Los códigos de barras del futuro, hoy

Publicado en Criminalística

Los códigos de barras del futuro, hoy

Los sistemas de identificación por radiofrecuencia (RFID), se están convirtiendo en valiosas herramientas de seguridad en los más diversos campos, desde la identificación de animales o el control de los libros en las bibliotecas, hasta el seguimiento del equipaje o el movimiento de artículos de ropa.

-- El sistema de Identificación por Radio Frecuencia, se utilizó por primera vez durante la Segunda Guerra  Mundial para ayudar a identificar los aviones aliados y distinguirlos de los enemigos.

-- Esta tecnología emplea unos pequeños dispositivos llamados etiquetas, que pueden ser adheridos o incorporados a un producto, animal o persona, e incorporan antenas de radio.

-- Algunos clubes deportivos europeos utilizan un chip RFID que se implanta en el brazo para que sus clientes más distinguidos carguen sus consumiciones a su cuenta.

El primer uso del sistema RFID (siglas inglesas de Identificación por Radio Frecuencia), se produjo durante la Segunda Guerra  Mundial para ayudar a identificar los aviones aliados y distinguirlos de los enemigos, en medio de los combates.

Aunque se lo considera como uno de los métodos que tendrá más implantación en el futuro inmediato, no se trata de nada nuevo, porque ya cuenta con cerca de 60 años de existencia.

Desde entonces, un gran número de investigadores de todo el mundo han trabajado en el perfeccionamiento de este sistema de almacenamiento y recuperación de datos a distancia, tanto para mejorar su seguridad como para ampliar sus aplicaciones.

La tecnología RFID consiste básicamente en transmitir la identidad de un objeto o persona por medio de ondas de radio.

Para ello se emplean unos pequeños dispositivos llamados etiquetas o transpondedores, similares a una pegatina, que pueden ser adheridos o incorporados a un producto, animal o persona.

Estas etiquetas están equipadas con antenas que les permiten que reciban y respondan a las señales de radiofrecuencia que les son enviadas desde un aparato emisor y receptor.

La tecnología RFID es una de las tecnologías más prometedoras en el ámbito de la computación ubicua, un novedoso concepto que consiste en integrar la informática en el entorno de las personas, de modo que los ordenadores y otros elementos digitales no se perciban como objetos diferenciados.

Esa es una de las conclusiones de un estudio de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) en España,  que analiza los principales problemas de seguridad de los sistemas RFID, que se están convirtiendo en valiosas herramientas en diversos procesos de fabricación, control y seguimiento de productos de todo tipo.

Según los expertos de la UC3M, los sistemas de identificación por radiofrecuencia atesoran una amplia gama de aplicaciones.

LAS ETIQUETAS “HABLAN” POR RADIO.

Las etiquetas RFID de baja frecuencia se utilizan comúnmente para la identificación de animales, mientras que las de alta frecuencia ya se están empleando para el control de libros y todo tipo de textos en la biblioteca de Munich, en Alemania.

También se emplean para el seguimiento del equipaje en aerolíneas como la francesa AirFrance, o para el control de artículos de ropa.

Algunas autopistas estadounidenses incluso utilizan etiquetas RFID de largo alcance para controlar el acceso de los vehículos,  para así recaudar el pago del peaje por medios electrónicos.

Su funcionamiento es sencillo: las tarjetas que llevan los vehículos son leídas por radiofrecuencia mientras pasan por el control, con lo cual se identifica a su conductor y se cobra el peaje al usuario al que está asociada la etiqueta RFID.

Muchos expertos comparan la tecnología RFID con los clásicos códigos de barras, aunque este nuevo sistema tiene importantes ventajas respecto del anterior, que está en vías de desaparecer.

Por ejemplo, las etiquetas RFID proporcionan un identificador único, pueden ser leídas automáticamente, sin necesidad de visión directa, a una distancia de varios metros y a una enorme velocidad, la cual permite leer cientos de elementos por segundo.

“Las etiquetas de radiofrecuencia acabarán sustituyendo a los códigos de barras, aunque este hito tecnológico no se producirá de una forma drástica”,  asegura el profesor de la UC3M, Pedro Peris López.

Según este experto, “el salto entre las dos tecnologías está siendo más costoso de lo que se pensaba, aunque en las cúpulas de las empresas se empieza a conocer el potencial del RFID”.

De todos modos, todavía quedan tareas pendientes que solucionar. Uno de ellos es la privacidad, es decir evitar que las etiquetas RFID revelen la información que encierran a lectores no autorizados. Otro reto consiste en mejorar su trazabilidad, o capacidad de asociar la etiqueta a su poseedor y descubrir su identidad, sin género de dudas.

El problema de la seguridad es especialmente importante, ya que esta tecnología ha comenzado a utilizarse para la identificación de seres humanos.

Es el caso de algunos clubes deportivos europeos, como el Baja Beach Club de Barcelona, que utilizan un chip RFID que se implanta en el brazo para que sus clientes más distinguidos carguen sus consumiciones a su cuenta.

Además, según Peris López,   “todavía hace falta que estos dispositivos bajen de coste para que comience la implantación masiva de esta tecnología en la sociedad. En cualquier caso   parece que la computación ubicua, también llamada ‘Internet de la cosas’ cada vez está más cerca”.

 

Fuente: http://tecnologia.prodigy.msn.com/LandinTech/landingpage.aspx?cp-documentid=6051646

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