La entomologia forense. American board of forensic entomology
Traducido por Malena González de León
El típico investigador de escena aprende rápidamente que gusanos y cadáveres van juntos. Por muchos años, los "gusanos" arrastrándose por los ojos, nariz, y otros orificios y heridas en cuerpos muertos fueron considerados otro elemento desagradable del deceso – algo para ser lavado apenas el cuerpo era puesto sobre la mesa de autopsias. Mientras las balísticas, examinación de armas, marcas de mordeduras, química de residuos de polvos de arma, análisis de manchas de sangre, y otros elementos de la criminología científica fueron estudiados y refinados, los insectos asociados con las escenas de muerte fueron ampliamente ignorados.
A través de los años, sin embargo, algunos científicos investigaron la entomología forense, la cual se ha vuelto fascinante, y al mismo tiempo más misterioso, campo de estudio biológico. De todas formas, el campo es amplio. El potencial para contribuciones de la entomología a las investigaciones legales han sido sabidos por lo menos desde hace700 años, pero sólo por la última década ha sido definida como un campo distinto de la ciencia forense.
Entomología Forense es el nombre dado a cualquier aspecto del estudio de insectos y artrópodos que interactúan en la materia legal. Lord y Stevenson (1986) la dividieron en tres componentes: entomología urbana (procedimientos legales involucrando insectos y animales relacionados que afectan estructuras hechas por el hombre y otros aspectos del ambiente humano), entomología de productos almacenados (procedimientos involucrando insectos que infectan comodidades almacenadas tales como cereales y otros productos de cocina),y entomología medica-legal. El ultimo campo, a veces llamado "entomología médica forense" y en la realidad "entomología medicocriminal" (por su enfoque crimen violento), se relaciona principalmente a 1) determinación del tiempo (intervalo postmortem o PMI) o sitio de la muerte humana, 2) casos involucrando posible muerte repentina, 3) accidentes de tráfico sin causa obvia inmediata, y 4) posible maltrato criminal de insectos (Leclercq 1969). La entomología forense está inextricablemente vinculada con los campos más amplios de la ciencia de entomología medica, y la patología forense.
Alcance de la Entomología Medicocriminal....
Como practicada en el presente, la entomología medicocriminal trata principalmente con inferencias hechas luego de la examinación e identificación de colección de artrópodos de o cerca de los cuerpos. Conclusiones de significancia forense a menudo pueden ser sacas notando el estado de la colonización sucesiva del cuerpo por la fauna de artrópodos local, o identificando el desarrollo de insectos necrophilous (comedores de carne muerta) colectados en, sobre o cerca del cuerpo. Un entomólogo profesional está capacitado para obtener muestras adecuada de especimenes de artrópodos apropiada, bien preservada para su estudio, de una escena de muerte. En la mayoría de los casos, especimenes adicionales necesitan ser atrasados al estado adulto, y un entomólogo profesional sabe como realizarlo exitosamente. El conocimiento de biología y distribución geográfica de artrópodos (especialmente moscas blow) pueden permitir la determinación de estimaciones específicas relativas al intervalo de tiempo en el que el cuerpo fue expuesto a la actividad de artrópodos, y una indicación de si la fauna recolectada es nativa o extranjera al sitio donde el cuerpo fue encontrado. A menudo esto puede probar ser útiles en la determinación de la ubicación real de la muerte. Por ejemplo, ciertas especies de moscas blow tienden a ser encontradas principalmente en grandes ciudades. La identificación de tales especies en asociación con el encuentro del cuerpo en una carretera rural sugiere que la víctima fue asesinada en la cuidad y subsecuentemente tirada en un ambiente rural remoto.
Identificar artrópodos con precisión es el rol principal de los entomólogos medicocriminales. Esto provee más que cualquier otro factor el fundamento sólido para cualquier inferencia subsecuente relativas a la fauna. Aunque los especimenes pueden ser recolectados por técnicos de la escena del crimen, examinadores médicos, o patólogos forenses, las cualidades en identificación descansarán con un entomólogo completamente calificado.
Historias de casos han documentado la utilidad de la entomología medicocriminal y señalan las contribuciones únicas de este campo de la ciencia. Nuorteva et al. (1967, 1974) presentó una serie de casos de Finlandia en los que las moscas blow fueron usadas como indicadores de escenas tanto de interiores como de exteriores, y fueron los estados inmaduros (larvas) o adultos donde se usaron para la identificación. Leclercq (1969) proveyó un escenario de una caso típico y resaltó como la información de insectos fue usada para corroborar información obtenida de otras fuentes. Greenberg (1985) resaltó algunos casos, incluyendo una descripción de como información de laboratorio de moscas fue usado para calcular el número de grados de horas acumulados (ADH) requerido para ciertas especies de moscas blow para desarrollarse, y como estos datos fueron aplicados a la solución de un asesinato en Illinois. En otro caso reciente, Greenberg (pers. comm.) describió como la ausencia de insectos, en una aparente escena de muerte sincera, llevó a la confesión de un asesino. Había una ventana abierta al lado de la víctima cuando se encontró el cuerpo, dando la impresión de que el asesino la había forzado para entrar en el cuarto la noche anterior. Sin embargo, el aire del cuarto estaba fresco aunque afuera estuviese muy caluroso. En realidad, el asesino era conocido de la víctima, tenia llave, y regresó a “preparar la escena” abriendo la ventana justo antes de fingir encontrar el cuerpo. Los insectos no tuvieron suficiente tiempo de colonizar el cuerpo porque la ventana había estado cerrada antes del regreso del asesino. Cuando fue confrontado con esta realidad biológica remarcado por un entomólogo medicocriminal, éste confesó.
La historia de la Entomología Forense
En un experimento famoso tanto por su demostración de método científico como por su contribución a la entomología, Francesco L. Redi (1668) estudió la carte podrida que estaba o expuesta o pretegida de las moscas. De sus análisis de infección subsecuente de moscas blow, erfutó la hipótesis de " generación espontánea" de vida. Para ese momento, era de creencia popular que bajo las condiciones correctas los gusanos venían de la carne podrida. Más tarde, Bergeret (1855), cerca de Paris, Francia, fue la primera persona del oeste en usar insectos como indicadores forenses. El cuerpo de un bebé fue encontrado detrás de un mantel plástico en una casa, y una comenzó una investigación. Bergeret determinó que los insectos sujetos a ese cadaver señalaban que el estado del deceso databa de algunos años atrás; consecuentemente, la cuestión de culpa fue echada sobre los anteriores ocupantes de la casa, y no sobre los actuales.
Los métodos y materiales de Bergeret fueron similares a los usados por la entomología medicocriminal actual; eso es, la sucesiva colonización de un cuerpo por especies de artrópodos perdecibles. Entre 1883 y 1898, J. P. Megnin en Francia publicó una serie de artículos tratando con la entomología medicocriminal. El más famoso de éstos, La Faune des Cadares, sirvió en gran parte para hacer que las profesiones médicas y legales estén al tanto de que la inforeación entomológica pueden ser útiles en investigaciones forenses.
Aunque los entomólogos están familiarizados con las referencias citadas arriba, temas medicocriminales en el Lejano Este preceden esto considerablemente. En 1235 A.D., Sung Tz'u, un “investigador de muertes” chino, escribió un libro titulado “The Washing Away of Wrongs” (traducido por McKnight 1981; en castellano, El lavado de Males) en el cual se detallaba la ciencia forense como era conocida en esa época. Es este texto, lo que probablemente fue el primer caso registrado de entomología medicocriminal. Un asesinato por cuchilladas ocurrió en un pueblo chino, y el investigador local tenía que resolver el crimen. Luego de interrogatorios sin fruto, el investigador hizo que todos los pueblerinos llevaran sus sickles a un punto y los pusieran frente a la multitud.
Las moscas fueron atraídas hacia uno de los sickles, probablemente por remanentes invisibles de tejido que permanecían adheridos, y subsecuentemente el dueño quebró su silencio y confesó el crimen. En otras porciones del texto, Sung Tz'u demostró conocimiento de la actividad de las moscas blow en cuerpos relativos a esos orificios infestados, el tiempo de la infestación, y el efecto del trauma de atractivo del tejido a esos insectos.
Cualquier sistema analítico es tan confiable como la información sobre la que está findada, y la entomología forense no es la excepción. Ya que la identificación específica de artrópodos necrophilous es de primordial importancia, se pueden obtener pocos resultados repetidos antes de que se halla realizado un trabajo taxonómico adecuado en los invertebrados (los insectos y animales relacionados) en cuestión. La Taxonomía y sistemática comprenden la ciencia describiendo, clasificando, y proponiendo relaciones evolutivas entre varias formas de vida.
Aunque muchas sinantrópicas (fuertemente asociados con la actividad humana) moscas (tales como Drosophila, Musca, Muscina, Ophyra, Stomoxys, y otras) no son frecuentemente encontradas en investigaciones forenses típicas, otras especies asumen gran importancia (Greenberg 1985). Las moscas (Calliphoridae) que se alimentan de carroña (carne muerta) y moscas de carne (Sarcophagidae) son las más útiles en las investigaciones de muerte. La monografía de Aldrich (1916) sobre sarcófagos hizo uso de los genitales distintivos masculinos, con esto permitiendo a los entomólogos identificar los especimenes masculinos adultos de esta importante familia.
Este concepto envuelve lo tan llamado arreglo "cerradura y llave" en muchos insectos que facilitaban la aislamiento reproductiva entre especies. Los órganos copulativos masculinos de cada tipo (especies) de moscas mayores están compuestos por estructuras únicas y complejas que son usados como caracteres clave para realizar una determinación específica. Ésta adaptación ha sido aplicada con éxito equivalente a las moscas blow de importancia forense.
Veinte años después, Knipling (1936) publicó descripciones y claves de muchos gusanos recientes comunes de moscas de carne. Aunque se ha realizado trabajo considerable en la fauna de la mosca blow de América del Norte (Knipling 1939), la monografía de Hall de 1948, “The Blowflies of North America” (las Moscas Blow de América del Norte), hicieron posible la identificación percisa de larvas adultas y maduras de la mayoría de las especies de esta familia también.
Aunque muy pocos lo sabían (eso es, previamente irreconocible) las especies calliphorid de Norteamérica fueron descriptas recientemente, se han eralizadado esfuerzos para acumlar información de distribución mejorada (may y Townsend 1977, Hall 1979, Goddard y Lago 1983). Se necesita mas investigación sobre identificación específica de los estados críticos de larva y pupa (mayormente recolectados en investigaciones de muerte). En el presente, la primera instancia de la larva de la mosca blow (el estado que precede directamente del huevo) generalmente no son identificables a las especies, y segunda instancia (el próximo estado de gusano) pueden ser identificados precisamente sólo en ocasiones.
La situación es de alguna forma mejor con respecto a la tercera instancia o larva prepupal (el estado mayor de la larva, y la más comúnmente observada), pero sólo si esos especimenes son preservados correctamente. Inclusive, un número significativo de moscas blow nativas no pueden ser identificadas en el presente como inmaduras. Ésta es actualmente un área en estudio activo, y en este momento se está aplicando la técnica relativamente nueva de microscopia de scaneo de electrones (Liu y Greenberg 1989).
Por el requerimiento medicocriminal de información confiable en valor de desarrollo de larvas, se ha realizado un esfuerzo considerable para medir dichos intervalos. Información anecdótica sobre moscas blow contenida en trabajos anteriores fue suplantada ampliamente por los datos de Hall (1948), y luego fue refinado para algunas especies de importancia forense para estatus de grado de hora (Greenberg 1985). Ya que los animales son de sangre fría, su rango de desarrollo es más o menos dependiente de la temperatura del ambiente. Las investigaciones han mostrado que para cada especie hay generalmente una temperatura bajo la cual no hay desarrollo.
As temperature rises above this threshold, a certain amount of time is required for the insect to attain defined stages of development (for instance, from the newlylaid egg through the second instar maggot). Because this heat is accumulated as "thermal units," it can be calibrated and described as "degreedays" or "degreehours," depending on the accuracy of temperature readings and time period involved.
De todas formas, la mayoría de las partes posteriores de los laboratorios (bajo las cuales de desarrolla la información de grado-hora) se han hecho a temperatura constante, por lo que sería necesaria investigación adicional para establecer correlaciones entre esta información, típicas temperaturas de fluctuación de campos (más cálido durante el día y más fresco en la noche), y el promedio diario de mediciones frecuentemente reportadas de estaciones climáticas. Los registros de clima retrospectivo de la estación de grabación del clima (como un aeropuerto) son los más usados en evaluaciones medicocriminales.
El acceso a la literatura científica perteneciente directamente a la entomología medicocriminal ha sido facilitado por dos bibliografías recientes. Una guía inicial para el involucramiento entomológico en la patología forense, más una bibliografía selecta, fue provista por Meek et al. (1983). Una bibliografía de todas publicaciones relacionadas entera o parcialmente con la entomología medicocriminal fue compilado en el mundo entero por Vincent et al. (1985). El escrito posterior contenía 329 referencias y fue corriente durante 1983; por esto, el cuerpo de literatura actual perteneciente a esta subdiciplina de entomología forense no es amplia comparada con otras materias biológicas o legales. El primer libro de texto dedicado a la entomología forense fue publicado en 1986: (Un Manual para la Entomología Forense) “A Manual of Forensic Entomology” (Smith 1986). Ésta es una excelente referencia para la entomología, y recopila la información saliente contenida en la literatura sobre esta materia.
Fuente: http://cienciaforense.com/Pages/Entomologia/EntomologiaIntro.htm