Las impresiones de un hombre: Una directriz objetiva para el perfil de los violadores...

Publicado en Criminología

Las Impresiones de un Hombre: Una directriz objetiva para el perfil de los violadores seriales violentos

Por Brent E. Turvey, Marzo, 1995

Nota del Autor: El siguiente artículo fue hecho a base de y en adición a el importante cuerpo de trabajo generado por el Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos, en la Academia del FBI en Quantico, Virginia. También, el uso del término genérico “él” para describir al ofensor sexual violento es con la completa conciencia de que se ha documentado una población de ofensoras sexuales mujeres.

E L · P R O B L E M A

Hoy en día, no existe ninguna tipología universal aceptada para los ofensores seriales violentos. No hay un lenguaje común que utilicen las fuerzas de seguridad y la comunidad de salud mental para describir el comportamiento criminal violento, o para discutir motivo y medio. Inclusive los mejores esfuerzos de clasificación, producidos por tales grupos de individuos motivados y respetados como el Centro Nacional para el Análisis de Crimen Violento, todavía deben ser ampliamente aceptados. Esto es mayormente porque cada persona asociada al campo tiene sus propias ideas sobre la mente criminal, y a ninguno de los profesionales involucrados les gusta que se les diga cómo pensar sobre el comportamiento criminal por otra persona.

La progenie de esta triste relación entre las fuerzas de seguridad y la salud mentar es una falta de entendimiento mutuo y un respeto profesional desecho por ambas partes. No hay suficientes psicólogos y psiquiatras que hayan ido a una escena de crimen, y no hay suficientes investigadores que hayan estudiado los principios de la psicología, psicopatología, y comportamiento humano. Cada uno podría beneficiarse ampliamente de la experiencia del otro. Más importante aún, la investigación exitosa de un ofensor serial violento requiere habilidades de ambas disciplinas.

Aunque una tipología clara para los ofensor seriales violentos puede ser útil, este trabajo no presume presentar tal tipología en este momento. Este trabajo discutirá algunos conceptos generales y directivas para asistir al investigador de crímenes sexuales violentos en el armado del perfil y en la navegación mental de la ineficiente coexistencia entre la salud mental y la policía.

La ciencia del arte de armado de perfil de escenas de crimen, y sus subsecuentes ofensores, de la evidencia física y psicológica es la clave de la investigación en crímenes sexuales violentos para los cuales no hay un perpetrador conocido. El método de perfil está basado en el Principio de Intercambio de Locard; cualquiera que ingrese en la escena tanto se lleva algo de la escena consigo y deja algo de él mismo detrás. De todas formas, el perfil más allá de la reconstrucción científico de la escena del crimen. Las ramificaciones psicológicas inintencionadas del Principio de Locard son poderosas, pero por lo general ignoradas por la mayoría de los investigadores. Ha sido demostrado que lo que puede ser recuperado en una escena, utilizando principios básicos de psicología aplicada a la evidencia física, es una impresión del hombre que ha cometido el crimen (Burgess, et al.[2] & [3], Douglas, et al [5], & Hazelwood, et al., [10], [11], [12])

Este es el resultado del armado de perfil. Por el investigador entrenado, una impresión puede ser levantada de la escena – rastros psicológicos residuales del individuo que creó el mundo de esa escena de crimen y ha vivido en ella por un tiempo dado. Finalmente, armando el perfil de la/s escena/s de un crimen puede darle al investigador una grupo más reducido de sospechosos, un vistazo a los motivos, y vínculos entre un crimen y otros similares. La oportunidad de armar el perfil de un crimen no resuelto no debe ser ignorado o desperdiciado.

E V I D E N C I A · F I S I C A

Lo primero que se debe considerar para armar el perfil de un ofensor sexual serial violento es la escena del crimen. Es un documento viviente de las acciones del ofensor, y es la base de la interpretación objetiva de su comportamiento (la victimología provee una interpretación objetiva y subjetiva, pero no es menor valiosa). Por esto, es crítico preservar primero la escena y luego procesarla, documentado la evidencia física y estando atento al mínimo detalle. Cuanquier pieza de evidencia recolectada es un suministro para el perfil . Hasta el más mínimo detalle, tal como fibra roja de la alfomabra del automóvil sacado del cuerpo de la víctima, puede proveer un vistazo valioso.

Toda agencia o departamento tiene su propio protocolo del crimen, algunos mejores que otros. El concepto clave que recordar aquí es elegir un acercamiento que provea lo que se necesita de una escena, y luego apegarse a eso. Como resultado, el procesamiento de una escena se convierte en un habito, y luego eventualmente de segunda naturaleza. La consistencia planeada es una buena práctica de investigación. Para ejemplos específicos, busque referencias en “Investigación de la Escena del Crimen”, por Henry Lee, Ph.D., et al. [16], “Evidencia Física”, por Henry Lee PhD.[17], “Investigación de Homicidio Práctica”, por Vernon Geberth[8], y “Criminalísiticas: una Introducción a la Ciencia Forense” por R. Saferstein[19].

Algunas sugerencias- Siempre considere si una escena es o no primaria o secundaria. Si tiene un cuerpo en una ubicación aislada, realice una investigación en espiral usando el cuerpo como punto de comienzo; busque el camino de entrada y salida del sospechoso. También, no despache el cuerpo hasta que no sea completamente necesario. Notifique al examinado médico, pero dése tiempo para documentar y recolectar la evidencia. Sólo tiene una oportunidad con el cuerpo prístino en contexto, y una vez que se ha ido, esa oportunidad se pierde para siempre. Si el tiempo de muerte de una consideración viable, puede ser razonablemente establecido sin remover el cuerpo de la escena. Pero no pierda demasiado tiempo con eso. Ningún examinador médico daría un tiempo de muerte que no sea un bloque entre 2 y 3 horas. Cualquier tiempo más finito, excepto en raras excepciones, es ego.

Una vez que la evidencia física ha sido recolectada y la escena se ha reconstruido científicamente, se puede proceder a armar el perfil.

T R A M P A S

El armado de perfil tiende a depender fuertemente en tipologías variadas de ofensores. Los investigadores ponen una serie de preguntas a una escena de crimen y al comportamiento del ofensor, y luego discuten las respuestas en términos de una tipología basada en la psicología. El mayor fallo de la mayoría de las tipologías de ofensores seriales violentos es la perspectiva. El ofensor es descrito en términos que expresan en entendimiento del investigador de la motivación detrás del comportamiento del ofensor. Este puede ser muy subjetivo y puede desviar el esfuerzo del investigador de entender a un ofensor y vincularlo a otro crimen.

Muchos investigadores toman la psicología en sus propias manos y comienzan de motivaciones subjetivas posibles, luego toman y eligen comportamiento del ofensor para explicar sus teorías de motivo. Eso es al revés. El perfil no significa llegar a una teoría y luego insertarle el ofensor que más encaja.

Armar un perfil significa dejar que la evidencia física le diga al investigador que comportamiento ocurrió, luego pensar en que se pretendía con esos comportamientos. Al reconstruir un sentido de motivación de los patrones de comportamiento del ofensor, el investigador puede luego reconstruir la fantasía del ofensor. Esto puede ayudar en el área de predecir patrones para el futuro comportamiento del ofensor.

La mayoría de los investigadores son crónicamente incapaces de superar sus propias perspectivas al enfrentar con una o más escenas criminales violentas perturbadoras. . Esto es mayormente porque no son ofensores sexuales seriales. No piensan como un ofensor lo hace. Marshall [18] hace un buen punto cuanto explica que lo que distingue un violador de un no-violador es la habilidad de realizar la respuesta de una agresión hostil y una agitación sexual al mismo tiempo. El ofensor serial violento puede hacer esto con facilidad. Por esto, cuando ponemos nuestro propios valores y creencias en la escena de un crimen violento damos una explicación perdida del comportamiento y caemos en explicaciones fáciles, triviales, sin sentido y clichés como “loco” y “enfermo”. Los ofensores tienen sus propios valores intrincados. Eso es parte de los que los define como psicópatas, según Burgess et al.[3]—la falta de confianza y compromiso a un mundo de reglas y negociación. Esa es la diferencia de perspectiva, y es por lo que muchos investigadores son una pérdida al momento de explicar los motivos en tales casos, y son necesariamente frustrados por el pensamiento de análisis de comportamiento.

Al considerar estos factores, el perfil más útil de un ofensor serial violento debería incluir términos objetivos que mejor describan la perspectiva y comportamiento de un ofensor hacia la escena y hacia la víctima. Comience primero pensando en qué fue lo que hicieron en la escena. Describa primero al ofensor por sus comportamientos. Luego comience a preguntarse que deseos satisfacen esos comportamientos. Recuerde: los ofensores seriales sexuales violentos, en general, no comenten sus crímenes por accidente. Está en posesión, de alguna forma ilusoria, de sus propias rezones para el comportamiento que llevan a cabo con la víctima.

A R M A D O · D E · P E R F I L

El método aceptado para armar el perfil de la mayoría de los crímenes en las fuerzas de seguridad es la predicción del comportamiento basado en un motivo sabido. En los crímenes seriales violentos el motivo es desconocido para el investigador. No es por dinero, y no es abuso de venganza interpersonal. Por esto, los métodos convencionales de predicción fracasan. Hacer el perfil provee una solución al acercarse al problema desde la dirección opuesta. El motivo desconocido es explicado en términos de conducto conocida.

Una lograr un perfil exitoso y objetivo, hay dos conceptos que deben ser aceptados por el investigador antes de pasar a través de la puerta del entendimiento del comportamiento del ofensor serial sexual violento. Primero, los violadores seriales violentos generalmente viven su crimen en deliberada fantasía muchas veces antes de realizarlo con una víctima real. Segundo, la mayoría de los comportamientos satisfacen un deseo o necesidad. Aceptando estos dos conceptos básicos, un investigador puede deducir lo que el ofensor desea o necesita del comportamiento de la escena del crimen.

F A N T A S I A

La investigación publicada del NCAVC sobre los pasados 10 años ha establecido que la fantasía ocurre bien avanzada en el crimen en los casos de ofensas sexuales seriales, violadores seriales, y asesinos sexuales seriales (i.e. [10],[11], & [12]). Para la mayoría de la sociedad, la fantasía es un medio de escape o de entretenimiento. Es temporario y generalmente entendido como irreal. Para los ofensores sexuales seriales violentos, la fantasía evoluciona en algo obligatorio y complejo hasta que se convierte en la elección central de comportamiento, en vez de una distracción mental inconsciente de corta duración.

Tome como ejemplo a Edward Wyatt, un violador serial convicto del centro y oeste de los Estados Unidos. A la edad de 18, fue convicto por invasión criminal por espiar por la ventana de un vecino. Algunos años más tarde, fue convicto por la mismo ofensa. Fue encontrado cargando un cuchillo de caza en ese tiempo. Sobre los próximos años, casado y comenzando una familia, se mudó un número de veces y cambió de empleos con bastante frecuencia. Cuando comenzó con su serie de violaciones, utilizó un cuchillo de caza como medio de amenaza y control a sus víctimas. Entraría en sus casas cuando estuvieran solas. Utilizaría el cuchillo para amenazarlas, y luego las ataría con cinta conductora. Una vez atadas y con los ojos vendados, las obligaría a someterse a penetración vaginal, anal y oral. Mientras tanto, les diría repetidamente, “Dime que tan bueno soy,” o “Rógame que te coja por el culo, puta!”. Cuando secuestró a Allison Shaw de 17 años, a su propia casa, Edward Wyatt escaló a grabar el sonido y sacar fotografías de la ordalía. Duró varias horas y se llevó a cabo en el living enfrente del árbol de navidad de la familia Wyatt. Allison fue liberada y luego identificó a Wyatt como su asaltante. Durante la entrevista cuando fue encarcelado por ese crimen, Edward Wyatt explicó que no sabía si eventualmente comenzaría a matar a sus víctimas. En 1991, luego de estar preso 9 años, se le concedió libertad condicional. 14 meses después, fue enjuiciado por robo. Luego de obtener una orden de cateo, la policía descubrió una máscara de ski, una cámara de video, y un taburete en el baúl de su auto. Una búsqueda subsecuente en su hogar reveló videocassettes de Edward cometiendo otros crímenes tales como masturbando a una niña de 10 años mientras dormía (Flynn, [7]).

Este caso demuestra un aumento claro de la fantasía al comportamiento. Note que el aumento de comportamiento se mantiene real al sabor de la primera fantasía. Edward Wyatt llevaba un cuchillo de caza con él desde el principio de su carrera criminal. El cuchillo representaba su deseo, o fantasía, que ya se encontraba presente antes de realizar sus crímenes, como indica la naturaleza de sus últimos crímenes. En el comienzo, el cuchillo fue el vínculo a una fantasía inconsciente esperando en su mente para una oportunidad. Más tarde, fue el medio. Su presencia constante claramente sugiere a aumento deliberado.

En crimen en sí mismo es la fantasía planeada y actuada por el ofensor. La víctima es subsecuentemente utilizada como actriz con un libreto. Es insertada en un papel que el ofensor necesita ocupado para que su fantasía se convierta en realidad. La víctima, luego, es un objeto de refuerzo. Sirve como fortificación para la fantasía. La escala de la fantasía y comportamiento requiere un refuerzo constante, y consecuentemente, una sucesión de víctimas. Este tipo de escala tiene una gran importancia de momentum, y finalmente la yema de la fantasía es el comportamiento de la actuación de la fantasía en escala. La fantasía se convierte en el motivo y estableces la firma del ofensor [5].

La seguida escala de fantasía y comportamientos en sí mismos sirven a un número complejo de finales para el ofensor. Los valores más básicos de la fantasía en escala para el ofensor son 1) provisión de control 2) des-asociación de la víctima/crimen para soportar la personalidad superficial que lo cubre y 3) provisión de volver a decretar y volver a llenar las fantasías. Aquí es donde en la fantasía, el investigador entrenado encuentra el motivo.

Control – La fantasía provee un ofensor con un medio de control de la situación. Mientras él pueda mantener verdadero el mundo que crea con la víctima en su fantasía, él está en control.. Levin & Fox, [6], póngalo de esta manera, “ La dominación sin mitigar por la culpa es un elemento crucial en los crímenes seriales con un tema sexual. No solo existe el sexo sádico—consensual o contundente—expresando el poder de una persona sobre otra, pero en homicidios seriales, el asesinato aumenta el sentido del control del ofensor sobre sus víctimas.” Los ofensores se involucran en comportamientos que establecen que están incuestionablemente bajo control.

Una manera de establecer control es un tema de fantasía de períodos extendidos de degradación y devaluación de la víctima. Con una víctima viva, el ofensor puede usar su libreto (i.e—repetir epítetos severos a la víctima, o simplemente decirle que poderoso que el ofensor es, etc..), sexo (i.e.—forzar a la víctima a realizar actos sexuales anales dolorosos y luego inmediatamente fellate the offender), y tortura (i.e.—mordiendo y arrancando los pezones, realizar cortes pre-mortem).Algunos ofensores no sienten que tienen el control hasta que la víctima está muerta, por lo que la matan relativamente rápido. Una vez que la víctima está muerta y bajo control, proceden a trabajar libremente en el cuerpo por medios tales como mutilación post-mortem (como algunas incisiones curiosas por el cuerpo, o la extirpación de un apéndice), defeminización (lo que incluye daños severos o extirpación de las áreas sexuales femeninas), y posiciones rituales del cuerpo 8dejando el cuerpo en una posición humillante a propósito, sin ropa, en un lugar donde es seguro que la encontrarán, quizás por seres queridos). En ambos casos, el comportamiento claramente establece el control del ofensor sobre la víctima. Para el ofensor, la fantasía que se está actuando, que produce miedo y humillación a la víctima, establece el dominio del ofensor sobre el mundo que él crea; el mundo de una víctima en una escena de crimen.

Considere el caso de Dayton Leroy Rogers de Portland, Oregon. Para finales de 1980s, es sabido que Rogers mató 8 mujeres, todas prostitutas. Se acababa de casar con su primera mujer, cuando luego de un ataque a una chica de 15 años con un cuchillo, fue puesto en un programa de ofensores sexuales. Allí, sus fantasías crecieron y se convirtieron más violentas. Usó narcóticos, bebía pesadamente, se masturbaba crónicamente, y admite haber tenido fantasías de esclavitud sexual violenta teniendo sexo con su segunda mujer. Declara que esto agrandaba su deseo sexual. Levantaría prostitutas tarde por la noche y las llevaría a un lugar remoto en el bosque Molalla. Una vez allí, las haría dejarlo atarlas, pero la naturaleza de las ataduras sería extremadamente metódica. En algún punto comenzaría actos de masturbación con sus pies. También las torturaría intermitentemente cortándoles los pies, y mordiendo o cortando los pezones. Esto duraría hasta las primeras horas de la mañana. Según algunas de las víctimas que escaparon, pararía sus ataques regularmente, dejándolas para orinar afuera, ya que consumía alcohol durante toda la ordalía. Rogers también les daría un libreto llamando a una de ellas “Maureen” por Maureen Ann Hodges, una prostituta favorita y eventual víctima. Inclusive, teniéndolas atadas, con ataduras ajustadas y dolorosas, las amenazaba con estrangularlas, una y otra vez, si no respondían verbalmente a sus pedidos. Excepto que la víctima pudiera escapar, las mataría y tiraría en el bosque. Los cuerpos descompuestos no serían encontrados por algún tiempo, generalmente por cazadores, (King, [15]). Rogers buscaría a sus víctimas, las llevaría a un lugar donde podría ganar control, y las forzaría a actuar el papel de sus fantasías.

Gilgun[9] encuentra el tema de control en las fantasías sexuales de los ofensores tan pertinentes, utiliza la clasificación “Controladores” en su tipología de ofensores sexuales de niños. Ella cita a un ofensor diciendo “Me gustaba...el sexo propiamente dicho...luego el controlar, estando en control de su vida completamente era excitante para mi. Pensaba más en eso de lo que pensaba en mi mujer.” Gilgun también encontró un tema recurrente de negociar con “controladores”, por ejemplo tales declaraciones a las víctimas como “Haz esto (mastúrbame) o no saldrán nunca más!”.

El comportamiento le da energía a la fantasía. Parte de la fantasía es el control o dominio del ofensor, por alguno o todos los medios antes mencionados. El comportamiento de ofensores sexuales seriales violentos claramente busca establecer ese control o dominio. Puede ser prescripto, entre muchos otros comportamientos de ofensores, por la ubicación elegida para el asalto, por el libreto que usa con la víctima, y así sucesivamente. El ofensor hace lo que siente que lo mantendrá en control, y por lo tanto aumenta y refuerza sus fantasías. La última manifestación de la fantasía es el comportamiento del ofensor, lo que en respuesta refuerza la fantasía, lo que nuevamente se manifiesta en un comportamiento posterior, lo que nuevamente refuerza la fantasía. Este es un concepto importante para tener en cuenta en el desarrollo del perfil.

Desasociación -- para mezclarse exitosamente en la sociedad, muchos ofensores sexuales violentos desarrollan una personalidad superficial que está completamente desasociada de su comportamiento criminal violento.

La falta de asociación no es una característica aberrante del humano. Es algo que todos hacemos en alguna medida, como el comportamiento algo superficial que muchos individuos exhiben con sus compañeros de trabajo vs. Su transparencia emocional con sus familiares. Los ofensores seriales sexuales violentos meramente llevan un comportamiento de auto-protección a un extremo insano.

Los ofensores seriales sexuales violentos son criminales exitosos. Son suficientemente inteligentes para evitar la detección y persistir cometiendo los crímenes. Viven en nuestra sociedad con poca o ninguna evidencia de su verdadera naturaleza. Muchos están casados o en una relación. Pero está desasociado.

La fantasía permite la desasociación. Mientras más intrincada es la fantasía y más objetiva es la víctima, mayor es la distancia creada mentalmente entre el comportamiento criminal violento y la máscara superficial de personalidad. La mutilación de las víctimas y los libretos que deshumanizan también agrandan la distancia.

El verdadero comportamiento por elección es suprimido en contextos sociales por la practicada superficialidad del ofensor. Esto puede sonar como indicaciones de episodios de fuga parafílicos o una segunda personalidad, pero este no es el caso. El comportamiento de los ofensores seriales sexuales deliberadamente evita la detección, indicando que el ofensor sabe perfectamente que su comportamiento no es aceptado en la sociedad. La superficialidad practicada en contextos sociales es deliberada, porque está practicada, y previene los escapes de la verdadera personalidad. Sin esa mascara, provista por la fantasía y el ritual, el ofensor sexual serial violento no podría vivir en la sociedad y evitar se detección por períodos prolongados. Debe haber una desasociación de los crímenes mientras se encuentra en un contexto social.

Tome como ejemplo a Jerry Brudos de Salem, Oregon. Brudos comenzó a fantasear con vestirse con ropa de mujer y secuestrar mujeres con intenciones sexuales como adolescente. Escaló hasta secuestrar a una chica de 15 años a punta de cuchillo en los últimos años de su adolescencia. Cuando se casó y estaba formando una familia, procuró a sus víctimas por varios medios pero también utilizó un revolver para intimidarlas. Tenía una gran colección de zapatos de mujer y algunas prendas de ropa interior femenina. Brudos llevaba a sus víctimas al garaje a través de la fuerza o la sumisión. Allí, las forzaría a sacarse la ropa, ponerse alguno de los zapatos y lencería de su colección, y luego las ataría. Jerry se masturbaría mientras las fotografiaba a ellas y a él mismo, a veces utilizando espejos en el techo de su garaje. Estrangulaba a sus víctimas. Las ataba a artefactos pesados para que se hundieran al dejarlas caer en el río Willamette. Se sospecha que cometió al menos 5 otros asesinatos similares incluyendo el de Jan Whitney, una estudiante universitaria a quien se le rompió el auto, Karen Ann Sprinkler de 19 años, que recién comenzaba la universidad en Oregon state University, y a Linda Dawn salee. La policía finalmente buscó en su hogar. Aunque Jerry sabía que iban a su hogar a revisar su casa y garaje y tenía varios días de anticipación, la policía pudo encontrar evidencia que lo vinculaba directamente a varios de los asesinatos. Entre las posesiones que Jerry eligió no deshacerse estaban; su colección de fotografías de las víctimas cubriendo su desnudez y ataduras en su garaje, su colección de zapatos robados, la ropa de varias víctimas, su colección de lencería robada, un pisapapeles modelado con la forma de los senos de una de las víctimas. También es para notar que se encontraron fotos de su mujer, Ralphene Brudos, desnuda. Todo este material facilitaba el refuerzo de su fantasía y su subsecuente ofensa en ausencia de una víctimas. Su esposa Ralphene testificó que pasaba horas en el garaje, y se enfurecía con ella si alguna vez iba a invadir su privacidad. Pero hasta este día, Jerry Brudos se sienta en la Penitenciaría Estatal de Salem, Oregon, y niega cualquier conocimiento de los crímenes por los que fue convicto. Excepto por su confesión inicial, declarándose inocente por razones de insanidad, una vez que esta declaración fue rechazada, no admitió haber cometido los crímenes. Sin importarle las fotografías, los testigos oculares, las piezas de artefactos encontrados atados a los cuerpos de las víctimas vinculando su posesión, sin importarle una gran cantidad de evidencia física, Jerry se declara inocente.

Este autor encontró a Jerry Brudos bastante amable y comprometedor durante las entrevistas (Turvey, [20]). Me compró una Coca Cola y eventualmente me mostró algunas de sus cicatrices de prisión. Generalmente hablaba suavemente y aunque no discutimos sus crímenes, discutimos el caso O.J. Simpson.

Su disfraz social está tan practicado, tan pulido y creíble, que se ha convertido en un preso de confianza en la Penalidad Estatal de Oregon. Se le ha permitido trabajar en archivos criminales de computadoras del estado, e instaló el sistema de cables de la penitenciaría (es electricista profesional). También está a cargo de la reparación y re-abastecimiento de las máquinas expendedoras. El staff de la Penitenciaría solo tiene cosas positivas para decir sobre Jerry como recluso, y claramente tienen una gran cantidad de confianza en él. De hecho, la queja más grande de Jerry hacia el autor, con respecto a las condiciones de encarcelación, fue la negativa a su pedido de jornadas técnicas. Todo salvo que es un asesino serial convicto. Esto es para no decir que sus condiciones deberían de haber sido más miserables dado la naturaleza de los crímenes cometidos. Sin embargo, claramente no había un clima que rodeara a Jerry Brudos que fuera peligroso de alguna manera durante las visitas a la penitenciaría. Nos conocimos en una habitación abierta con muchos otros reclusos y visitantes, nos sentamos uno en frente de otro en mesas de las altura de las rodillas, y la única supervisión era un guardia y algunas video cámaras.

Por los términos de su encarcelación, Jerry Brudos sale cada dos años en libertad condicional. Ha estado en la Penitenciaría Estatal de Oregon por 25 años.

El uso de un disfraz social practicado le ayuda en su matrimonio y le continua ayudando en la prisión. Es tan creíble que el staff de la prisión le tiene muy poco miedo y le dan confianza. Esto es deliberado, una mascara social protectora, provista por una fuerte vida de fantasía ritual, que es fácilmente desasociada por su complejidad, puede ayudar a liberar a Jerry Brudos.

Revalidación – Cada ofensa, cada experiencia con una víctima, es parte de la fantasía colectiva del ofensor. Each offense, each victim experience, is a part of the offender's collective fantasy.

Ambas son, si solo en parte, vividas antes, durante y luego de las ofensas subsecuentes. El aspecto del comportamiento de la fantasía es acumulativo con ese respecto.

La revalidación sirve para dos finalidades muy importantes a los ofensores que los investigadores no deben olvidar; 1) realimenta la fantasía lo que refuerza el comportamiento en escala, y 2) da placer sexual.

La revalidación es en su mayor porción un ejercicio mental para el ofensor, a menudo facilitados por períodos de masturbación ritual orquestada con varios puntos relacionados a la víctima. Refuerza el control de sí mismo, ya que la fantasía puede ser realizada por capricho del ofensor. Es también estimulante en sí misma para el ofensor al ser un preparativo para futuros ataques.

Cada uno de los ofensores sexuales seriales violentos mencionados en este trabajo se concentran en sus fantasías para revalidar sus crímenes. Edward Wyatt progresó al punto donde fotografiaba y grababa su violación deliberadamente actuada a Allison Shaw. Luego filmó sus ultimas ofensas. Dayton Leory Rogers guardó algunas de las prendas de sus víctimas. También cometió sus crímenes en las mismas áreas remotas, para que con cada víctima progresiva podía volver a tener los sentimientos asociativos producidos por las víctimas anteriores; la ubicación era una parte importante de su ritual. Jerry Brudos sacó fotografías, y guardó bolsos de la ropa y zapatos de las víctimas. Jerry también removió partes del cuerpo de las víctimas, particularmente el pie de una víctimas el cual mantenía en el freezer de su garaje y un seno con el cual hizo un pisapapeles.

El volver a experimentar mental y sexualmente el sabor emocional de los episodios pasados de la degradación y deshumanización de las víctimas es su propósito de revalidación. Es también el momento donde los ofensores planean y “practican” sus comportamientos en escala. Los ofensores de crímenes sexuales seriales violentos se comportan en una forma que posibilita de revalidación. Los investigadores deben ganar un vistazo a los elementos del crimen que son los más estimulantes para el ofensor examinándolos para ver los comportamientos de cerca. I.E. – examine fotografías fijas sacadas por el ofensor para ver posiciones re ocurrentes, objetos tales como zapatos, o puntos de vista.

No debe ser ignorado que gran parte de la fantasía puede ser sexualmente motivada, ya que la mayor parte de la fantasía es de naturaleza sexual. Como será discutido brevemente, la mayor satisfacción y orgasmo del ofensor pueden mostrarse correlativas con la dominación del ofensor y la resistencia y degradación de la víctima. El estímulo sexual del comportamiento es intensificado por el ofensor sexual serial violento al sumarse a esos actos sádicos de brutalidad que producen una respuesta de miedo/humillación en la víctima.

El balance de fantasía y practicado y deliberado. La revalidación es el refuerzo propio para el ofensor. Puede tener tanto expresión física como mental. La desasociación y control también alimentan la relación entre el ofensor y sus crímenes. Como partes integrales del comportamiento de fantasía, los tres son parte del comportamiento central del elección de los ofensores sexuales seriales violentos.

A N A L I S I S · D E · C O M P O R T A M I E N T O

DSM-IV y la población general de la comunidad de salud mental han aceptado una definición justa y útil de un psicópata. Consiste principalmente en un menú chino; el cumplimientos de 7 comportamiento de una lista de 10 comportamientos psicópatas conocidos equivale a un diagnóstico de psicopatía. Ésta es una lista útil de descarte de comportamientos. De todas formas, muchas de estas listas son problemáticas y tienden a ser discutidas con evaluaciones juiciosas y morales, a menudo evitando objetividad. Por ejemplo, en un discurso sobre asesinatos/molestaciones seriales en niños, el autor nota el respetado psicólogo de Pórtland, Oregon, Stanley Abrams usó la frase “malvado” variasveces para describir el comportamiento ofensor (Abrams, [1]).

El investigador entrenado debería se capaz de entender que juicios de valor no ayudan, y pueden distraer, el armado de un perfil exitoso y la subsecuente investigación. Los investigadores y médicos de salud mental entrenados no deberían sujetar su moral o creencias personales a la investigación. Eso no resolverá el crimen.

Una lista de pasos a seguir del psicópata y el DSM-III & IV da la idea de que no sólo hay psicópatas moralmente privadores, no son capaces de intimidad, y no son capaces de empatía, siendo completamente egocéntricos. La frase "frío y calculador" es usada una y otra vez para describir a los ofensores sexuales seriales violentos en la Corte, muchos considerados psicópatas, porque esto es lo que los expertos en salud mental ven durante una examinación previa al juicio y luego en la sala de corte. Una fría, practicada desasociación del comportamiento.

Esta última sección discutirá algunos de los razonamientos intocables.

Parte de la psicopatía es el comportamiento antisocial, lo que significa un comportamiento contra la sociedad. Todos están de acuerdo en que estos ofensores no razonan en una forma aceptable a la sociedad. Lo que debe ser establecido es cómo funciona ese razonamiento alternativo. Esa es la única entrada para explicar la fantasía y subsecuente motivo. Realizar un juicio moral puede hacer que los investigadores se sientan mejor, pero no hará que se acerquen a un perpetrador desconocido de una serie de ofensas violentas.

El NCAVC ha generado un trabajo impresionante en las características de los ofensores sexuales seriales violentos. Para tener en cuenta es Burgess et al.,[2] quién discute las escenas de crimen organizado y desorganizado dejadas por los asesinos sexuales. También, muestran evidencia de la frecuencia del comportamiento de ciertos ofensores sobre el tiempo en Burgess et al., [3]. Burgess y sus colegas mostraron evidencia de su población de ofensores seriales violentos que algunas de sus características de comportamiento eran bastante frecuentes, y más constante notablemente a una alta frecuencia eran (reportados en más del 80% de la población de ofensores sexuales en el estudio);

1) Masturbación crónica y compulsiva.
2) Soñar despiertos constante.
3) Aislación social.
4) Más probable que fuercen a fellatio y penetración anal a sus víctimas. Decrecimiento en la frecuencia de penetración vaginal por el tiempo.
5) Promedio de inteligencia superior con 15% en un rango muy superior.

Los primeros 3 comportamientos fueron reportados de ser consistentes desde la niñez a la adultez. Todos proveen a y son conductores a una vida de fantasía.

También, el NCAVC ha generado una búsqueda de ofensores sexuales seriales[12] apoyando la teoría que el incremento de fuerza y sadismo en cada crimen progresivo se hace correlativo positivamente con los ofensores que tienen más víctimas sobre un período más corto de tiempo. Estudios anteriores[11] en la misma población de ofensores indicados de los informes de los ofensores que aumentaron la satisfacción y placer sexual fueron correlativos con la resistencia de la víctima y un incremento de la duración del crimen. Esa información muestra que la duración promedio de una ofensa creció de 36 minutos a 94 minutos cuando la víctima se resistió. La línea final aquí para el investigador de ofensas seriales sexuales violentas es esta – los ofensores SSV tienen el mayor número de víctimas en los menos períodos de tiempo, y la resistencia de las víctimas evoca la excitación sexual del ofensor y la duración subsecuente de la ofensa aumenta. Nuevamente. Los ofensores SSV cometen ofensas en menor tiempo, más tiempo en la escena con la víctima cuando ésta se resiste, ya que la excitación crece. En tales casos de resistencia y excitación aumentada, se nota que la penetración fue demorada significativamente por el ofensor.

Empatía —El autor tuvo una experiencia muy interesante en un seminario durante su último semestre como estudiante de psicología. En una mesa redonda de discusión del desarrollo de comportamiento de niños desviados, el profesor declaró que nosotros (la comunidad de salud mental) podemos determinar que se ha alcanzado una fase en el desarrollo moral de un niño cuando el o ella comienza a fastidiar. El molestar requiere habilidades empáticas básicas y es un marcador definitivo, de medición para una nueva fase de desarrollo moral.

Extendiendo esa lógica; para recibir cualquier tipo de placer sexual de la respuesta de la víctima como humillación, dolor y sumisión, el ofensor debe primero entender qué humilla, asusta y subordina a la víctima. El ofensor SSV hace justamente eso. Él comprende qué es humillante, qué es degradante, y qué es doloroso para la víctima. Ya ha tomado el punto de vista de ella en su máxima consideración, y la comprende bien. De hecho, depende de ella. De esa manera es como generalmente es capaz de alcanzar y mantener el control. Allí es generalmente la única manera donde puede satisfacer su fantasía; él sabe como comportarse para obtener lo que desea, necesita, y desea de sus víctimas.

Esta es evidencia adicional de que los ofensores SSV tienen un entendimiento muy claro de las consecuencias de su comportamiento hacia la víctima. Comprenden que la víctima es humillada y en dolor, y de hecho esa es parte de porqué lo hacen. Se sienten excitados y poderosos cuando están asegurados por las reacciones de sus víctimas denotando un estado de sumisión y humillación dolorosa. Para ser excitado por el dolor y dominación de la víctima, el ofensor primero debe entender que la víctima está en dolor y dominada, t sacar esas respuestas exitosamente el ofensor debe entender qué comportamiento en ellos causa eso. Su comportamiento es completamente a servicio de ellos, pero no nace de una sola perspectiva. Su conducta no puede ser descripta como puramente egocéntrica. El ofensor SSV utiliza procesos no-egocéntricos, con perspectiva para llegar a su placer egocéntrico.

Los ofensores SSV no carecen de empatía. A menudo dependen de ello para realizar exitosamente su fantasía. Lo hace sentir bien saber que hicieron que sus víctimas se sintieran mal. Esa es la esencia del punto de vista de estos ofensores. Egocentrismo sumado con empatía necesaria.

Intimidad – La intimidad es de gran preocupación para la mayoría de los ofensores SSV. Como Marshall[18] lo destaca, los ofensores SSV probablemente desean intimidad pero carecen de las habilidades para alcanzarla en una forma saludable.

Lo que sugiere el comportamiento es una forma de intimidad donde la víctima se revela físicamente al ofensor, y completamente bajo su control. A través de esta intimidad física forzada, el ofensor puede percibir una intimidad emocional y espiritual también. El ofensor siente placer en la noción de que la intimidad está siendo forzada a la víctima, o en la fantasía de que la víctima realmente quiere desea que el la experimente en intimidad. Él ha revelado a la víctima en una forma privada, íntima y violenta, quitando todo el sentido de seguridad personal y control. Más allá de ser increíblemente poco sano y destructivo, así es como el ofensor alcanza la intimidad. Así es como la entiende; más allá de su comportamiento criminal.

Considere una estrofa de poesía escrita desde esa perspectiva, que fue bajada de Internet, dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Al Billings), por "Hakim Bey" ---

“Irrumpe en casa pero en vez de robar, deja objetos Poéticos-Terroristas. Secuestra a alguien y hazlo feliz. Elige a alguien al azar y convéncelo de que son herederos de una enorme, inútil e increíble fortuna-- como 5000 millas cuadradas de la Antártida, o un elefante anciano de circo, o un orfanato en Bombay, o una colección de alchemal mss. Más tarde se darán cuenta que por algunos minutos creen en algo extraordinario, y quizás serán llevados como resultado a buscar una forma más intensa de existencia.

Clava placas de metal conmemorativas en lugares (públicos o privados), donde has experimentado una revelación o has tenido una experiencia sexual particularmente enriquecedora, etc.

Desnúdate por una señal."

El psicópata brillante que escribió este pasaje cree en la creación por control via dominación sexual. En el acto de controlar algo, dominarlo y forzarlo (una víctima secuestrada) para someter, algo espiritual sucederá. Algo se convertirá. La fantasía siendo esa dominación sexual equivale a la re-ceración de la víctima, y la iluminación seguirá esas cantidades al ofensor dando vida a algo que era antes inerte. El ofensor se ve como un Dios (el autor es un miembro de la sociedad LOKI), haciéndo de cada víctima una nueva fuente de energía. De hecho, desde esta perspectiva, el ofensor está haciéndole a la víctima un gran favor. Cada víctima reforzará su fantasía. Nuevamente, la vícitma es el objeto del ofensor, alegida generalmente no al azar para realizar fantasías complejas de metamorfosis espirituales y artísticas.

Algunos pueden teorizar que una inclusión de la víctima en la fantasía del ofensor sugiere un deseo de expresar sentimientos íntimos de parte del ofensor. Él es, después de todo, compartiendo con la víctima sus deseos más privados y personales. De todas formas, el investigador debe estar alerta de que la víctima sigue siendo un objeto para la fantasía. No un compañero.

El ofensor fuerza a una víctima a realizar un rol como objeto de sus fantasías. El ofensor obtiene lo que quiere de su objeto, y luego lo deshecha. Esto puede significar dejando a la víctima a un costado de la ruta, en necesidad de atención médica, o puede significar la estrangulación por ligadura de la garganta de la víctima al punto de la muerte y disposición ritual el cuerpo roto en el patio delantero.

C O N C L U S I O N

Sólo cuando la escena del crimen es documentada en profundidad y la evidencia juntada correctamente puede comenzar el armado del perfil objetivo del ofensor SSV. Esto significa que todas las escenas y relaciones a las escenas pueden establecer o despedir, y que todos los comportamientos pueden ser explorados por el investigador entrenado sin barreras. La reconstrucción física y científica debería ser el punto de comienzo del perfil del ofensor, y todos los elementos del perfil deberán coincidir las realidades de la evidencia física. Esta base para el perfil de evidencia física es esencial para la objetividad.

La mayoría de los investigadores no se molestan o no tienen el entrenamiento para superar sus propias perspectivas hacia crímenes de ofensores SSV. Subsecuentemente, el análisis de la escena del crimen y el comportamiento puede ser engañoso y destructivo para la investigación, potenciando algunas pistas de esparcir evidencia y proveer un pequeño vistazo a la genuina naturaleza del crimen y la mente criminal responsable de eso. Por esto, los investigadores deberán estar entrenados para realizar los perfiles del ofensor y las escenas del crimen en términos que sean objetivos a la perspectiva del ofensor. Deducir la motivación del comportamiento, en vez de ser al revés. No se sume a la idea de otra persona sobre el crimen; investigue la naturaleza del comportamiento del ofensor en relación de todos los elementos físicos del crimen.

Los ofensores SSV tienen una moralidad alternativa. Es por definición antisocial. La pregunta para el investigador no es si es correcto o no, o inclusive bueno o malo. Una vez que ina víctima o serie de víctimas ha sido confirmada, la moralidad cesa de ser el tema más importante. El tema más importante en este punto es como capturar o neutralizar al individuo responsible.

La pregunta para el investigador entrenado es que profundización del comportamiento del ofensor provee una entrada a su moralidad, y como eso lo lleva al motivo y firma. Qué es lo que dice el comportamiento sobre lo que ha hecho el ofensor en el pasado, está haciendo en el presente, y hará en el futuro.

Los ofensores SSV fantasean sobre sus crímenes mucho antes de cometerlos. La fantasía tiene valor para el ofensor ya que provee el control que necesita/quiere/desea, mantiene la naturaleza superficial de la personalidad social del ofensor, y también para revitalización futura de la ofensa mientras se prepara para la fantasía original. De los elementos de comportamiento de la fantasía, el motivo puede ser deducido, y la firma puede ser identificada. La pileta de sospechosos se hundirá necesariamente, y los elementos del comportamiento puede volverse más predecibles.

Claramente, los investigadores quienes deben llevar a cabo la tarea de resolver tales casos no pueden ser de ninguna de las dos viejas escuelas de enseñanza. Los investigadores no pueden ser estrictamente de las fuerzas de ley porque carecen del entrenamiento psicológico y sociológico con respecto al comportamiento humano. Tampoco pueden ser estrictamente de la comunidad de salud mental ya que carecen de la comprensión de la verdadera naturaleza de estos tipos de escena de crimen y entrenamiento avanzado en las ciencias forenses. También, los celos profesionales y la territorialidad tienden a mantener a ambas partes de consultar con, o realmente comunicarse con la otra. Un investigador debe estar desprovisto de cualquier inversión pesada en alguna de las dos disciplinas para poder mantenerse objetivo. Un investigador tiene solo un deber, y es para con la víctima. Resolver el crimen. Aprehender al ofensor. Cualquier otra consideración social, política, u organizacional debe estar en segundo lugar.

La investigación exitosa de un ofensor SSV, debido a la falta de sospechosos obvios y la extrema naturaleza del comportamiento de la fantasía demostrado por el ofensor, involucra un armado de perfil extensivo del comportamiento. El armado de perfil requiere de habilidades fuertes tanto de las agencias de ley como de la comunidad de salud mental. A la luz del creciente número de crímenes seriales y el creciente sufrimiento humano involucrado, la necesidad de directivas objetivas, cooperación y comunicación entre los dos campos es evidente.

Bibliografía

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12)Hazelwood, R. & Reboussin, R. & Warren, J. & Wright, J., "Prediction of Rapist Type and Violence from Verbal, Physical, and sexual scales," Journal of Interpersonal Violence, Vol. 6, No.1, Marzo, 1991, pp.55-67
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16)Lee, Dr. Henry C., Ed., Crime Scene Investigation, Central Police University Press, Taoyuan, Taiwan, R.O.C., 1994
17)Lee, Dr. Henry C., Ed., Physical Evidence, Magnani & McCormick, Inc., Enfield, CT, 1995
18)Marshall, William L., "Intimacy, Loneliness and Sexual Offenders", Behavior Research Theory, Vol. 27, No.5, 1989, pp.491-503
19)Safertstein, Richard, Criminalistics: An Introduction to Forensic Science, 4th ed., Prentice Hall, 1990
20)Turvey, Brent E., [Interview with Jerome H. Brudos] Author's Notes, Unpublished, Oregon State Penitentiary, Junio 7, 1994

Fuente: http://cienciaforense.com/Pages/Psicologia/Impresiones.htm

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