezmos, primicias y veintenas para el Estado colonial.
d) Época Republicana
El cultivo de la hoja de coca se incrementó en los inicios de la República más que en la época anterior debido a su importancia económica, ocasionada por la mayor habilitación de tierras en las haciendas de los Yungas para su plantación y a la existencia de un mercado asegurado en los centros mineros y comunidades rurales.
En 1830 se conformó la Sociedad de Propietarios de los Yungas constituido por influyentes terratenientes que formaron haciendas con extensos cultivos de coca.
Algunos exploradores de la Amazonía boliviana mencionan en sus escritos sobre la existencia de grandes extensiones de plantaciones de coca realizadas por los aborígenes del lugar en las inmediaciones del río Madre de Dios y otras regiones del Departamento del Beni. (Gerdon W., L.Gibron L., Nants L.: 1853).
Desde principios del siglo XX, la producción anual de la hoja de coca en las provincias Nor Yungas, Sud Yungas e Inquisivi del Departamento de La Paz representaba las tres cuartas partes de la producción total de Bolivia (16.457.115 kilogramos) y el restante correspondía a las regiones de Vandiola, Totora, Vallegrande y otras.
Los cultivos de hoja de coca se encontraban en manos de grandes latifundistas que formaban parte de la Sociedad de Productores de los Yungas. Sin embargo, a consecuencia de la Revolución de 1952, las tierras fueron devueltas a los indígenas con la Reforma Agraria; proceso que disminuyó la producción en las zonas de producción de coca como resultado de la diversificación de la producción como es característica en las culturas andinas.
Mientras la producción de la hoja de coca estuvo en poder de los grandes terratenientes, el Estado asumió su defensa en el contexto internacional, declarándola mediante Decreto como producto de primera necesidad. Esta posición cambió cuando la producción pasó a propiedad de los campesinos. Coincidentemente con este cambio, se aprobó la Convención Única de 1961 de Naciones Unidas .
A fines de la década de los 70’, los antropólogos Carter y Mamani, con apoyo financiero de USAID/Bolivia, realizaron un estudio cuantitativo y cualitativo sobre el uso de coca en áreas rurales de seis departamentos cordilleranos de Bolivia, identificando que el 82 % de esa población “acullicaba” coca.
En el ámbito científico, en 1860, el científico alemán Albert Nieman aisló el alcaloide de la hoja de coca denominándolo “cocaína”, que se convirtió posteriormente en el anestésico que inició la era de las operaciones sin dolor . Para la medicina, la cocaína se convirtió en la “estrella de la farmacología”.
La hoja de coca dio origen a diversos productos como ser el famoso vino “Mariani”, la “coca des incas”, entre otros, mereciendo el reconocimiento de autoridades eclesiásticas y personalidades de la época.
La farmacia de París, los laboratorios Merck y Park Davis elaboraban industrialmente cocaína, comprando para este fin toneladas de hojas de coca de Bolivia y Perú. Asimismo, con el surgimiento de la bebida Coca Cola en 1868 aumentó la demanda de hojas de coca.
A principios de la década de los 80’, se inició la llamada “guerra contra las drogas” declarada por los EE.UU., teniendo como objetivo principal la eliminación de las plantaciones de la hoja de coca, por ser considerada materia prima para la elaboración de la cocaína.
La llamada “guerra contra las drogas” dio origen a la aprobación de leyes y políticas de carácter represivas contra la hoja de coca. Asimismo fue el factor para enfrentamientos entre productores cocaleros que defendían sus plantaciones sin tener relación alguna con el narcotráfico y las fuerzas de seguridad que recibían órdenes de los EE.UU. a través del Gobierno boliviano, lo que trajo como resultado enfrentamientos violentos y violación de los derechos humanos, además de muertes y cárceles atestadas de campesinos.
Soportando el estigma “de país productor de cocaína”, los distintos gobiernos bolivianos, a los que les tocó administrar la crisis económica, suscribieron con EE.UU. una serie de convenios a los que se sumó la cooperación financiera a través de programas de asistencia militar y técnica. Esta política fue resistida por los productores de hoja de coca como una medida reivindicativa que luego se tornó en un movimiento político que involucró a una mayoría de la sociedad civil.
1.2. ANTECEDENTES CIENTÍFICOS
El nombre científico de la coca es Erythroxylum coca y pertenece a la familia de las eritroxiláceas. Se cultiva en regiones de Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Brasil y se consume también en el norte de Argentina y Chile.
La hoja de coca es un elemento importante para la población quechua, aymara y guaraní por sus múltiples aplicaciones medicinales y valor nutricional. No hay evidencia científica de daño alguno a la salud provocado por la hoja de coca.
La mayoría de los estudios científicos desarrollados sobre la hoja de coca tratan sobre sus alcaloides, comparando los efectos de la coca y de la cocaína sobre determinados grupos de muestra.
Entre los principales estudios se pueden mencionar los siguientes:
• Zapata O., Vicente. “Modificaciones psicológicas y fisiológicas producidas por la coca y la cocaína en los coqueros”. (1944-Perú).
• Risemberg M., Francisco. “Acción de la coca y de la cocaína en sujetos habituados”. (1944-Perú).
• Ciuffardi, Emilio. “Dosis de alcaloides que ingieren los habituados a la coca”. (1948-Perú).
• Duke, James A. David Aulik y Timothy Plowman. “Nutritional value of coca”, en el Botanical Museum Leaflets, Harvard University, donde se muestra los contenidos de nutrientes de la hoja de la coca, comparado con un promedio de otros 50 productos vegetales de América Latina (1975).
• Hanna, Joel M. “Coca Leaf use in southern Perú”: some biosocial aspects”, publicado en American Antrhropologist (1976).
• Turner, C.E., MA C.Y., Elsohly M.A. “Constituents of Erythroxylon coca. II. Gas – Chromatographic Analysis of Cocaine and other Alkaloids in Coca Leaves”, publicado en el Journal of Ethnopharmacology, Vol.3 (1981).
• Rivier, L. “Analysis of Alkaloids in leaves of cultivated Erythroxylon and characterization of alkaline substances used during coca chewing”, publicado en el Journal of Ethnopharmacology, Vol.3 (1981)
• Plowman, Timothy. “Anorexigeno”, “Antidepresivo de Acción Rápida o Estimulante y “Digestivo” publicado en Etnobotanics in the neotropics New York Botanical Garden” (1984-USA)
• W. Carter y Mamani, M. “Coca en Bolivia”. (1986)
• Chamochumbi, Nelson. “Efectos de la coca sobre el metabolismo basal en sujetos no habituados”, tesis doctoral en la Revista de Farmacología y Medicina Experimental (1994).
En Bolivia el Instituto Boliviano de Biología de la Altura (IBBA), conjuntamente con el Centro de Investigaciones Botánicas y el Departamento de Biología, estos últimos de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS-Cochabamba), apoyados por el Instituto Francés de Investigación Científica para el Desarrollo en Cooperación (ORSTOM), realizaron varios estudios de investigación de la hoja de coca, publicados en 1997 en el libro “Usos de la Hoja de Coca y Salud Pública”, entre los que se incluyen:
• Sauvain, M; Moretti, C., Rerat, C; Ruiz, E.; Bravo, J.A.; Munoz, V., Saravia, E.; Arrazola, S.; Gutierrez, E., Bruckner, A. “Estudio Químico y Botánico de las Diferentes Formas de Erythroxylum Coca Var. Coca Cultivada en Bolivia”.
• Rerat, C; Ruiz, E.; Sauvin, M.; Rop, P.P; Bresson, M.M Viala, A. “Absorción de los Principios Activos de la Hoja de Coca en el humano sano, durante el uso tradicional”.
• Spielvogel, H.; Caceres E.; Favier R. “Coca y Esfuerzo Físico”.
• Villena, M.; Vargas, E.; Alarcón, A.M.; Gonzales, C. “Efectos del Consumo Tradicional de Hojas de Coca sobre la respiración”.
• Galarza, M.; Peñaloza, R.; Echalar, L.; Aguilar, M. “Efectos del Acullico de Coca en el Metabolismo de la Glucosa”.
• Rodriguez, A.; Guillon, L.; Chavez de M., “Uso de la Hoja de Coca y Hematología”.
• Lujan M. C. “Ingesta Alimentaria en Acullicadores y no Acullicadores de dos Comunidades Rurales”.
• Hurtado, J. “Antídoto contra la adicción a la cocaína”. “Coca leaf Chewing as therapy for cocaine maintenance” Annales Medicine Interne (2000-Paris France).
• Nootropico o geriátrico por su efecto sobre la oxigenación cerebral y antifatigante.
• Monasterios, Tatiana. Anticaries. Tesis Doctoral, Universidad de Goettingen, Alemania.
• Internacional Coca Research Institute - ICORI, Holanda “Cocaine the legend”, Jorge Hurtado, Andrew Weill (Timothy Plowman: Etnobotanics in the neotropics New York Botanical garden Bronx New York USA 1984).
1.3. ANTECEDENTES DIPLOMÁTICO-LEGALES
La Organización de Naciones Unidas (ONU) en su segundo periodo de sesiones (24 de julio al 8 de agosto de 1947) recomendó al Consejo Económico y Social (ECOSOC) que envíe una comisión de estudio a Perú y Bolivia.
Cabe recordar que el Informe de la Comisión de Estudio de las Hojas de Coca de las Naciones Unidas del año 1950, surgió a pedido formal del Gobierno del Perú el 22 de abril de 1947, al cual se sumó posteriormente Bolivia en fecha 20 de abril de 1949, solicitando al Secretario General de las Naciones Unidas que el estudio sobre los efectos de la masticación de la hoja de coca sea extensivo a Bolivia.
Posteriormente, el ECOSOC aprobó el envío de una Comisión investigadora encargada de estudiar los efectos de la masticación de la hoja de coca y la posibilidad de limitar su producción y reglamentar su distribución. En agosto de 1951, el ECOSOC tomó nota del Informe de la Comisión del Estudio de la Hoja de Coca.
En julio de 1954, la Comisión de Estudio presentó recomendaciones a los Gobiernos de Perú y Bolivia que básicamente se enmarcaban en lo siguiente:
• Necesidad de mejorar las condiciones de vida de la población en la que la masticación es un hábito generalizado.
• Necesidad de poner en vigor en Bolivia y Perú una política gubernamental para limitar la producción, reglamentar la distribución y suprimir la masticación de la hoja de coca.
A partir del año 1955, en el seno de la Comisión de Estupefacientes se iniciaron las deliberaciones para la elaboración de un documento vinculante sobre la materia, que culminó con la aprobación de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. Bolivia no la firmó, pero en fecha 23 de septiembre de 1976 se adhirió sin reservas a la Convención enmendada por el Protocolo de 1972. Esta Convención incluye, de manera injusta, a la hoja de coca en su Lista I calificándola como estupefaciente y prohibiendo asimismo su “masticación” dentro de 25 años.
A finales de 1988 se aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas. En esa oportunidad, las Delegaciones de Bolivia y Perú lograron el reconocimiento de la dimensión histórica de la hoja de coca. El artículo 14 de esa Convención señala: “Las medidas que se adopten deberán respetar los derechos humanos fundamentales y tendrán debidamente en cuenta, los usos tradicionales lícitos, donde al respecto exista la evidencia histórica, así como la protección del medio ambiente”.
Asimismo, el 10 de junio de 1990, a tiempo de depositar el instrumento de ratificación de la Convención de Naciones Unidas de 1988, Bolivia presentó una Reserva sobre los usos tradicionales de la hoja de coca, en los siguientes términos:
• “Que la hoja de coca no es, por si misma, un estupefaciente o sustancia psicotrópica;
• Que su uso y consumo no causan alteraciones psíquicas o físicas mayores que las resultantes del consumo de otras plantas y productos cuyo uso es universal y libre;
• Que la hoja de coca tiene amplios usos medicinales amparados por la práctica de la medicina tradicional defendida por la Organización Mundial de la Salud y confirmada por la ciencia;
• Que (la hoja de coca) puede ser usada con fines industriales;
• Que la hoja de coca es de uso y consumo generales en Bolivia, por lo cual, si se aceptaran las disposiciones mencionadas, gran parte de la población boliviana tendría que ser considerada criminal y sancionada como tal, lo que hace que las normas sean inaplicables en el caso concreto;
• Que es necesario dejar constancia que la hoja de coca se convierte en droga cuando se la transforma mediante procesos químicos en los cuales intervienen equipos y materiales que no proceden de Bolivia;
• Que la República de Bolivia tomará todas las medidas legales pertinentes para controlar el cultivo, uso, consumo y adquisición ilícitos, a fin de evitar el desvío de la hoja de coca hacia la fabricación de estupefacientes”.
Bolivia ha defendido de manera permanente los usos tradicionales y medicinales de la hoja de coca en todos los Foros nacionales e internacionales; intentos que -particularmente entre los años 1990 y 1996- no han logrado modificar el estatus de la hoja de coca que se encuentra drásticamente castigada y de manera injusta incorporada en la lista I de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes.
En 1992 se impulsó la “Diplomacia de la coca” con el propósito de diferenciar de que “coca no es cocaína”. En ese marco, se propició la presentación de hojas y mate de coca en el Pabellón de Bolivia en la Exposición Universal de Sevilla.
El 6 de mayo de 1992, durante la XLV Asamblea Mundial de la Salud, Bolivia solicitó en su intervención que la OMS investigue y se pronuncie sobre los contenidos farmacológicos y nutritivos de la hoja de coca.
En noviembre de 1994, Bolivia solicitó de manera formal a la OMS instruir a los organismos científicos, la realización de un estudio para verificar las cualidades y la naturaleza de la hoja de coca.
En noviembre de 1994, el Dr. Henderson, a nombre del Director General de la OMS, respondió al Gobierno de Bolivia expresando que comparte la importancia del tema e informa que la Organización, como parte de un Estudio sobre la Cocaína, está realizando una evaluación del uso tradicional de la hoja de coca, el cual sería concluido el primer trimestre de 1995 .
El 14 de mayo de 1995, la OMS y la UNICRI anunciaron la publicación del citado "Estudio Global sobre la Cocaína", que contenía información de 22 ciudades en 19 países, acerca de la hoja de coca y sus derivados. El Estudio OMS/UNICRI-Proyecto Cocaína 1995, sobre todas las formas de consumo de cocaína, concluyó que el consumo de la hoja de coca no tiene efectos negativos a la salud y más bien cumple funciones terapéuticas, sagradas y sociales positivas entre los pueblos indígenas de la región andina, principalmente. El estudio no ha sido publicado por la OMS debido a contradicciones internas que han impedido la realización de la revisión crítica con la cual el procedimiento podría terminarse y llevar a la publicación de esa información.
En reuniones de la Comisión de Estupefacientes y del ECOSOC, diversas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), que actúan como órganos consultivos del Consejo, han expresado preocupación por la falta de reconocimiento de la comunidad internacional de las cualidades medicinales y tradicionales de la hoja de coca y han solicitado su retiro de la Lista I de la Convención de 1961.
La ONU viene definiendo la forma en que se evaluará o abordará el cumplimiento de los 10 años del UNGASS 98 (Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas), pudiéndose realizar una Sesión Especial el año 2008 o el 2009. Existe la posibilidad de evaluar los avances y logros de las políticas de Estado en torno a la temática drogas y la aplicación de los compromisos asumidos en este campo, así como la opción de aprobar una nueva Convención.
A partir de enero de 2006, el Gobierno de Bolivia prioriza la revalorización de la hoja de coca con miras a lograr el reconocimiento de la comunidad internacional para su retiro de la Lista I de la Convención Única de 1961.
En ese marco, en oportunidad de la reunión bilateral sostenida con la República Argentina, se comunicó que un elemento central de la política exterior boliviana representaba la “despenalización” de la hoja de coca a nivel internacional.
En febrero de 2006, el Secretario General de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Alan Wagner, manifestó su apoyo a la iniciativa boliviana de “despenalizar” la hoja de coca en el marco internacional.
En marzo de 2006, en ocasión de la VIII Reunión de Alto Nivel del Mecanismo de Coordinación y Cooperación sobre Drogas América Latina y el Caribe – Unión Europea, se aprobó un párrafo haciendo referencia a los usos tradicionales y culturales de la hoja de coca.
En marzo de 2006, durante el 49º Periodo de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, se efectuaron presentaciones respecto a la importancia que tiene la hoja de coca para la cultura andino-amazónica-chaqueña, reivindicando sus valores tradicionales y culturales. Se hizo hincapié en la diferencia entre la producción de hoja de coca para el consumo tradicional y la producción de hoja de coca para fines ilícitos del narcotráfico. La hoja de coca sólo se transforma en clorhidrato, sulfato y pasta de cocaína cuando se la somete a procesos químicos.
Durante la IV Cumbre Presidencial América Latina, Caribe y Unión Europea, realizada en Viena en el mes de mayo de 2006, el Presidente de la República, D. Evo Morales, señaló: “estamos juntos comprometidos en la lucha contra las drogas. Nuestro lema es cocaína cero. Sin embargo, poner el énfasis en los cultivos ilegales de plantas, sin tomar en cuenta los usos tradicionales y medicinales de dichos cultivos para los pueblos indígenas y no mencionar la corresponsabilidad, sería un gran error en el enfoque sobre la temática”
Posteriormente, en la reunión realizada en el Parlamento Europeo, el Presidente de la República manifestó enfáticamente: “Quiero decirles que como pueblos indígenas originarios no somos de la cultura de la cocaína. Además, quiero decirles que la coca no es cocaína. He revisado mucho la historia de la coca en Europa. Los primeros países que industrializaron la hoja de coca fueron los europeos. Estamos hablando del siglo XIX. Y no es posible que la hoja de coca sea legal para la Coca-Cola, pero ilegal para la región andina, para los pueblos indígenas. Siento que es importante revalorizar la hoja de coca, pero quiero decirles que, si bien durante mi gobierno, jamás habrá libre cultivo de coca, tampoco puede haber cero de coca”.
De igual manera, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, D. Hugo Chávez, sugirió la necesidad de consumir harina de coca y destacó la intención de su gobierno de brindar apoyo para la industrialización de este producto. En ese sentido, el Gobierno venezolano comprometió un importante apoyo financiero destinado a la realización de estudios científicos y a la implementación de plantas industriales de té de coca y de harina de coca, tanto en la región de los Yungas de La Paz como en el Trópico de Cochabamba.
Por su parte, el Parlamento Federal Alemán, en su 16º Periodo Electoral, manifestó que el cultivo de la coca, planta de uso tradicional, y su aprovechamiento habitual no deberá ser impedido. En tal sentido, se apoyarían los esfuerzos para establecer su aplicación alternativa en las industrias farmaceútica y alimenticia. Sería abolida la ilegalización del cultivo y del comercio de la hoja de coca para hacer posible la exportación para infusiones. Adicionalmente, se apoyaría el cultivo de productos alternativos con precios convenientes para garantizar la subsistencia de los productores. La ilicitud de la producción y distribución de la droga cocaína queda vigente.
1.4. ANTECEDENTES ECONÓMICO -INDUSTRIALES
La hoja de coca desde tiempos inmemoriales fue la base de la economía andina y referente del intercambio comercial de productos mediante el trueque y el sistema de ayni y mink`a. La importancia de la coca en el trueque o intercambio de productos sin el uso de dinero obedece a que permite tasas de intercambio más favorables e integra a las regiones.
Durante la colonia, la hoja de coca fue el sostén de la energía del trabajo forzado en las minas de Potosí, que sustentó la economía de las colonias europeas en América.
Desde el siglo XVI, la hoja de coca ha sido integrada a vastos circuitos mercantiles en el espacio de los llamados “trajines” que articularon un amplio espacio regional e interregional, que iba desde Quito a Tucumán. Este mercado interno, abastecido por productores de los valles cocaleros del Cuzco, La Paz (Yungas) y Cochabamba (Pocona), abasteció al mercado potosino con más de 100.000 cestos de coca.
Sobre dichos circuitos de larga distancia se articularon los diversos usos de la hoja de coca: un uso social y ritual, propio de las comunidades indígenas, un uso instrumental que fue propicio a la explotación de mano de obra minera, y un uso medicinal, que formó parte de la farmacopea de kallawayas y otras etnias indígenas del país. Asimismo, en las tierras bajas, se reporta un uso independiente y ancestral de la hoja de coca, tanto en compuestos medicinales, para usos rituales, como energizante para el trabajo.
Las regiones de producción de la hoja de coca, correspondientes a los Yungas de La Paz y Yungas de Vandiola de Cochabamba, abastecían con sus productos a todas las regiones de consumo de la región andina. Asimismo, se exportaba coca a Europa para la producción de diversos productos como el Vino Mariani, Coca Buton, anestésicos locales, cocaína legal y, posteriormente, para refrescos como la Coca Cola.
En los años 40’, la asociación de productores de coca de los Yungas perteneciente a los terratenientes, significó un movimiento económico muy importante en este periodo para el país.
En la región norte de la República Argentina –en las Provincias de Salta, Jujuy y Tucumán- se consume hoja de coca proveniente de Bolivia. En virtud de la Ley 23737 de 1989 se permite legalmente el “coqueo” (o acullicu) de la hoja de coca, pero no la comercialización e importación.
Se tiene información extraoficial de que Bolivia en el año 2002 habría exportado 159 toneladas de coca a Estados Unidos, con destino a la fábrica Coca Cola. Actualmente, la empresa Albo Export estaría realizando algunas exportaciones en calidad de saborizantes y para uso medicinal.
1.5. ANTECEDENTES MEDIO–AMBIENTALES
El principal potencial de Bolivia radica en sus bosques naturales, que cubren más del 50% de su superficie, y constituyen el mayor potencial de uso de la tierra y recursos naturales. El cultivo de coca se ha realizado tradicionalmente en condiciones ecológicas, lo que lo identifica como un cultivo orgánico y ecológico.
Bajo estas condiciones, la hoja de coca se integra perfectamente en el escenario de la biodiversidad nativa, de la cual ha sido parte desde tiempos milenarios. La coca separada de estas circunstancias no tiene las condiciones benéficas que produce cultivada de una manera tradicional.
2. MARCO ESTRATEGICO
2.1. VISIÓN
La hoja de coca reconocida por la comunidad internacional como patrimonio cultural del pueblo boliviano, por ser el eje espiritual, cultural, medicinal y nutricional de los pueblos originarios (andino–amazónicos–chaqueños), y considerada como un bien económico que permite el desarrollo en todos los niveles.
2.2. MISIÓN
Elaborar e implementar políticas, estrategias, programas y proyectos que coadyuven a la revalorización económica, cultural y científica de la hoja de coca en el ámbito internacional, en aras de su dignificación y en la perspectiva de la difusión de sus usos en beneficio de la humanidad.
2.3. OBJETIVO GENERAL
Implementar una política de Estado con el fin de lograr el reconocimiento del valor económico, cultural y científico de la hoja de coca a nivel internacional, en el contexto de una política amplia de promoción de la biodiversidad, y la recuperación de los productos y conocimientos de las culturas indígenas de Bolivia.
2.4. ÁMBITOS DE ACCIÓN
2.4.1. DIMENSIÓN HISTÓRICO-CULTURAL
2.4.1.1. FUNDAMENTACIÓN
Para comprender al mundo indígena andino se necesita comprender el núcleo de sus relaciones en todos los niveles, siendo la coca el eje de estas interacciones de reciprocidad. La reciprocidad es, primeramente, una visión de vida, la vida en su conjunto vista como una cadena de dar para recibir. Como resultado de esta visión, en los Andes existe un complejo sistema de reciprocidad, de obligaciones y contra-obligaciones, que abarcan todas las relaciones en su conjunto, entre semejantes, con la naturaleza, con dioses y espíritus. (Silva S. 1993)
Toda interacción social está concebida en términos de intercambio recíproco; el ayni y la mink’a son las formas institucionalizadas de un dar y recibir más generalizado que penetra toda la existencia social andina; tanto las cosas como las intenciones son intercambiadas.
En los Andes la coca es considerada sagrada. Desde tiempos milenarios, la Mama Coca es el símbolo divino, pues es el mediador para relacionarse recíprocamente con Dios, los espíritus naturales y el nexo con lo demás” (Silva S.1993).
La coca se obsequia e invita para extender y fortalecer los lazos de parentesco, de amistad, y comunales, es un elemento vital de las relaciones sociales, se usa para celebrar, planificar, y es una tarjeta de presentación de buenas costumbres e intenciones, de confianza, de fraternidad e igualdad.
No hay uso de la coca que no esté consagrado por el mito y la tradición en la cultura andina. En la concepción andina, la hoja sagrada une y traspasa dimensiones extramundanas tanto en sentido horizontal de tiempo y espacio, como en las dimensiones del mundo de arriba y de abajo, de manera vertical.
Usar la coca, según lo indican las costumbres, en fiestas agrícolas, en jornadas de trabajo o en las ceremonias del ciclo vital, es devolver lo dado y mediante ella ingresar y experimentar interior y exteriormente el espacio-tiempo mítico primordial de dioses héroes y antepasados.
En el sentido espacial, la divinidad más cercana es la Pachamama, como espíritu femenino que da vida a la tierra. En general es un fundamento indefinido, no está localizada en ningún lugar, está en todas partes, incluyendo los lugares sagrados; por otro lado, son las múltiples subdivisiones impuestas a este fundamento no diferenciado; y estos en general tienen aspecto masculino y están organizados por principios formales y jerárquicos. (Nuñez del Prado, 1973).
Para el andino cada lugar, ladera, cumbre, quebrada, llanura, río, lago, estrellas, sol, etc., todo el mundo natural tiene nombre y personalidad sagrada. El uso de la coca es el canal para la interrelación y comunicación con ellos, con el propósito de unir al hombre con lo todo lo sagrado en una relación reciproca, que es básica en la sociedad andina.
La coca en el sentido espiritual es el eje de toda esta cosmovisión andina y a la vez el medio que permite la interrelación con este todo temporal-espacial y en todas sus dimensiones. Por eso es imposible cualquier ceremonia o rito sin la presencia de la coca, las que serían vacías sin “el mediador” que los comunique con el panteón andino.
La lectura de las hojas de coca es la prerrogativa de los yatiris, es una función extremadamente seria y secreta. Esta función sirve para una innumerable serie de eventos: se lee para diagnosticar enfermedades, para la cura, para la suerte, el pasado o el futuro, para proteger de brujerías, de robos, castigos o fracasos.
Desde el punto de vista religioso, la coca es utilizada como ofrenda a los antepasados, a la Pachamama (madre tierra) con ritos de fertilidad, para agradecer la buena cosecha, la salud y la prosperidad, es dada a los animales en ritos de prosperidad o, por el contrario, como ofrenda en momentos de sequías, heladas o cualquier desastre natural.
2.4.1.2. OBJETIVO
Reivindicar y difundir el carácter histórico y cultural de la hoja de coca en el ámbito nacional e internacional.
2.4.1.3. ESTRATEGIAS
• Dignificar a la hoja de coca en el ámbito nacional e internacional.
• Reconocer jurídicamente a la hoja de coca como un elemento de identidad nacional.
• Educar y difundir sobre los valores de la hoja de coca.
2.4.1.4. ACCIONES
• Promulgar una Ley que declare a la hoja de coca como Patrimonio Cultural-Nacional.
• Incorporar el tema de la dimensión cultural de la hoja de coca en la Asamblea Constituyente.
• Fomentar estudios e investigaciones de instituciones educativas sobre la coca y sus diversos usos.
• Incorporar aspectos histórico-culturales, medicinales, nutricionales y ambientales sobre la hoja de coca en la curricula educativa.
• Compilar los estudios e investigaciones realizados sobre la temática.
• Implementar bibliotecas especializadas sobre la hoja de coca.
• Incorporar el tema de la hoja de coca en los planes turísticos.
2.4.2. DIMENSIÓN CIENTÍFICA
2.4.2.1. FUNDAMENTACIÓN
La hoja de coca fue usada como anestésico para las cirugías de cráneo muchos siglos antes que la medicina moderna conociera este recurso médico. Los alcaloides de la coca fueron los primeros anestésicos locales, permitiendo el desarrollo de la cirugía .
Todavía hoy en día se usan estos derivados de la coca como anestésicos locales, especialmente en oftalmología y se comercializa en muchos países, incluido Estados Unidos.
La hoja de coca posee propiedades farmacoterapéuticas: como efectivo adaptador de altura, factor que contribuye a la disponibilidad de oxigeno circulante, anestésico de uso local, eficaz estimulante y de resistencia a la fatiga, agente geriátrico y anticaries.
Asimismo, contribuye en la regulación del metabolismo de la glucosa, “evitando que los consumidores ingresen en la hipoglicemia post - esfuerzo”. La coca ingerida en mate, por ejemplo, incrementa la disposición del oxígeno en la circulación sanguínea a través del incremento de la hemoglobina y el hematocrito, tal hecho conduce entre otras cosas al aumento de la lucidez mental por el aumento del consumo de oxigeno cerebral; por otra parte, ejerce una acción broncodilatadora y estimula los centros respiratorios, especialmente en aquellas personas aquejadas por el mal de altura.
Posee, además, facultades psicoterapéuticas vinculadas a la ritualidad y el “chamanismo” (yatiris), debiendo ser exploradas en el campo de la medicina psicosomática, dado su amplio uso en las prácticas tradicionales.
Las ciencias sociales y antropológicas destacan una cualidad nutritiva de la hoja de coca, que debe ser validada desde el punto de vista médico y nutricional, con un estudio de biodisponibilidad y de bioasimilación de los elementos nutrientes existentes en la hoja, comprobados por el estudio de la Universidad de Harvard.
La perspectiva de la comercialización de los derivados de la hoja de coca incluye la necesidad de formular procesos de industrialización, los cuales a su vez deben tener el respaldo científico tecnológico, así como el control de los procesos y productos.
Se debe ejecutar tareas vinculadas con las buenas prácticas agrícolas, particularmente relacionadas con la eliminación del uso de pesticidas químicos, para lo que se necesita investigar y recuperar saberes locales y tecnologías tradicionales para la producción de biorreguladores que coadyuven al control de plagas que en la actualidad afectan a la planta de la coca.
Se tiene que iniciar estudios de producción agroecológica, incluyendo la implantación de modelos de agroforestería, para evitar la afectación de la biodiversidad local (tala y quema) y la erosión hídrica y eólica derivadas del impacto de los cultivos extensivos – intensivos de su modalidad actual.
2.4.2.2. OBJETIVO
Recopilar, sistematizar y generar investigaciones nacionales e internacionales, que demuestren científicamente los usos benéficos de la hoja de coca y sus derivados.
2.4.2.3. ESTRATEGIAS
• Establecer alianzas estratégicas a nivel nacional e internacional con instituciones científicas y académicas públicas y privadas para realizar investigaciones.
• Gestionar cooperación económica internacional.
2.4.2.4. ACCIONES
• Conformar y fortalecer la instancia institucional responsable de la temática.
• Proteger a la hoja de coca como propiedad intelectual colectiva del pueblo boliviano.
• Firmar Convenios con instituciones científicas y académicas para realizar investigación científica.
• Elaborar una agenda estratégica de investigación, que incluya un estudio sobre el consumo legal de la hoja de coca, elaborar proyectos de investigación y difundir los resultados de las investigaciones.
• Ampliar y consolidar el Banco de Datos.
• Realizar estudios sobre alimentación.
2.4.3. DIMENSIÓN DIPLOMÁTICO - LEGAL
2.4.3.1. FUNDAMENTACIÓN
En primer lugar, toda ley tiene por objeto tutelar un bien jurídico específico, que debe ser explícito, concreto e inconfundible. Toda regulación subsidiaria y dependiente que no se oriente por este objeto es inaplicable y es pasible de anulación y/o modificación.
En este sentido, la Convención Unica de 1961 define como ese bien jurídico protegido: “la salud física y moral de la humanidad”. De ello se desprende que es ilícita toda acción que provoque un daño evidente, comprobado y definitivo a la salud física y moral de los seres humanos.
No existe evidencia comprobada de que la hoja de coca provoque esos daños. La sola mención a presuntos efectos que podrían generar desórdenes biofisiológicos no constituye prueba de que un vegetal pueda ser catalogado como causante de daños al bien jurídico tutelado por la norma. Este es el caso de la hoja de coca.
En segundo lugar, ni la Convención de 1961 ni otro instrumento internacional tipifican a la hoja de coca, su cultivo y consumo, per se (por si mismo), como ilícito; por tanto, ni normativa ni doctrinalmente está admitido como tipo penal. La tipificación es requisito sine quanon (sin el cual) para la existencia del delito. Al respecto, existe un principio admitido por todos los regímenes jurídicos: nulla crimen, nulla pena sine lege (no hay crimen, no hay pena sin ley).
Estos dos principios se encuentran ínsitos en la disposición especial a aplicarse al cultivo de la hoja de coca por la Convención de 1961, cuando deja a la decisión de las partes “prohibir el cultivo”, siempre que a su juicio éste “resulte la medida más adecuada, para proteger la salud pública”.
El propio nomen juris (nombre jurídico) de la Convención orienta sobre el ilícito que es el uso indebido de sustancias sometidas a control y fiscalización, en este caso los estupefacientes.
De esta manera la Convención establece normas de control para la producción, fabricación y comercialización de estupefacientes y el ilícito es violar las mismas con la intencionalidad de darles usos que provoquen daños a la salud humana.
La prohibición de masticación de hoja de coca queda limitada “dentro de los 25 años siguientes” de la entrada en vigor de la Convención.
Este precepto tiene dos elementos que deben ser analizados: los usos tradicionales de la hoja de coca en Bolivia no incluyen la masticación. El acullicu es un proceso de succión que no tritura la hoja de coca, por tanto no es masticación. Por otra parte, al mencionar “dentro”, se entiende que se excluye “fuera”, es decir que habiendo entrado en vigor la Convención hace más de 25 años, ahora estaríamos “fuera” de la indicada prohibición. Esta ambigüedad le da un carácter frágil e insustentable.
En tercer lugar, la Convención de Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Drogas y Sustancias Psicotrópicas de 1988 reconoce y admite el uso ancestral y cultural de la hoja de coca en Bolivia y otros países.
En cuarto lugar, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) protege los derechos de los pueblos originarios a conservar sus valores, tradiciones, costumbres, prácticas sociales, religiosas y espirituales. En Bolivia, la hoja de coca es utilizada en el contexto de sus tradiciones y costumbres, por lo tanto está protegida por el Convenio.
Adicionalmente, el Estudio OMS/UNICRI-Proyecto Cocaína 1995, se refiere a la hoja de coca y su inocuidad para la salud pública .
Bolivia ratifica su adhesión al principio de proteger la salud física y moral de la humanidad y a la necesidad de controlar y regular el uso indebido de estupefacientes y sustancias psicotrópicas.
Nadie ha demostrado que el cultivo y consumo tradicional, o los derivados de la hoja de coca en general, usados debidamente provoquen daños a la salud, por lo tanto su exclusión de cualquier tipo de prohibición es jurídicamente necesaria y posible.
2.4.3.2. OBJETIVOS
• Implementar acciones diplomáticas para retirar a la hoja de coca de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, y revisar su tratamiento en la Convención de Viena de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de 1988 y otros instrumentos internacionales.
• Retirar a la hoja de coca de la Lista I de la Convención Unica de 1961
2.4.3.3. ESTRATEGIAS
• Promover y difundir interna e internacionalmente los usos tradicionales de la hoja de coca y sus derivados lícitos para alcanzar el apoyo necesario y lograr el retiro de la Lista I de la Convención de 1961.
• Contar con los fundamentos jurídicos, estudios e investigaciones científicas para ser presentados de manera oficial al Secretario General de las Naciones Unidas, conforme al Art. 3 de la Convención de 1961, para retirar a la hoja de coca de las Listas de la Convención.
2.4.3.4. ACCIONES
• Proyectar una nueva normativa que transforme la Ley 1008, dividiéndola en dos cuerpos legales: Régimen de la Coca y otra de Sustancias Controladas.
• Establecer una estructura diplomática sobre el tema de la hoja de coca en las misiones diplomáticas y consulares, así como Representantes Diplomáticos de alto nivel de carácter itinerante.
• Elaborar la fundamentación jurídica y científica que respalde la solicitud del retiro de la Lista I de la Convención de 1961.
• Preparar la publicación que contenga los argumentos bolivianos para ser distribuidos a las Misiones Diplomáticas, Representaciones Permanentes y Consulados de Bolivia en el exterior, para apoyar la campaña internacional.
• Difundir materiales de comunicación con vistas a uniformar el discurso sobre la revalorización de la hoja de coca (Libro de la coca, ficha y glosario), en el marco de un plan de difusión y comunicación a nivel nacional e internacional.
• Establecer alianzas estratégicas internacionales con miras a lograr el respaldo de la comunidad internacional a la propuesta boliviana.
• Llevar a cabo negociaciones en el ámbito bilateral y multilateral, tendientes a lograr el objetivo de retirar a la hoja de coca de las listas de estupefacientes de Naciones Unidas.
• Aprovechar todos los Foros Internacionales para posicionar el tema, lograr el reconocimiento internacional y alcanzar el consenso respecto a la solicitud boliviana
• Diseñar una base de datos que contenga información de miembros de Organizaciones Internacionales, regionales y mundiales, así como Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), organizaciones de activistas y organizaciones de la sociedad civil.
• Instrumentar las gestiones para la presentación de la solicitud de retiro de la hoja de coca de la Lista I de Estupefacientes de la Convención Unica de 1961.
• Gestionar un nuevo estudio en base a la publicación oficial del Estudio OMS-UNICRI 1995.
• Buscar mecanismos internacionales que permitan la exportación y comercialización de la hoja de coca y sus derivados lícitos.
• Atraer inversiones para la industrialización de productos derivados de la hoja de coca.
• Concretar apoyo para la realización de estudios científicos de la hoja de coca para usos medicinales y de complemento nutricional.
2.4.4. DIMENSIÓN ECONÓMICO-INDUSTRIAL
2.4.4.1. FUNDAMENTACIÓN
Los usos tradicionales, medicinales y nutricionales, junto a los mercados andinos históricamente configurados, forman la base del reconocimiento actual de la hoja de coca como un factor dinámico en la economía del país, con potencialidad de un uso universal.
En el aspecto medicinal está comprobado que la hoja de coca, por sus valores vitamínicos, minerales y alcaloides naturales, es un producto apto para la industrialización de medicamentos y complementos alimenticios.
La fabricación de bebidas, mates, productos de panificación y repostería, así como chocolates, dulces y galletas, ha demostrado ser un rubro de crecimiento dinámico en otras regiones de los Andes, por lo que podría estimularse su uso en estos productos industriales, particularmente para su consumo por adultos. De esta forma el uso de los derivados de la hoja de coca, si bien no se considera un sustituto alimentario, bien podría constituirse en un importante complemento alimentario.
Los altos índices de desnutrición crónica registrados en el país revelan el impacto de largo plazo de una mala alimentación, resultado no sólo de la pobreza, sino de un proceso de sustitución de los alimentos nativos por alimentos industriales desprovistos de cualidades nutricionales, como la harina blanca, el azúcar refinada, los aceites industriales y otros, que han sustituido una dieta de antaño rica en granos y tubérculos de alto potencial nutricional,
La diversidad de usos industriales potenciales de la hoja de coca permite pensar en un proceso industrial fundamentalmente asentado en la promoción a la pequeña y mediana industria, y sobre todo en la empresa comunitaria y campesinas. El desarrollo de economías de escala debería enfatizar los circuitos de acopio, comercialización y exportación.
2.4.4.2. OBJETIVO
Implementar y fomentar procesos de industrialización, comercialización y exportación de la hoja de coca y sus productos derivados benéficos.
2.4.4.3. ESTRATEGIAS
• Promover sistemas agroecológicos y de pequeña y mediana industria que permitan la integración de la agricultura y la industria a través de cadenas agroproductivas, bajo esquemas comunitarios, y con capacidad de generar economías de escala por la vía de los sistemas ampliados de investigación, innovación tecnológica y comercialización interna y externa.
• Generar proyectos productivos de diverso tipo (comunitarios, privados, mixtos) que permitan establecer alianzas estratégicas con instituciones para el apoyo a las iniciativas de industrialización.
• Gestionar cooperación económica internacional (sin condicionamientos), velando por la autonomía de los sectores productores y como contraparte de las iniciativas locales.
• Incorporar los productos derivados de la hoja de coca en planes y programas gubernamentales de lucha contra la pobreza.
• Generar una línea prioritaria de investigaciones científicas sobre la hoja de coca y sus productos derivados, que permita respaldar los procesos de industrialización y validación de su consumo, así como respaldar las gestiones internacionales para su retiro de las Listas de Estupefacientes de las Naciones Unidas.
• Recuperar los sistemas de policultivo y asociación de cultivos que permitan la recuperación de la fertilidad de los suelos y la sostenibilidad de la producción.
• Fomentar el rescate de conocimientos agroecológicos nativos, para su uso en el control biológico de plagas, la fertilización orgánica y la retención de humedad.
2.4.4.3. ACCIONES
• Fortalecer la instancia institucional responsable de la temática (Viceministerio de Coca y Desarrollo Integral, sus direcciones y unidades).
• Promover la realización de estudios sobre el consumo de la hoja de coca y sus derivados, a fin de determinar su nivel de consumo interno y externo.
• Crear un sistema de financiamiento a las iniciativas industriales de pequeña y mediana escala, a través de un Banco de Fomento a la producción de industrias alimenticias nativas.
• Conformar un Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Científicas sobre la Hoja de Coca que genere información y sustento a las políticas públicas en los campos de nutrición, alimentación, industrialización, control de calidad y comercialización, además de estudiar la composición, variedades, formas de cultivo, uso de suelos, métodos sostenibles de producción, etc., aprovechando las potencialidades que existen en cada una de estas especialidades.
• Crear un sistema de incentivos a la investigación científica de universidades y organizaciones públicas y privadas.
• Promover un sistema de ferias periódicas de la coca, en diversos departamentos, con el fin de difundir, promover y validar el consumo de hoja de coca en forma natural, y sus diversos productos derivados.
• Firmar convenios con instituciones científicas y académicas para apoyar las iniciativas de industrialización.
• Impulsar planes y proyectos de industrialización, haciendo énfasis en la pequeña y mediana industria y en la industria comunitaria.
• Conformar asociaciones mixtas entre el Estado y las organizaciones productoras de coca de La Paz y Cochabamba, para la industrialización y exportación de hoja de coca y sus derivados lícitos.
• Lograr acuerdos bilaterales con diferentes gobiernos para la exportación de productos derivados de la hoja de coca, sobre la base de la legislación internacional vigente (Convenio 169 de la OIT, y derechos culturales reconocidos, etc.).
• Implementar servicios de asistencia técnica a los productores de coca en la producción orgánica, comercialización y agro-industrialización.
• Crear un sistema de incentivos para fomentar y difundir prácticas de producción orgánica para estimular la industrialización.
• Apoyar a los productores de derivados de la hoja de coca a través de la agilización de trámites e incentivos tributarios para la exportación.
• Modificar, actualizar y difundir los Reglamentos de Comercialización e Industrialización de la hoja de coca, adaptándolos a los nuevos lineamientos estratégicos de la política del Estado.
• Darle usos lícitos (industriales o de uso en estado natural) a la hoja de coca incautada y prohibir en lo futuro su quema, por ser violatoria a la Ley de Medioambiente.
• Estimular a nivel nacional e internacional acciones artísticas con el tema de la hoja de coca y su valor cultural.
2.4.5. DIMENSIÓN MEDIO - AMBIENTAL
2.4.5.1. FUNDAMENTACIÓN
En décadas recientes, debido a las distorsiones introducidas en el mercado por efecto de las Convenciones internacionales, la Ley 1008 y las políticas prohibicionistas, han tendido a intensificar el uso de insumos químicos, tanto en las zonas definidas como “tradicionales” como en aquellas definidas como “excedentarias”.
Ante esta situación, se deberá recuperar métodos de asociación simbiótica de cultivos (sikili, coca, crotalaria y sach´a), y desarrollar nuevas asociaciones de cultivos. Asimismo, es necesario rescatar y validar los saberes agroecológicos tradicionales, mediante los cuales las anteriores generaciones cocaleras lograban controlar biológicamente una diversidad de plagas y promover la fertilización orgánica y la retención de humedad a través del método de wachus o terrazas para el cultivo de coca. Estos métodos deben ser promovidos, validados y extendidos a las regiones de poblamiento más reciente.
La producción industrial de complementos alimenticios y otros derivados de la hoja de coca es un propósito de la presente estrategia que debe guiar a prácticas de producción con criterios de calidad e inocuidad alimentaria de los diversos productos, a fin de impulsar los procesos de exportación.
2.4.5.2. OBJETIVO
Revalorizar a la hoja de coca desde el punto de vista ambiental, bajo parámetros de racionalización de cultivos y la preservación de la biodiversidad nativa.
2.4.5.3. ESTRATEGIA
Impulsar acciones de racionalización y no expansión de cultivos de hoja de coca, en función a parámetros de preservación y sostenibilidad ambiental.
2.4.5.4. ACCIONES
• Planificar la racionalización de los cultivos de la hoja de coca y controlar su expansión preservando la biodiversidad.
• Implementar planes de racionalización de cultivos de la hoja de coca mediante acciones de reducción voluntaria, concertada y de control social.
• Apoyar la conservación de los bosques nativos y la reforestación, en base a criterios ambientales.
• Apoyar el ecoturismo para desarrollo de la industria sin chimeneas en las zonas donde se cultiva coca en entornos agroforestales.
• Ejercer control sobre el uso de pesticidas y fertilizantes químicos que atenten contra el suelo y la salud de los individuos que consumen la hoja de coca, a través de acciones de concertación y control social.
Fuente: http://www.embajadadebolivia.com.ar/cultura/revalorizacion_coca.htm
Fuente de imagen: http://instruct1.cit.cornell.edu/courses/anthr_sp300/cocaquiz.htm