El fraude de documentos en las filigranas o marcas de agua

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El fraude de documentos en las filigranas o marcas de agua que aparecen a trasluz

La filigrana según definición del diccionario de la Real Academia Española es la “señal o marca transparente hecha en el papel al tiempo de fabricarlo”.

Las filigranas del papel empezaron a usarse en el siglo XIII, pero su invención se la debemos a los italianos, siendo la más antigua conocida una de italiana del año 1282.
El sistema para obtenerlas, es mediante la manipulación de los alambres que sostienen la pasta (rejillas de hilos, normalmente de latón), y la figura que se ha fijado en el tamiz queda impresa en el papel para siempre. Posiblemente, y dada la sencillez para obtenerlas, sea un hallazgo casual. Su uso como marca de fabricación empezó más tarde hacia el siglo XVIII.

Las filigranas contienen figuras de animales, reyes, escudos y letras que representan emblemas heráldicos, papeleras, gremios, municipios, órdenes religiosas, etc.

Muchos de estos sencillos signos eran comunes a la cultura de varios países, por lo que la misma filigrana pudo originarse en varias naciones a la vez y sin relación alguna entre ellas. En la Edad Media se producía poco papel y los medios de comunicación eran escasos, pues las más importantes vías de comunicación eran el mare Nostrum y el camino de Santiago.

Hubo filigranas que debido a la calidad del papel que las contenía y a su abundancia, dieron lugar al fraude. Fabricantes desconocidos que producían peor calidad utilizaban la filigrana conocida o acreditada para así vender su producción. Esto dio lugar a que las citadas representaciones gráficas se fueran enriqueciendo con letras, iniciales y en fechas más próximas con el nombre y apellido del fabricante e, incluso, con el de la población donde se encontraba la fábrica.

En el siglo XVIII se emplea en España en escrituras públicas un papel del suroeste de Francia, con una filigrana de tres círculos superpuestos, en la que figura el año en que el papel fue elaborado. De haberse extendido su uso, se hubiera evitado el fraude de elaborar documentos con fecha posterior a la escriturada. Pues usando un papel antiguo, de difícil, pero no imposible adquisición se puede lograr una importante prueba de veracidad.

Por la composición del papel, sus características físicas y sus filigranas, puede conocerse la época en que se ha elaborado, pero estas épocas, normalmente no aclaran nada, y en la antigüedad, abarcan muchos años y aún siglos.

En la revista Investigación y Técnica del papel de la Industria papelera Española, se relata un caso curioso de estafa criminal que logró esclarecerse gracias a la filigrana del papel elaborado por la más importante empresa papelera española de entonces y que sucedió así:

“En la villa de padrón, cabeza del partido judicial de su nombre, en la provincia de la Coruña, a principios del siglo actual, una propietaria rural, anciana, analfabeta y sin herederos forzosos, otorgó ante el Notario de dicha localidad, Ignacio Viñas Nieto, un testamento por el que instituía herederos a unos sobrinos, postergando a otros.

Un sujeto de la comarca, ducho en artimañas para falsear la ley, aconsejó a estos últimos que, aprovechando el analfabetismo de su anciana tía, estableciesen un documento privado falso por el que ella les vendía todas sus propiedades, reservándose el usufructo vitalicio de los bienes vendidos. Así lo hicieron en un pliego de papel sellado y otro de papel corriente, dándole al documento todas las características que exige la ley y fechándolo con varios años de atraso.

Al fallecer la anciana, los sobrinos-herederos procedieron a efectuar la partición de bienes utilizando los servicios de un perito. Cuando éste se hallaba midiendo las tierras, se personaron los sobrinos-falsarios amenazándole con un interdicto si se metía en “sus” fincas, lo que causó asombro a todos, ya que era desconocido el documento de compraventa que no pasó a liquidación de derechos reales hasta que no hubo fallecido la vendedora, pagando la correspondiente multa y alegando, como disculpa, que, por tener la fallecida el usufructo vitalicio, estaban en la creencia de que no tenían que pagar dichos derechos hasta que ocurriese su óbito.

Los herederos presentaron demanda contra los falsos compradores, ejercitando una acción reivindicatoria con ánimo de que se declarara falso el documento privado. Más la habilidad del abogado (que era el mismo notario, pues ejercía como tal abogado) no logró, con su agudo y capcioso interrogatorio, que los testigos y compradores cayeran en contradicción alguna, perdiendo el caso.

Este notario y abogado había impugnado, en otra ocasión, un documento privado extendido en un pliego de papel timbrado, al demostrar que la serie y número del pliego correspondía a una “saca” posterior a la fecha del documento. Este posible error fue evitado cuidadosamente por el amañador del documento, que conocía perfectamente este hecho y, para ello, empleó un papel en blanco.

Más tarde, perdido y casi olvidado el caso, se le ocurrió al ya obsesionado notario examinar al trasluz el documento, y observó que el papel tenía la filigrana que reproducimos, e interesó de “La Papelera Española” que le certificase la fecha en que se había fabricado este papel, a lo que no pudo atender por ser ello imposible, indicándole únicamente la fecha de constitución de la misma y, por tanto, de la iniciación de la fabricación del papel con la referida filigrana, lo que bastó, pues era posterior a la fecha del documento.

Con esta irrefutable prueba, el Juzgado de Instrucción de Padrón declaró falso el documento de compraventa, castigando a los autores con las severas penas que para este delito previene la ley”.

Salvo estos curiosos casos, no es posible datar exactamente la fecha de un documento por las características o filigranas del papel en que está escrito.

Actualmente se fabrican papeles de calidad con filigranas y marcas de agua como prestigio de la marca y para evitar el fraude en los documentos, como billetes de banco, títulos, papel sellado, timbres, pasaportes, tarjetas de crédito, etc. Estos documentos requieren ser analizados mediante instrumental técnico adecuado y disponer de un buen laboratorio.

A continuación se exponen dos ejemplos de marcas de agua vistas a través de la influencia de la luz diascópica y ultravioleta, donde puede apreciarse la falsificación de una de ellas. La diferencia entre una filigrana y una marca de agua es que la filigrana tiene una sola dimensión y la marca de agua es una imagen resultante de los diversos grosores del papel, ya que se produce por la presión y es visible a la luz. La marca de agua no reacciona a la luz ultravioleta y si lo hace es que es una imitación de índole química, falsa.


Fuente: http://www.criminalistaenred.com.ar/files/Filigranas1.doc

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