Trascendencia criminalística de las lesiones ante-mortem y post-mortem

Publicado en Medicina Forense

“Trascendencia criminalística de las lesiones ante-mortem y post-mortem”

Uno de los objetos de estudio de la criminalística son las evidencias materiales e indicios que se utilizan y se producen en la comisión de los hechos presuntamente delictuosos; sin embargo para cumplir el objetivo formal de auxiliar a los órganos que procuran y administran justicia, la criminalística se auxilia de diferentes áreas del conocimiento científico, en especial de la medicina forense cuya aportación a la criminalística se vuelve un pilar fundamental para validar, ratificar, comprobar, así como dar sustento teórico y científico a los fines de la criminalística. Es esta la razón que me motivo a escribir el siguiente ensayo titulado “TRASCENDENCIA CRIMINALISTICA DE LAS LESIONES ANTE-MORTEM Y POST-MOTEM”; en mi opinión es importante que un especialista en criminalística tenga bases sólidas para dictaminar en este tipo de circunstancias y marcar la pauta para llegar a la verdad histórica de los hechos e identificar a un probable responsable.
Dentro del campo de acción y/o estudio de la traumatología forense reviste vital importancia el estudio de las heridas ante mortem y post mortem. “Es fundamental determinar si las heridas que presenta el cadáver fueron causadas antes o después del suceso del individuo” *. Hay lesiones post mortem que pueden inducir error, como las mordeduras de animales que atacan al cadáver, o los traumatismos de los sumergidos que son arrastrados por la corriente. Otras veces se intenta simular un accidente para ocultar un homicidio, recurriendo a la precipitación desde lo alto, depositando el cuerpo en las vías del tren, etc.

Existen diferentes criterios que permiten establecer si una lesión fue producida cuando la víctima estaba viva como lo es el criterio macroscópico, histológico e histoquímico. Dentro del criterio macroscópico se valora la presencia de hemorragia, coagulación de la sangre y retracción de los tejidos (sus bordes se retraen y dejan una cavidad similar a la sección transversal del arma que hiere). En el criterio bioquímico se valora la presencia de histamina y serotonina. Y por último en el criterio histológico haré más énfasis ya que tiene como signo más confiable la infiltración de leucocitos polimorfo nucleares (se llaman también “neutrófilos y son células pertenecientes a la serie blanca (los hematíes o glóbulos rojos pertenecen a la serie roja) pertenecientes al sistema inmune y que se encarga de proteger nuestro cuerpo de las infecciones bacterianas fundamentalmente. Cuando nuestro sistema inmune cuenta con pocas de éstas células puede producirse más fácilmente una infección bacteriana”**). Requieren un intervalo de sobrevida  mínimo de cuatro horas después de causado el traumatismo. “Después de infringida la herida, experimenta una serie de cambios de naturaleza histológica e histoquímica. Los cambios histológicos están representados por la respuesta inflamatoria con su cortejo de proceso reparador (infiltración de leucocitos polimorfonucleares, presencia de macrófagos que remueven los tejidos necrosados, aparición de fibroblastos, neoformación capilar y formación de fibras colágenas hasta la constitución del tejido de cicatriz)”***.

Complementando lo que se ha dicho anteriormente el Dr. Ignacio R. Waisberg señala que “Los tejidos con sus células tienen distintos comportamientos en vida y post-mortem. En la evaluación de muerte, como en el homicidio, suicidio o muertes naturales, aparecen distintos comportamientos de los líquidos corporales permitiendo en muchos casos establecer si una lesión fue vital (en vida) o fue post-morten. Un hecho particular lo establece la sangre ya que al ser derramada en vida coagula con gran rapidez. La sangre derramada post-morten no coagula o coagula en forma deficiente. A pesar de haber fallecido mantiene su coagulación hasta seis horas. Una prueba empírica para comprobar este fenómeno es la prueba del lavado que se aplica a someter al chorro fino de agua a sangre coagulada difícilmente se podrá arrastrar un coágulo vital, pero sí podrá realizarlo en uno post-morten. Por otra parte la malla que establece la fibrina en un coágulo vital es más organizada y fácilmente reconocible. Lo que no sucede en una post-mortal.

La hemorragia es una lesión vital se deberán considerarse casos puntuales, como por ejemplo, una lesión inmediatamente a la muerte o en zona hipostática. Además, hemorragias internas deben ser examinadas cuando presentan gran volumen a fin de evaluarse como vitales, de lo contrario se sospechará como post-mortal. Lesiones en la cara, con hundimiento cráneo-facial, permitirán sospechar hemorragia vital a distancia por la presencia de fracturas de cráneo. Por último las diferencias entre las heridas en las lesiones vitales los bordes de la herida están engrosados, retraídos con la presencia de exudados y supuración. Presenta hemorragia abundante con infiltración a los tejidos asociado a sangre coagulada en el fondo de la herida.  A diferencia de éstas, las lesiones post-mortales, encontrarán labios de la herida blandos, sin retracción, sin exudado y sin supuración. La hemorragia no estará presente y en el fondo de la herida no habrá sangre coagulada.”****

Para concluir este ensayo mencionare que el derecho penal es un derecho represivo y en él se hallan múltiples deficiencias legales; por ejemplo en los casos de muerte violenta, como homicidio, con objetivo de buscar que el cadáver nunca sea identificado o con la alevosía en vida sobre una persona se establecen signos de descuartizamiento. A través del código se deberá tipificar el delito y establecer si el descuartizamiento fue en etapa vital (homicidio con alevosía y ensañamiento) o si fue post-mortal en donde la persona ya no es figura jurídica.

BIBLIOGRAFIA
* Raffo, O H (2004). La muerte violenta, Universidad; p. 206.
**Vargas, AE (2004). Medicina Legal, México, Trillas. p.53
***Tello, FFJ (2001). Medicina Forense, México, Oxford, p.46.
**** Dr. Ignacio R. Waisberg. CTD (cronotanatodiagnóstico). Recuperado el 10 de septiembre del 2008. De http://revistaliterariaazularte.blogspot.com.

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