La emoción tambien es razonable

Publicado en Psicología y Psiquiatría

La emoción también es razonable


Al promediar la tarde de aquel día cuando iba mi habitual adiós a darte, fue una vaga congoja de dejarte…. lo que me hizo saber que te quería. Leopoldo Lugones (Selección y negritas de B.D.T.).

 

Cuando las personas hablan de cognición y emoción, o en un vocabulario más tradicional de razones y de pasiones, comúnmente se refieren a dos facultades mentales distintas. La primera está relacionada con la frialdad y la calma, y funciona orientándonos gradualmente hacia las conclusiones por medio de reglas lógicas explícitas. La otra vía está asociada con la intensidad, la expresividad, los saltos repentinos (La “vaga congoja” de J. L. Borges) hacia las conclusiones, mientras se consultan los sentimientos viscerales o “corazonadas”. Sin embargo, por el solo hecho de que algunas veces las emociones funcionen independientemente de las razones, no significa que carezcan de razones. Por el contrario, existe cada vez más evidencia científica (Damasio, 2003; Gigerenzer, 2007) de que emociones como el amor nos pueden alejar del peligro o impulsarnos a concentrar nuestra mente e influir en nuestros juicios. Todo esto tiene sus razones, las cuales, algunas veces, resultan ser muy buenas.

Una forma en la cual las emociones y los estados de ánimo afectan los procesos de toma de decisiones es la relación muy conocida entre el estado de ánimo positivo y la confianza percibida, por ejemplo, en la relación médico-paciente basada en la confianza. Regularmente, las personas en un estado de ánimo positivo (enamorados, esperanzados, bien-intencionados, etc.), sobreestiman sus probabilidades de tener éxito en cualquier actividad: relaciones amorosas, sociales, trabajo, deportes, etc.; mientras que aquellos que se encuentran en un estado de ánimo negativo tienden a ser más crudos en sus predicciones: fenómeno conocido como “realismo depresivo” (Pacini, Muir y Epstein 1998). Quienes están en un estado de ánimo negativo podrían lograr un mejor desempeño, puesto que, mantenidas las circunstancias iguales, las predicciones exactas son mejores que las inexactas. Sin embargo, el comportamiento humano se ve modulado por diversos factores ambientales que hacen que las circunstancias no siempre sean iguales. Si las probabilidades de tener éxito de una persona son muy bajas y, además, está en un estado emocional negativo, su estimación de la posibilidad de lograr éxito puede afectar sus intentos o desalentarlo. Por el contrario, si la persona está en un buen estado emocional, sus esperanzas “infladas” de éxito pueden animarlo a seguir adelante (por ejemplo para iniciar un cortejo contra-corriente) y tal vez termine siendo uno de los afortunados.Por lo tanto, si los costos de los esfuerzos desperdiciados son bajos y las recompensas para el éxito son altas, puede resultar fructífero comportarse de manera sobre-optimista (enamorarse cada semana).

Aunque sabemos que el solo exceso de confianza no contribuye realmente a elevar las probabilidades de éxito puede generar otros beneficios de naturaleza social como por ejemplo, atraer la simpatía de más colegas o inspirarles confianza. Estos ejemplos pueden parecer paradójicos ya que mantenernos en un estado de ánimo positivo (enamorados) puede hacernos “menos racionales” llevándonos a abrigar expectativas injustificadas de éxito. No obstante, tener demasiada confianza puede ser más racional que ser realista puesto que algunos premios solamente se otorgan a los que se hacen notar.

*Con el financiamiento de los proyectos de investigación : PAPIIT-UNAM IN305508-3 “USO CLÍNICO DE MEDICIONES DE LA VARIABILIDAD DE LA FRECUENCIA CARDIACA COMO “MARCADOR” AUTONÓMICO DEL FUNCIONAMIENTO EMOCIONAL EN PACIENTES ADULTOS CON DOLOR CRÓNICO” (2008-2010) y el PROYECTO PAPIME PE303407 “CAPACITACIÓN CLÍNICA-TRANSLACIONAL PARA EL MANEJO PSICOLÓGICO DEL DOLOR CRÓNICIO. UN PROBLEMA DE SALUD NACIONAL” . Agradezco la revisión de Erick L. Mateos Salgado

Fuente:revista unam.mx Revista digital universitaria ISSN: 1607 - 6079 Publicacióm mensual
http://www.revista.unam.mx/vol.9/num11/art96/int96.htm

 

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