La mara salvatrucha

Publicado en Criminología

La mara salvatrucha

Hasta hace pocos meses o años, el fenómeno de las bandas pertenecientes a eso que llaman la Mara Salvatrucha nos era prácticamente desconocido. Por su lejanía, carecía de interés. Pero de repente, estas agrupaciones se han convertido en un fenómeno mediático. Cada vez con mayor frecuencia aparecen reportajes alarmantes por la televisión, o son objeto de notas periodísticas en los diarios.

.....Mucho de esta nueva cobertura informativa tiene que ver con la presencia, cada vez más frecuente, de estos jóvenes en nuestro país. Al principio sólo en los puntos fronterizos de México, ya que el territorio nacional es paso obligado para que sus integrantes —mayoritariamente centroamericanos— lleguen a los Estados Unidos, donde tuvo su origen la Mara Salvatrucha.

.....El panorama no es muy alentador. A estos jóvenes, tatuados poseedores de un código de señas, y hostiles hacia quienes no pertenecen al grupo, además de su condición de inmigrantes ilegales, se les asocia con la comisión de delitos violentos. Formas de comportamiento y ejemplo conductual que exacerba la sensación de inseguridad, y más cuando muchachos mexicanos les comienzan a mirar con algo de admiración.

.....Preocupante es pensar que, al adaptarse a las circunstancias, comiencen a ser parte de la presencia cotidiana en las comunidades que están en su ruta migratoria (que coincide con las vías férreas que van desde la frontera sur hasta la frontera norte). Igualmente inquietante el ingreso de jóvenes locales a las bandas. Tan es así, que las autoridades gubernamentales han detectado la necesidad de intervenir, ya que el fenómeno se ha tornado un problema de seguridad nacional.

De ninguna manera se puede pensar en que sea un problema de sencilla solución. De hecho, por su dinámica, es de esperar que se reproduzca en un círculo vicioso.

.....Cuando son detenidos, si no hay la consumación flagrante de otro delito, en su condición de migrantes ilegales sólo correspondería la deportación. Sacarlos del país.

.....El caso es que, al igual que nuestros propios migrantes que pretenden ingresar a los Estados Unidos —intentándolo una y otra vez hasta conseguir el objetivo— los Salvatrucha tampoco cejarán en su intento de cruzar por nuestro territorio, independientemente del número de veces que sean deportados.

.....Por otro lado algunos de estos pandilleros permanecen en México durante algún tiempo, bien sea porque han encontrado una forma de vida —ilícita por lo general y asociada con frecuencia en la venta de “protección” a otros migrantes o en liga con el narcotráfico— o porque esperan mejores condiciones para llegar al país del norte. Durante esta estancia se convierten en polo de atracción para jóvenes locales, quienes ven en alguno de los grupos de la Mara la oportunidad de ganar estatus, fortaleza de grupo y su correspondiente sentido de pertenencia. Hay muchachos que ven en la banda un ejemplo a seguir, y el problema se complica porque a estos nuevos integrantes no hay lugar al que se les pueda repatriar: son mexicanos con todos sus derechos a salvo, a menos que hayan cometido un delito.

Un punto fundamental es garantizar sus derechos humanos a pesar de la condición de ilegalidad de los Mara Salvatrucha.

.....Una preocupación que como país tenemos en el caso de nuestros propios migrantes, es que a pesar de su paso al otro lado de la frontera, en condiciones irregulares de migración, el trato que reciban sea humanitario y no arbitrario.

.....Demandar eso con los viajeros nuestros y no estar dispuestos a cumplirlo con los errabundos Salvatrucha, sería una enorme contradicción. Como país, estamos entre la espada y la pared. No podemos generar una legislación más restrictiva sin estar al borde del respeto a los derechos humanos y renunciando a los argumentos que se esgrimen para proteger a los connacionales.

.....Por otro lado, además del estatus legal del viajero, está la asociación de estos grupos con actos delictivos. De hecho, algunos de los tatuajes tienen –para los Mara Salvatrucha– la certificación de que el portador, ha tomado la vida de alguna persona. Sin embargo, un principio de nuestro sistema de justicia, al igual que el de muchísimas otras naciones, es el de la presunción de inocencia hasta que no se demuestre la culpabilidad.

.....Así, pues, estamos en una encrucijada. Podemos asumir que los miembros de la banda están, han estado o estarán involucrados en hechos delictivos, pero sería incorrecto sancionar sin comprobación, y más aún si la falta ni siquiera se ha consumado.

Los dilemas a los que se enfrenta el Estado Mexicano son la mar de complejos:

• ¿Cómo evitar su ingreso y los intentos posteriores de introducción ilegal?
• ¿De qué manera impedir que los jóvenes mexicanos se involucren con las bandas?
• ¿Cómo se puede actuar con legalidad respetando los derechos humanos?
• ¿Cómo prevenir la comisión de delitos y mantener a salvo la seguridad y tranquilidad de la población?

Si le interesa conocer más sobre la Mara Salvatrucha, le recomendamos un libro de reciente publicación:

• Ramírez Heredia, Rafael: La Mara, México, Alfaguara, 2004.

Fuente: http://sepiensa.org.mx/contenidos/2005/l_mara/mara1.htm

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