La criminologí­a clí­nica

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La criminologí­a clí­nica

Dentro de este estudio de la criminología clínica se intenta demostrar que existe una personalidad delincuente:

Se hace un análisis del desarrollo evolutivo, es decir, del estudio de los cambios intraindividuales.

El abandono de la actividad delictiva:

Según Quetelet la actividad delictiva se reabsorbe a partir de los veinticinco años. Le Blanc y Fréchette (1989) plantean que la actividad delictuosa se desarrolla a partir de procesos de activación y agravamiento y que se absorbe de manera específica entre los delincuentes reincidentes.

Detención Desaceleración Especialización

1. La actividad delictuosa no tiene lugar de manera brusca entre los delincuentes reincidentes.

2. Tiene lugar después de un período de desaceleración (disminución de la frecuencia de actividades delictivas) 1. Durante los dos o tres años que preceden a la  decisión de abandono de la actividad delictiva se ve una disminución en la frecuencia de las actividades.

3. La desaceleración se acompaña de una especialización, una disminución gradual de la variedad de actividades criminales.

1. El desistimiento se hace inminente cuando el mismo se desvía y llega al techo de la gravedad de su proceder (durante el período en el que la actividad delictiva se mantiene al mismo nivel de gravedad).

La evolución de la personalidad delincuente (de la adolescencia al principio de los 30):

Se compara una muestra de adolescentes montrealeses y una muestra de delincuentes. Las diferencias son estadísticamente significativas sobre un gran número de medidas del funcionamiento psicológico.

Debido a que la riqueza de personalidad entre los dos grupos es totalmente diferente, se concluye con la existencia de una personalidad delincuente.

Formas Características De La Personalidad
Evolución

1. delincuentes inmaduros
2. delincuentes de estructura neurótica
3. delincuentes de estructura psicopática
4. delincuentes marginales 1. nivel psico-social (primitividad y hiposocialidad)

2. nivel psico-afectivo (inseguridad y negatividad)

3. nivel psico-relacional (aislamiento interpersonal

4. nivel psico-cognitivo (debilidad intelectual)

*se organizan de acuerdo con una estructura específica para poder soportar la intensidad de la actividad delictiva). En nuestra hipótesis, la personalidad delincuente entre la mitad de la adolescencia y el comienzo de los treinta, se sostiene que a pasar de la continuidad existe inestabilidad en la evolución del funcionamiento psicológico de adolescentes convencionales  y de delincuentes.

*Adolescencia (2 años); dificultades psicológicas de los delincuentes disminuyen significativamente. Pero es insuficiente para que los delincuentes alcancen a los adolescentes convencionales, ya que estos maduran igualmente.

*La disminución de los funcionamientos psicológicos no es uniforme:
a) delincuentes de estructura psicopática e inmaduros (modifican poco el funcionamiento psicológico, ellos consolidan la personalidad delincuente).
b) estructura neurótica (mejoran considerablemente pero sin jamás llegar al umbral de la normalidad).

Gottfredson y Hirschi (1990): la falta de autocontrol es la causa principal de a actividad delictiva, que se establece de forma permanente en la vida de los individuos. Creen que la diferenciación entre los delincuentes de bajo autocontrol se mantiene a lo largo de toda la vida (sin confirmación).

Continuidad intergeneracional:
Se analizan una docena de rasgos de personalidad y comparan la evolución del fenómeno psicológico de la muestra de adolescentes convencionales y de jóvenes delincuentes.

Nivel de estabilidad:
La actividad delictiva no es mas estable que el funcionamiento psicológico, ya que en los dos grupos predomina la inestabilidad.


La naturaleza de los cambios:
Se puede sostener que la personalidad delictiva se presenta bajo una forma de menos  a menos aguda. Existe una mejora del funcionamiento psicológico entre los 16-31 años. Los rasgos que caracterizan la personalidad delincuente se atenúan al mismo tiempo que la actividad delictiva se reabsorbe.

Cuatro tipos de evolución:
cambios progresivos: mejoras relativamente equivalentes de uno a otro periodo.

Cambios abruptos: a una edad dada tenían mejoras.

Evolución en picos: la evolución de conjunto es marcada por las progresiones y regresiones.

evolución mínima.

El análisis de promedios revela siempre que la maduración es superior en los delincuentes que en los convencionales. Siempre, todas las ventajas de los delincuentes, no son suficientes para permitirles alcanzar a los convencionales.

Un análisis del desarrollo:
Se sabe ya que la personalidad de los delincuentes es mas instable que estable frente a los jóvenes convencionales y en su evolución no alcanzan a estos últimos.

Loeber y Le Blanc: establecen cuatro medios principales para el análisis de los cambios individuales:

estudio del grado de cambio: proporción de individuos que modifican el funcionamiento psicológico.

análisis de la dirección del cambio: proporción de individuos que progresan o regresan.

compilación de la velocidad de cambio:  ritmo del cambio.
Identificación de las trayectorias que siguen diferentes individuos.
En los individuos el grado de cambio es superior, casi el doble al de los convencionales. Los delincuentes son mas numerosos en progresar y regresar. El ritmo de cambio es igualmente superior en los delincuentes.

Cuatro trayectorias en la población masculina:

30% de los 16-31 años; funcionamiento psicológico excelente; 34% a los 16 y a los 31 respectivamente; mejoran el funcionamiento psicológico de forma media, madurando mas a los 31 años.

12% mantienen un funcionamiento psicológico medio tanto de los 16 a los 31.

24 %; dificultades psicológicas parecidas a las de los delincuentes a la mitad de la adolescencia, aproximándose a la norma al principio de los 30 y así mejorando de forma visible.

Cuatro trayectorias para los delincuentes:
33% funcionamiento psicológico equivalente al de los adolescentes medios de 16 años, manifestando madurez a los 31.

42% importantes dificultades psicológicas a los 16 años, siendo su funcionamiento psicológico de los 31  comparable con el de los jóvenes de 16 años.

9%; se deterioran, con pocas dificultades a los 16 años pero mas importantes a los 31 años.

16% mantienen importantes dificultades entre el principio de la adolescencia y el inicio de los treinta.

Conclusiones:
31%tienen rasgos de personalidad delincuente a los 16 años.
37%  solo los mantienen a los 31 años.

El cese de la actividad delictiva se ha dado en paralelo a la evolución psicológica.

Destacamos que en la adolescencia dominan las variables que distinguen las trayectorias.

Los adolescentes convencionales: son las variables familiares las que distinguen las cuatro trayectorias (los que presentan dificultades psicológicas son los que tienen una estructura familiar desorganizada, menos intensa y disciplina errática y represiva.

En los delincuentes las variables de predominio de oportunidades distinguen las trayectorias (experiencia escolar en la adolescencia y experiencia de trabajo en la juventud son las que determinan la personalidad delincuente).

La continuidad intergeneracional:Está poco establecida, hay dos niveles:

Es poco conocido el cómo incide la herencia de sus padres en la propensión a la criminalidad.

Está poco considerada la reproducción de la inadaptación gracias a la educación parental.

La estabilidad  intergeneracional es cuasi inexistente y las correlaciones son muy débiles.

Conclusión:
La estabilidad se refiere a la posición relativa de los individuos.
La inestabilidad domina a la estabilidad, la existencia de múltiples trayectorias de desarrollo, como los datos sobre el grado de cambio, dirección y ritmo. La estabilidad es importante pero no es dominante en cuanto se trata del desarrollo de la actividad delictiva o de la personalidad del delincuente.

La continuidad se refiere a las leyes del desarrollo. En la actividad delictiva, el proceso de desistimiento, con la desaceleración, la especialización y llegar al máximo conduce a la saturación criminal.

En la personalidad delincuente y en el desarrollo psicológico, la maduración progresiva aparece como una de las leyes del desarrollo.

La continuidad se ilustra por el hecho de que los delincuentes juveniles no alcanzan jamás a los sujetos representativos de la población general.

Continuidad y estabilidad son dos aspectos inseparables del desarrollo de la actividad delictiva y de la personalidad delincuente, esta última conlleva una configuración de funcionamiento psicológico persistente en los individuos, pero en su forma aguda se atenúa en la mayor parte de ellos. Solo un tercio de los individuos exhiben una personalidad delincuente manifestada con  mayor agudez hasta el principio de los treinta; estos permanecen en la criminalidad.

La configuración del funcionamiento psicológico que constituye la personalidad delincuente aparece por consiguiente como un retaso del desarrollo, un retaso presente en la adolescencia. Por otro lado, si esta se corta, jamás llenará la siguiente a pesar de una maduración segura.

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