La mujer que murió tres veces

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La mujer que "murió" tres veces

Ya tratamos anteriormente en este blog la muerte y cómo algunas veces certificarla médicamente no es tan fácil como parece. En “Cuando los Muertos simulan estar vivos…” comprobamos como algunos “caprichosos” fenómenos postmortem pueden llevar a pensar que el muerto no está tan muerto como parece, asegurando así sustos, gritos y una buena historia de terror. Esta vez, trataremos justo el polo opuesto:

Cuando los Vivos Simulan estar Muertos

Las historias de personas enterradas vivas tienen, en un gran porcentaje de casos, mucho de verdad. Antiguamente, la ausencia de signos vitales que indicaban que una persona había pasado a mejor vida eran mucho más difíciles de medir o detectar que ahora. Tengan en cuenta que actualmente existen estetoscopios, electrocardiogramas, electroencefalogramas y gran cantidad de signos y pruebas que nos puedan asegurar que una persona está, si me permiten la expresión, “totalmente muerta”.

Como seguramente todos ustedes sabrán, en España, está prohibido por ley enterrar a un cadáver antes de que hayan transcurrido 24 horas tras la muerte. Y esa ley no es precisamente fruto de un capricho, sino consecuencia de un problema histórico que se había dado con frecuencia, y no es otro que la de enterrar a una persona viva. De hecho, en el siglo XVIII en Francia, se llegaron a conocer 189 casos de enterramientos en vida. Y en España, las cosas estaban por el estilo. Esto, por supuesto, ayudó al desarrollo de nuevas y mejores técnicas para confirmar la muerte de una persona puesto que pocas cosas hay que resulten tan terroríficas en la mente humana como el hecho de ser enterrado vivo (que se lo digan a Poe).

Así pues, gracias a medidas preventivas como la prohibición de enterrar a una persona antes de 24 horas tras su muerte se evitó que el “problema” llegara hasta el ataúd migrando en su lugar hacia el depósito de cadáveres o al tanatorio. ¿Y por qué digo que migró en lugar de solucionarse? Porque aún a día de hoy, ya sea por médicos incompetentes o por situaciones de muerte aparente (que explicaré más detenidamente después) se han dado bastantes casos de gente que ha “resucitado” en plena mesa de autopsias o incluso de gente que ha mostrado signos de estar viva justo antes de que le practicaran el primer corte de la autopsia.

Como he mencionado antes, a veces se pueden dar casos de muerte aparente, en donde la persona puede ser certificada como muerta si no se presta una atención especial. Las causas son muchas y muy variadas, algunos tipos de comas, hipotermia, electrocuciones, consumo de drogas depresoras, casos de especiales de cataplexia…

Todas estas causas tienen en común que se produce un debilitamiento general de las funciones vitales: El corazón puede latir muy débilmente, la respiración ser casi imperceptible, el pulso no se aprecia…

Con pruebas definitivas como una electroencefalografía sería fácil detectar estas muertes aparentes, pero esto no es algo que se haga con frecuencia. Las acciones más básicas para certificar una defunción son auscultar el corazón, tomar el pulso, detectar si hay respiración además de algunos reflejos. El problema está cuando se utilizan sólo estas acciones para los casos comentados más arriba surgiendo así la posibilidad de tener un invitado extraño en el tanatorio o depósito de cadáveres por un certificado de defunción erróneo.

Ese fue el caso, de Allison Burchell, una mujer que padece una severa narcolepsia, un trastorno muy raro del sueño con una amplia variedad de síntomas entre los que encontramos la cataplexia.

La cataplexia o cataplejía se desencadena por una emoción intensa, ya sea rabia, risa, dolor, miedo… Y produce la pérdida repentina del tono muscular llevando al desmayo de la persona. Este episodio puede durar desde unos pocos minutos (que es lo más común) hasta aproximadamente media hora. Y se puede dar con la persona completamente consciente. Es decir, puede ver, puede oír y ser consciente de todo su alrededor pero ser incapaz de mover un sólo músculo ni de realizar ninguna acción.

La narcolepsia no es sólo una enfermedad que ocurra en humanos, se da en varias especies animales, entre ellas los perros. Aquí, por ejemplo, podemos ver un video de un médico correteando alegremente entre perritos narcolépticos. La emoción que les despierta el médico provoca que se desmayen de forma fulminante, recuperándose al poco tiempo.

Normalmente, cuando se da la cataplexia, no suele haber un debilitamiento de las funciones vitales. Sin embargo, en los casos más severos, puede ocurrir llevando a un certificado de defunción “ligeramente” erróneo. Así fue como Allison Burchell fue registrada como muerta no sólo una vez, sino tres veces:

La última cosa que Allison podía recordar fue reírse de su comedia favorita, Abbott y Costello, pero entonces se dió cuenta de que no podía moverse incluso aunque pudiera seguir escuchando la película y las risas de los espectadores.

Se la llevaron del cine, pero estaba totalmente consciente mientras las enfermeras, creyendo que esta muerta, prepararon su cuerpo para el depósito de cadáveres.

Podía escuchar al personal sanitario hablando mientras trabajan, pero era incapaz de decirles que ella no estaba muerta.

“No tenían ni idea de que yo podía escuchar todo lo que estaban diciendo. Estaba paralizada, pero en mi cabeza los estaba llamando por sus nombres. Estaba petrificada.”

Llevaron a Allison al depósito de cadáveres donde finalmente volvió en sí.

“Todos esos cuerpos estaban alrededor mía y yo no sabía qué hacer. Sólo me senté y entonces un guarda entró y creo que se llevó una sorpresa mucho mayor que la mía.”

Unos pocos años después de su diagnóstico de Narcolepsia, Allison sufrió otro ataque y la llevaron al depósito de cadáveres por segunda vez después de ser considerada muerta. [...]

Sufrió su tercer ataque en los sesenta, después de que se mudara a Melbourne, Australia.

El hijo de Allison, Stephen, rogó a los paramédicos que no pusieran a su madre en la unidad de refrigeración hermética cuando se desmayó en casa porque sabría que eso la mataría.

“Estaba preocupada porque en Australia no sólo te ponen en un lugar frío y sabía que me moriría por congelamiento.

El personal sanitario finalmente tomó en cuenta los miedos del hijo y pusieron a Allison en una sala aparte donde volvió a recuperarse.

Fuentes:
Dead three times (waking up on the morgue slab twice).
The woman who died three times
Apuntes Medicina Legal.

http://medtempus.com/archives/category/forense/

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