Las siete fases del modelo gradual de desarrollo del asesino serial.
• La fase aurea: El proceso se inicia cuando el individuo comienza a retrotraerse y encerrarse en su mundo de fantasía. Externamente puede parecer normal, pero en su interior, existe una zona oscura donde la idea del crimen se va gestando. Hay una debilidad con la realidad y su mente comienza a ser dominada por sueños de muerte y destrucción. Gradualmente aumenta la necesidad de actuar conforme a sus fantasías, hasta llegar a convertirse en una compulsión.
• La fase de “pesca”: Comienza la búsqueda de la víctima en aquellos lugares donde cree que puede hallar el tipo preciso de persona. Es probable que allí termine por marcar a su blanco.
• La fase de seducción: En algunos casos, el asesino ataca sin advertencia, sin embargo, con frecuencia, el asesino siente un placer especial en atraer a sus víctimas a sus garras, generando un falso sentimiento de seguridad, burlando sus defensas.
• La fase de captura: En esta fase cierra la trampa tendida para sus víctimas. Ver sus reacciones aterrorizadas es una parte de su juego sádico.
• La fase del asesinato: Si el crimen es un sustituto del sexo, como en la mayoría de estos casos, el momento de la muerte es el clímax, la suma del placer que buscaba desde que comenzó a fantasear la idea del crimen.
• La fase fetichista: El asesinato ofrece un placer intenso pero transitorio. Para prolongar la experiencia, guarda un recuerdo o fetiche, un objeto asociado con la víctima.
• La fase depresiva: Como consecuencia del crimen, generalmente experimenta una etapa de depresión que es el equivalente de “la tristeza post-coital”. Puede ser tan profunda que lleva al asesino al intento del suicidio. Sin embargo, la respuesta más frecuente es un renovado deseo de cometer un nuevo asesinato.