Reconstrucción craneo-facial

Publicado en Antropología Forense

Reconstrucción craneo-facial

La reconstrucción facial se desarrolló como un intento significativo para establecer la identidad de restos humanos. Actualmente esta técnica se emplea con sistemas tecnológicos muy avanzados, por ello ésta es una excelente oportunidad para comparar las reconstrucciones faciales con la proyección de los sujetos cuando éstos vivían. Sin embargo, hoy también es perfectamente factible realizar reconstrucciones de una forma improvisada, así para evitar que esta situación se siga presentando, es necesario establecer un sistema de técnicas científicamente válidas.

En otras palabras, la metodología más apropiada para lograr un proceso de reconstrucción tal como debe ser, requiere una capacitación especialmente dirigida a la etapa previa de trabajo reconstructivo y de manejo técnico del producto final.

En la Universidad de Manchester se ha incrementado la demanda de reconstrucciones a nivel forense y a nivel arqueológico; especialmente durante estos últimos 20 años, el desarrollo alcanzado es bastante notable. Una de las ventajas al aplicar sistemas técnicos es demostrar en forma clara y exacta la manera como se va llevando a cabo el proceso, además, teóricamente otra persona puede repetir el ejercicio de reconstruir y obtener los mismos resultados. La falta del conocimiento técnico y la habilidad manual son generalmente las únicas razones por las cuales este ejercicio no siempre es un trabajo de calidad y confiabilidad. Sin embargo, hay un número de practicantes que no llegan a un acuerdo respecto a la reconstrucción primero del cráneo para luego establecer los rasgos faciales del espécimen original. Las tres razones básicas de este argumento son:

· El espécimen forense puede ser requerido para extensos exámenes posteriores a la culminación del trabajo.
· Los especímenes antiguos son sencillamente frágiles e incompletos.
· Los fragmentos del espécimen llegan a ser tan frágiles y delicados que no importa si son antiguos o recientes.

Es realmente fundamental ofrecer un adecuado cuidado y preparación del material con el que se va a reconstruir, pues siempre se requiere tener especial seguridad con los restos del espécimen. Si se moldea inadecuadamente se puede corregir; pero un daño por descuido produce graves consecuencias para continuar el trabajo.

El estado de preservación de un cráneo varía enormemente dependiendo de donde provenga. En condiciones ideales se podrá reconstruir sin ofrecer peligros sobre las áreas más delicadas tales como los huesos de la nariz, la mandíbula y zona dental. En el caso de los materiales forenses es esencial que éstos sequen fácilmente y sean esterilizados antes, para obtener un trabajo satisfactorio. Hay ocasiones en que el cráneo está incompleto, es frágil o fragmentado y la decisión de intentar reconstruir, depende entonces de la extensión de los huesos. Es importante tener suficiente base de cráneo para dimensionar su parte vertical y horizontal. Algunas veces es un error ir construyendo la mitad de un cráneo observando a través de la proyección del espejo, ya que éste desvirtúa la imagen. La simetría que existe para determinar tamaños y medidas se debe registrar antes de iniciar el proceso de reconstrucción propiamente dicho. Esta etapa disminuye posibilidades de error que normalmente se pueden presentar. Cuando se trabaja con material forense moderno, la reconstrucción se puede hacer uniendo todos los fragmentos, esta tarea requiere de mucho tiempo y debe ser realizada cuidadosamente para ubicar las piezas en forma correcta. Con el fin de darle flexibilidad a algunas partes del cráneo es práctico utilizar cera, ya que facilita ajustes de un área o una pieza con relación a otra. En otras ocasiones la cera empleada como adhesivo no altera para nada la estructura del cráneo. Es posible utilizar  varias veces este material; es fácilmente moldeable con los dedos y mezclando cera con un poco de disolvente se logra una apariencia incluso aproximada de la edad antes de darle la forma final.

La etapa de preparación del cráneo, reensamble o unión de fragmentos constituye un estado crítico en el proceso de la reconstrucción craneofacial porque si no se maneja correctamente, se presenta un peligro inminente de daño sobre el espécimen, en su estructura original o al final se encuentra con rasgos imperfectos.

Además cuando se actúa apresuradamente y en especial si se presiona para completar el trabajo y no se aprecia la complejidad de la reconstrucción, ésta se convierte en una actividad carente de interés y sin control estricto.

El cráneo está en relación directa con los huesos del esqueleto humano, así que no es tarea fácil reconstruirlo, hay muchos detalles aparentemente superficiales relacionados con áreas delicadas pero que son de importancia vital para la reconstrucción de un rostro.

Generalmente los modelos se extraen con un material derivado de plantas marinas denominado alginato, el cual mezclado con agua, forma una crema a la que se le puede variar su consistencia dependiendo del clima del lugar y puede ser utilizada para obtener impresiones dentales y semilíquida se puede emplear para esparcir sobre la superficie. Existen diversas clases de este material, todos con propiedades diferentes. El tipo utilizado para los rasgos de apariencia constituye una fórmula standard con una rápida
variación en el tiempo de secado.

Hay que tener presente más o menos 3 minutos desde el momento de iniciarse la mezcla hasta cuando se ve consistente, este tiempo es el que puede variar de acuerdo a la temperatura; un punto de referencia para esta etapa es tener presente el clima en el que está llevando a cabo el trabajo. Cuando la crema (alginato) es gelatinosa, es muy frágil y se puede fácilmente moldear. Normalmente con un molde sólo se puede conseguir una apariencia, después ya no es igual.

La preparación para reconstruir rasgos craneofaciales, requiere de hacer agujeros sobre áreas específicas. Tales áreas corresponden a las cavidades de las órbitas, las fosas nasales, al espacio entre el arco cigomático y un lado del cráneo. Todos estos espacios se deben llenar para evitar que sean profundamente penetrados por la crema haciéndose imposible remover el molde. Se debe tener particular cuidado cuando se llena la cavidad nasal y las órbitas de los ojos. Detalles sobre los bordes de los órbitas indican que no requieren ser cubiertas, también se le pueden hacer ajustes a este proceso, si el espécimen es suficientemente fuerte y está bien conservado. Los ojos podrán mantener su tamaño natural, es decir aproximadamente 26 ml de diámetro y pueden ser de plástico o arcilla. No es necesario utilizar ojos sintéticos de calidad. Estos tienen la ventaja de aceptar ajustes en el cráneo real, lo cual permite una ubicación más certera. Los especímenes antiguos o frágiles deben serprotegidos de entrar en contacto directo con alginato y cubrirlos con una capa lustrada de hojuela de aluminio. Las franjas de la hojuela de aluminio de 7 micrones de espesor aproximadamente pueden ser agregadas al hueso con tiras de cinta de enmascarar y lustradas con una tela suave. Con cuidado y práctica un cráneo completo puede ser llenado y cubierto en tres horas aproximadamente. Para cubrir la mandíbula se hace de la misma forma. No es necesario cubrir los dientes de la mandíbula superior ni los de la inferior, ellos estarán casi insensibles a la humedad.

El mejor método para hacer el molde de un cráneo es adoptar la técnica de las dos partes tradicionales o molde fragmentado donde se divide el molde todo el tiempo alrededor y a lo largo de una línea escogida que ofrece la menor resistencia cuando se abre el molde para remover el espécimen. Algunas veces será preferible verter el cráneo y la mandíbula como un solo ítem.

Esto produce una armadura mucho más fuerte bajo la cual se construye el rostro y es muchísimo más fácil de almacenar. El método es casi exactamentamente el mismo que para el cráneo aunque debe dársele una cuidadosa consideración a las uniones de la mandíbula con el cráneo con la debida indulgencia dado al espacio existente dentro de la articulación temporo-mandibular y el espacio libre entre los dientes. También es aconsejable bloquear el espacio completo entre el borde inferior de la mandíbula y el paladar duro para facilitar la elaboración de un molde fuerte y durable. Si son necesarios los datos sobre esta área entonces tanto el cráneo como la mandíbula deben ser vertidos como un solo ítem.

Hasta este punto y quizás aparte de colocar los ojos y ajustar la mandíbula, todo se ha hecho con técnica natural pero ahora algunas decisiones fundamentales tienen que hacerse con relación a la edad, el sexo y el grupo étnico, junto con la posible construcción del cuerpo, así como se dan enseguida los ajustes de las pinzas que indican la delgadez de los tejidos suaves que cubren el cuerpo de la estructura esquelética.

Dependiendo de toda la información que ha sido recolectada de los exámenes del resto del esqueleto y de cualquier tipo de objeto que puedan dar algunas pistas, dependerán entonces cuáles medidas van a utilizarse. Las medidas más recientes son aquellas que elaboró el Profesor Richard Helmer en la Universidad de Bonn en Alemania.

Los treinta y cuatro (34) puntos anatómicos con los que se relacionan estas medidas, están marcados en el cráneo, al cual se le hicieron pequeños agujeros en la arcilla y dentro de los cuales se fijaron las pinzas proyectándose en la cantidad requerida como se indicó en la tabla de medidas. Los límites exteriores de la cara por reconstruir se fijan ahora en el espacio. Una o dos pinzas se ajustan normalmente proyectándose desde la apertura nasal para suministrar algún andamiaje para la nariz.

Utilizando arcilla para modelar se construyen los principales músculos y los grupos de músculos de la cara sobre el cráneo. Es importante comenzar sin tener ideas preconcebidas porque así como se desarrolla el rostro desde la superficie del cráneo hacia el exterior, ésta pasará a través de diferentes etapas las cuales pueden parecer muy creíbles o increíbles, pero ninguna dará una idea verdadera de la apariencia final.

Es importante notar la posición y tamaño de las inserciones de los músculos ya que ellas dan indicaciones de su volumen. Las inserciones de los músculos bien marcadas y prominentes de la base del cráneo indican un cuello fuerte, sin embargo las dimensiones exactas de un músculo no son críticas; como sí lo son las medidas del espesor del tejido suave que finalmente determinan la delgadez o grosor de la cara.

A través del tiempo se ha desarrollado un orden para construir los músculos en el cráneo lo cual parece suministrar una progresión más lógica.

Primero el músculo temporal está construido a cada lado del cráneo siguiendo el área de su origen en el hueso y su inserción en la mandíbula. A mí siempre me gusta invertir algún tiempo precisamente dándole forma al músculo e indicando la dirección de los grupos de músculos. El siguiente músculo por aplicar es el macetero, que surge del proceso cigomático del maxilar y el arco cigomático y que se inserta en la mandíbula. Este es uno de los dos grandes músculos, o cuatro si se piensa bilateralmente, que comienza a cambiar la apariencia de la estructura esquelética de la cabeza.

Enseguida encontramos una sucesión de músculos más pequeños, el buccinador que es básicamente el músculo de la mejilla, está impedido para suministrar apoyo al orbicular que forma los labios. Algunas fibras surgen del buccinador para formar parte del orbicular de los labios como lo hacen las fibras desde otros músculos diferentes.

En verdad esta área es muy compleja con respecto a donde comienza y a donde termina. Lo cual sería poco real al intentar crear una reconstrucción anatómica detallada de ésta. Se hace un modelo idealizado que muestra más de lo que se observa en muchos libros de texto sobre anatomía. El orbicular está tendido sobre los dientes superiores e inferiores. La abertura de la boca está localizada a 1/3 de altura encima de los incisivos superiores, la anchura de la boca estará determinada por la posición de los bordes externos de los dientes caninos.

Para los cráneos desdentados la distancia entre los bordes internos del iris podrá ser utilizada para establecer la anchura de la boca. Los músculos de la cara pueden ahora desarrollarse más, poder realizar el elevador angular, el elevador de los labios superiores, el cigomático mayor y menor, el depresor de los labios inferiores y el depresor angular. Muchos de estos músculos son muy delicados y debe recordarse que en vida dichas estructuras estarían rodeadas de grasa, nervios, vasos sanguíneos, etc., y los espacios entre ellos no estarían vacíos, así que algún soporte bajo éstos parece que procede del punto A hacia el punto B como una banda, se suministra para prevenirlas del colapso cuando es cubierto en una etapa posterior. Una indicación rústica de la forma y el tamaño general de la nariz puede agregarse en esta etapa, teniendo en cuenta que el ancho de la apertura nasal es de aproximadamente 3/5 del ancho total de la nariz.

Tomando una línea tangente a la distancia 1/3 del hueso nasal y proyectando ésta hacia abajo hasta que se biseccione una línea proyectada exterior siguiendo la dirección de la espina nasal anterior; nos dará la distancia aproximada a la que la nariz se proyecta desde la superficie del cráneo. Rodeando cada ojo está el músculo orbicular que así como el orbicular de los labios es un músculo esfínter y tiene un corte o fisura entre los párpados superior e inferior. El ángulo al cual se encuentra dicha fisura con relación al cráneo está claramente indicado en las órbitas. En el canto interior éste se relaciona con la fosa lacrimal y externa, para un tubérculo que se ha observado justamente o se ha sentido justo en el borde interno de la órbita. Además el ángulo bajo el cual los ojos parecen inclinarse hacia arriba, horizontalmente o hacia abajo puede determinarse del
cráneo.

Como todos estos músculos están construidos sobre el cráneo, las formas y contornos se desarrollarán de acuerdo al hueso al cual ellas se encuentran unidas o sobre las que yacen estos. Los músculos que se observan sobre el punto de la mandíbula o el área mental están entonces bloqueados de una forma relativamente simple. Debería enfatizarse que éste no se diseñó para que sea un modelo anatómico altamente detallado durante esta etapa. Existen aquellos que argumentarán que para modelar las estructuras subyacentes de tal manera es innecesario cubrir en su totalidad tan pronto como se ha completado, lo cual es por supuesto verídico. La razón para utilizar dicho método es porque es la manera más lógica de asegurar que el rostro se desarrolle desde la superficie del cráneo hacia el exterior de su propio lugar.

La velocidad a la cual el cráneo cambia de la forma esqueletal sin alteraciones a algo que es inmediatamente reconocible como un rostro humano, nunca deja de sorprender a los espectadores. Quizás esto se dé porque todas las otras etapas normales a través de las cuales cualquier rostro se ve después de la muerte, suceden en forma contraria, siendo esta la disección clásica o la declinación natural.

Este es un proceso de re-ensamblaje opuesto al de ensamblaje. Un proceso como este no debería confundirse con la escultura figurativa. Aquí la armadura es el cráneo, y aunque existen ciertas técnicas empleadas rutinariamente por los escultores, es hasta este punto un ejercicio puramente técnico basado en la buena comprensión de la ciencia de la anatomía. No existen problemas al establecer la forma y las proporciones de la cabeza, al asegurar que las relaciones espaciales entre las diferentes partes del rostro son correctas o que una línea en la mandíbula o en la mejilla está en armonía con su vecino. Todas éstas son establecidas por las armaduras más precisas para un rostro, el cráneo. Ni un cráneo ni una cabeza flotan sin soporte en el espacio y en esta etapa o incluso más temprano el cuello está construido para dar el balance adecuado a la
reconstrucción completa.

Al tomar una reconstrucción hacia la próxima etapa, aunque se encamine por fuera de los confines estrictos de la ciencia como se ha percibido rutinariamente, éste se convierte en un punto en el cual la ciencia y el arte armonizan en lugar de separarse como resultado final. Es entonces la etapa donde todos los modelos anatómicos son cubiertos por una capa de arcilla es decir yacen sobre la superficie simulando las capas externas de los tejidos subcutáneos y la piel.

En el trabajo inicial yo quise construir lentamente esta capa con pequeñas bolitas de arcilla, lo cual es de hecho más rápido y pienso que se logra una mayor precisión al aplicar esta capa en franjas amplias de arcilla, permitiéndoles hacer eco en la forma de abajo, aunque se utilicen las medidas para guiar su grosor. De este modo puede verse que la mano del artista no influye en la forma final de la cabeza y del rostro desvirtuando en aquellas que algunas veces se insinúa por quienes están desinformados.

Dos ventajas muy interesantes al adoptar este método son: que es necesario por cualquier razón demostrar cómo el rostro se controla por lo que yace debajo y que siempre existe la Duda. Algunas de las capas de arcilla pueden quitarse con cuidado, revelando los músculos que se encuentran aún en su lugar. O quizás incluso más revelador es que al construir capa final para un lado de la cabeza solamente, es posible demostrar que tanto se asemeja al lado anatómico. Este mismo fenómeno puede observarse en un cadáver, si se hace una disección de manera similar, exponiendo las estructuras subyacentes por un lado solamente.

Sólo cuando este cubrimiento se completa pueden ser vistos todos los rasgos en sus justas proporciones. Aún cuando inicialmente la nariz parezca probablemente más grande, la boca demasiado salida, el rostro muy angular y con una mandíbula algo en punta, todo esto cambiará drásticamente en el espacio de una hora, tiempo durante el cual surge un rostro que en esencia se modificará muy poco desde esta etapa hasta su terminación.

El modelo final de los rasgos superficiales del rostro es muy importante para esto, ya que ellos pueden conducir a un rostro vivo y de hecho, cómo se presenten influye mucho lo que se haya construido debajo. La forma de los párpados y el tejido suave que los rodea, dependen de la forma de la órbita del hueso, la posición del globo, la posición del canto interno y externo y del músculo orbicular. Los únicos aspectos que no son determinados son la forma de la cresta palpable del párpado superior y el canto interno. Sólo resta que el artista coloque aquellas áreas de forma que estén en armonía con el resto del rostro, como en gran parte sucede con la forma de las cejas. La nariz no depende por supuesto del músculo para determinar su forma, estando formada principalmente por hueso y cartílago. El hueso nasal determinará la forma de perfil de la sección superior y en conjunción con la espina nasal anterior, indicará la distancia que este proyecta desde el cráneo.

Es bastante razonable, y lo que más frecuentemente sucede, pero el elemento experiencia combinado con la intuición y el sentido común jugarán también un papel importante. Es verdad para la nariz así como lo es para cualquier otro rasgo de tejido blando, que a pesar de que no existe evidencia en el hueso no podemos atender lo inusual o extravagante. Debe ser la apertura nasal grande y angosta de modo que la nariz será necesariamente larga y angosta y si es ancha la nariz también la apertura será ancha.

Aparte de las orejas, la boca es probablemente el rasgo más especulativo dentro de cualquier reconstrucción porque aunque exista evidencia de su grosor y del grosor del filtro, no hay una guía real para la forma del bermellón de los labios. El grado de llenura de los labios refleja la cantidad de pragmatismo de la mandíbula superior e inferior. Además cuando se completa el modelo, es asunto de utilizar todas las pistas para crear una boca que armonice con el resto del rostro. Hasta donde se conoce, de los oídos hay muy poco que decir. La posición del meato auditivo externo indicará a qué nivel estará cada oído y la forma y proyección del proceso mastoideo puede influir en la cantidad en que se asomen los oídos, aunque esto es muy impreciso. Afortunadamente las orejas no son tan importantes para el reconocimiento, ya que ellas son normales y completas y nunca nadie se fija mucho en ellas. Excepto para aquellos con interés particular en las orejas como medio de identificación.

Al trabajar con arcilla es posible construir todos los rasgos sobre la parte superior de las estructuras musculares subyacentes que a su vez están construidas sobre el cráneo. Cada capa sucesiva está directamenteinfluida por su predecesora. El rostro crecerá  de la superficie del cráneo al exterior de su propio lugar con la mínima cantidad de interferencia por parte del constructor. Cuando todos los rasgos se hayan completado y la superficie de la piel esté incluso lista, se considera que la reconstrucción propiamente dicha ha finalizado.

Lo que suceda ahora depende de lo que fue objeto del ejercicio en primer lugar. Para el trabajo de reconstrucción arqueológica es muy posible que se encuentre información en lo relacionado con el carácter del individuo, estilo de cabello, cabeza, etc., que uno deseará incluir. Las indicaciones sobre la edad son algo que también podrá indicarse al agregar pliegues de arrugas donde sea necesario. En otras palabras, es perfectamente aceptable utilizar la reconstrucción como fundamento bajo el cual los caracteres de los individuos puedan ser ajustados. Si por otro lado, el trabajo es de naturaleza forense debe adoptarse un método muy diferente. La especulación con respecto a la presencia de ciertos pliegues de arrugas que puedan utilizarse en un ejercicio no forense, pueden tener un efecto negativo en términos de reconocimiento forense.

Existe un número de advertencias que se deben tener en cuenta cuando se considere la pregunta completa del éxito logrado en cualquier intento por identificar un cuerpo por medio de esta técnica. Justamente quien observa la cabeza o rostro reconstruido es de por sí crítico, precisamente porque un cuerpo que se encuentre en el sur del país, no quiere decir que necesariamente se haya originado en el norte y viceversa.

Como consecuencia, si la imagen se circula en el sur mientras que aquellos que se le asemejan viven en el norte, el ejercicio no tendrá éxito. De nuevo, no todo el mundo lee los periódicos o mira los noticieros de televisión. Con frecuencia aquellos que se encuentran en circunstancias donde tales investigaciones se necesitan tienen pocos amigos y no tienen lugar fijo de residencia. Además no siempre es del interés de aquellos que hacen el reconocimiento de la reconstrucción el hecho de responder a la misma.

Visto esto, encontramos algunas de las razones por las cuales el reconocimiento hecho no siempre es altamente sorprendente. La tasa promedio de éxito para la mayoría de los países, sin tener en cuenta la técnica empleada, está entre un 50 % y un 60 % y en Manchester la figura no es diferente.

Como ya ha sido establecido no es posible hacer una reconstrucción 100 % precisa cuando se trabaja tan sólo con el cráneo, ya que existen muchas variables. Lo que parece suceder rutinariamente es que uno crea un rostro que es muy similar al tipo de rostro que tenía el individuo cuando estaba vivo. Y en términos de la solicitud forense tal reconstrucción se convertirá tan solo en parte de la historia. Ello es en efecto una forma de informe en tercera dimensión. Como con cualquier informe, este puede ser solamente tan preciso como la información que contiene. Si se incluye lo incorrecto o información falsa, el informe será defectuoso.

A pesar de todas las limitaciones e incertidumbres que rodean la reconstrucción facial y las inevitables críticas hostiles que la materia generalmente atrae como medio de lograr reconocimiento, cuando todos los otros intentos fracasan, puede y funciona cuando la persona correcta ve a alguien a quien conocía perfectamente bien.

Hasta el presente es en general el trabajo forense el que suministra la oportunidad de apreciar la precisión de la técnica. La tecnología moderna ha hecho posible que los investigadores reconstruyan la cabeza de una persona viva, cuando se encuentran en completa ignorancia de la apariencia de dicha persona. El uso de las técnicas médicas de búsqueda, desde equipos hasta mecánicas, máquinas de tejido controladas por computador, etc., facilitan que la réplica de un cráneo de una persona viva se haga para reconstruir un rostro. Trabajo de esta naturaleza ya está a la mano pero no lo suficientemente avanzado en esta etapa para incluirlo esta vez.

La utilización de computadores se está explorando fuertemente por muchos trabajadores en el campo, muchos de los cuales prometen bastante pero hasta la fecha ellos no están en mejor posición para responder preguntas con relación a la morfología de ciertas áreas del rostro que tan sólo por los métodos convencionales, pueden ser logrados.

BIOGRAFIA
Doctor Richard Neave (Gran Bretaña) Director del departamento de Medicina y arte. Vicepresidente del instituto de mediciana Ilustrada. Demostro la valdez del metodo de reconstrucción facial y participo en numerosas investigaciones entre las cuales merecen citarse: Reconstruución de la cabeza momias Egipcias, odontología forense, reconstrcción de la cabeza de filipo II. Rey de macedonia y el hombre de Lindow. Instructor de elaboración de moldes para reconstrucción facial en el ministerio de defensa (Colombia).

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