Los nuevos héroes de los narcocorridos: Una tradición mexicana

Publicado en Criminología

Los nuevos héroes de los narcocorridos: Una tradición mexicana

AFP
Un grupo norteño interpreta sus corridos durante un sepelio, en un panteón del norte de México. (Archivo)

De Pancho Villa al Chapo Guzmán
Controversia y prohibición

CIUDAD DE MÉXICO – El corrido mexicano, esa narración musical que nació para exaltar las hazañas y la valentía de los héroes y los caudillos que lucharon por su pueblo, popularizado y extendido por todo México, ha tomado nuevas vertientes para reflejar una nueva realidad que se vive en el país: la del narcotráfico y su creciente influencia de poder.

De Pancho Villa al Chapo Guzmán

Los narcotraficantes y sus hazañas han sustituido a los mitificados próceres revolucionarios.

Según una investigación realizada por el poeta mexicano Avelino Gómez Guzmán, el narcotráfico ha hecho del corrido y la música popular, la misma función que hizo de ellos la Revolución Mexicana (1910-1917): glorificar la valentía y el poder de los héroes populares.


En estas nuevas composiciones, conjuntos musicales como Los Huracanes del Norte, Los Invasores de Nuevo León, Los Tigres del Norte y Los Tucanes de Tijuana, sus principales exponentes, han creado, incluso, nuevos vocablos para designar los hechos violentos y delictivos que envuelven las actividades del narcotráfico, uno de los principales problemas sociales y de seguridad del país.

El narcocorrido es la versión actual de aquellos corridos de gavilleros y "bandidos bienhechores", pero ahora los protagonistas son personajes involucrados en el tráfico ilícito de drogas, explica Gómez Guzmán, en su investigación.

“Contrabando y traición”

Los narcocorridos narran las ejecuciones, historias de amor, de muerte y traición de todos aquellos implicados en el llamado “negocio”. También se refiere a los judiciales, empresarios, políticos y líderes de los carteles como el desaparecido Amado Carrillo, quienes, se sabe, llegaron a pagar fuertes cantidades de dinero para que su biografía quedara inmortalizada en una copla.

A veces en clave, en otras de forma explícita, en los narcocorridos quedan plasmadas las costumbres, las ideas, las formas de pensar y de hablar de los capos, los jefes de los carteles, traficantes, campesinos y sembradores de droga, así como sus gloriosas o trágicas historias.

Tarea pendiente

Recientemente un informe de la DEA indicó que las diferentes organizaciones dedicadas al tráfico de drogas circulaban anualmente entre 8 mil y 25 mil millones de dólares, en la frontera entre México y Estados Unidos.

Decapitaciones y acribillados son el escenario diario de terror en distintos estados. Hasta julio pasado, las autoridades policiacas reportaban más de mil muertos en ajustes de cuentas entre grupos del narco, convertidos en la única salida a la pobreza de miles de mexicanos.

El tráfico de drogas se ha convertido en un fenómeno creciente que causa alarma entre las autoridades y distintos sectores de la población, pero a la vez en una extraordinaria fuente de inspiración para los nuevos corridistas.

Narcos, los nuevos héroes

Según Fernando Martínez Vázquez, investigador en Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pareciera que estos “nuevos héroes” comienzan a serlo porque ya no existen los héroes buenos, los “ejemplos morales”.

“Los narcotraficantes empiezan a tomar ese lugar porque sus actividades ilícitas se han convertido en una de las posibles vías para el ascenso social y se erige como un referente deseable para muchos de los jóvenes de las comunidades más pobres del norte y occidente del país”, explicó Martínez Vázquez.

En aquellas zonas, comentó el narcotraficante es visto como un sujeto que ayuda a las comunidades y es, incluso, un ejemplo para los otros, es admirado, incluso hay regiones donde los niños quieren dedicarse al narco.

Originado por su estrepitoso éxito, que se ha extendido a regiones del sur de México y Estados Unidos, el narcocorrido se ha visto envuelto en cruentas discusiones causadas a partir de la aparente ilegalidad de sus contenidos.

Sus detractores aseguran que su difusión influye de forma negativa en la población al enaltecer actividades delictivas e incluso las autoridades de regiones del norte del país, como Baja California y Sinaloa, llegaron a prohibir su programación en las radiodifusoras locales.


Pero a decir del investigador Martínez Vázquez, aunque el narcotraficante es concebido desde la óptica del poder como un ente nocivo, en aquellas zonas no es necesariamente visto como algo negativo.

El corrido del narco sigue siendo un relato que narra las aventuras y las andanzas de los ídolos populares, los hechos que finalmente realizan personajes públicos, explicó, pero desde la óptica hegemónica, del gobierno y la moral se ha dicho que el narcocorrido es malo, pero no tiene porque ser así si muestra lo que sucede en la realidad.

Origen español

El corrido como manifestación musical, es de origen español. Proviene de la jácara y del romance, así como de los cantos épicos de la cultura indígena, principalmente los de la lengua náhuatl.

A México llegó con el arribo de los colonizadores, entre los siglos XVII y XVIII, y tuvo su máxima expresión entre los caudillos de la Revolución Mexicana.

Con sus errores gramaticales, sus metáforas sencillas, arcaísmos y dobles sentidos, actualmente los corridos y las canciones populares de aquella época se han convertido en importantes auxiliares para el trabajo de investigación de los historiadores.

Fue al extenderse la lucha armada que se popularizaron los corridistas quienes, como los juglares de la Edad Media, andaban de pueblo en pueblo cantando los últimos sucesos.

Traición y muerte

Ejecuciones, levantamientos, batallas, asesinatos, traiciones y desastres, incluso decepciones amorosas eran versificadas y musicalizadas para enterar al público. “Los corridos fueron entonces, para la población analfabeta, una suerte de periodismo oral”.

Así como bandos armados y líderes participaron en el conflicto, también hubo temas y protagonistas de los corridos. Durante los años de la Revolución Mexicana aparecieron un gran número de compositores de distintas filiaciones. Los hubo Maderistas, Villistas, Carrancistas y Zapatistas, entre otros.

Un siglo después, el corrido continúa siendo un género popular construido a partir de la tradición y el ingenio popular. Cultivado en el norte de México, su principal público se ubica en los estados de Coahuila, Durango, Sonora, Sinaloa y Tamaulipas.

Cultura industrializada

Para Fernando Martínez Vázquez, investigador de la UNAM, en la actualidad el corrido se ha desvirtuado de lo que fue en sus inicios, transformándose en lo que llamó “un fenómeno de la cultura de masas”.

Según Martínez Vázquez sus coplas se han convertido en un negocio redituable para los realizadores y ya son pocos los grupos que lo han mantenido como fue en sus orígenes.

“Ahora las piezas musicales ya no tienen relación con hechos históricos sino que están elaborados como simples relatos ‘mitologizados’ que reproducen esquemas vendibles” explicó.

Al ser un relato que agrada a la gente y les ofrece elementos de identidad y de diversión, el corrido se ha convertido en un artículo consumible y “el público empieza a comprar corridos y escuchar las estaciones que los difunden” y lejos de una manifestación de la cultura popular, se convierte en un elemento que deja dinero.

Noé Torres Briseño, Univision Online  5 de Diciembre de 2006


Fuente:
http://www.univision.com/content/content.jhtml;jsessionid=IRYM52N2EQZLSCWIAA3SFFQKZAAFGIWC?chid=3&schid=12199&secid=12203&cid=1020603&pagenum=2

 

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