¡Caite Cadáver!
¡Caite Cadáver!
Reflexión sobre la antropología forense en México
La antropología forense como una de las ramas de la antropología física se sitúa al lado de ciencias forenses como la medicina, odontología, biología, patología y criminalística que propician el estudio de cadáveres humanos según los especialistas Israel David Lara Barajas, Jesús Luy Quijada y Luis Espinosa quienes impartieron la conferencia Caite cadáver. La antropología forense en México en el Museo Nacional de Culturas Populares.
En albores de la celebración en México del día de los Santos Difuntos o Día de Muertos, la charla versó en torno a la muerte como uno de los principales campos de estudio de la antropología forense; aunque la antropología física, disciplina que circunda al estudio forense, se encarga del estudio del hombre en interacción con su medio ambiente y las modificaciones que experimenta el sujeto de acuerdo a su entorno, enfatizó Lara barajas.
Añadió que entre las disciplinas torales del estudio del hombre y su relación con la muerte se encuentra la Tanatología y la Antropología además de ciencias como la zoopatología que permite la descripción de rasgos físicos de restos recientes no identificados, además de la osteología y la genética que desde 1760 estudia las diferencias entre grupos sanguíneos y la huellas dactilares, por ejemplo.
Por su parte Luis Espinosa definió a la antropología física como “la evolución o cambio del hombre en el tiempo y el fenómeno de la diversidad y sus modificaciones de acuerdo al medio ambiente”. Consideró que las diferencias físicas entre los individuos son un marco general de las modificaciones del hombre con respecto a su región de origen.
Apuntó que un ejemplo de las diferencias entre los grupos biológicos humanos se puede observar en el rendimiento de los deportistas, ya que la antropología del deporte vislumbra las características morfológicas y permite determinar en qué disciplinas puede destacar el atleta. Además señaló que “la antropología se divide en estudios como la ergonomía, la antropología del comportamiento, antropología dental, proceso evolutivo, crecimiento y desarrollo, osteología, entre otras”.
Para Luy Quijada el culto a la muerte desde la perspectiva cultural se manifiesta en las ofrendas o altares de muertos mientras que la antropología forense responde a la perspectiva biológica pues busca indagar en los motivos del deceso. Consideró que los principales retos que buscan responder los antropólogos forenses ante un cadáver desconocido es determinar la edad, el sexo, grupo humano y talla, tópicos que permiten hacer una descripción del sujeto y su origen.
Agentes externos como las alteraciones ambientales o los depredadores naturales dificultan la identificación de los cadáveres, por ello es necesario hacer un trabajo minucioso para conocer la identidad de los cuerpos. El trabajo admite diversas lecturas de un mismo caso, para determinar la manipulación intencional del cadáver o factores naturales.
Luy destacó que “incluso reconocer la tipografía o íconos de los tatuajes pueden brindar información que permite evidenciar la procedencia de los cadáveres o su afinidad con determinados grupos sociales”. En caso de no contar con huellas o indicios que señalen los motivos de la muerte “el cadáver representa la principal fuente de información para determinar las causas de la muerte” agregó. Por lo tanto los restos óseos brindan una bitácora de la vida del individuo, aunque algunas huellas como las lesiones, y más cuando se produjeron en la infancia, se pierden con el paso de los años.
Respecto a la práctica de la antropología forense en México sus orígenes se remontan a 1975 con los trabajos de Arturo Romano quien comenzó a colaborar con instituciones de procuración de justicia. Así la labor de los antropólogos forenses proporciona información para la reconstrucción de retratos hablados, reconocimiento facial, dactiloscopia y de fisonomía de personas vivas en la mayoría de los casos para determinar la edad de delincuentes y facilitar los juicios.
En cuanto al panorama actual que vive la antropología forense, los especialistas coincidieron que la academia mexicana, a excepción de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), no incentiva la especialización de los antropólogos a diferencia de escuelas “patito" en las que se imparten diplomados sobre esta materia, en comparación con universidades extranjeras como la universidad de Arizona y Florida.
A decir de los antropólogos, la antropología forense necesita enfocar nuevas líneas de investigación o programas que compartan la labor informativa y de investigación además de permitir el análisis de colecciones óseas que permitan dictar nuevos estándares de investigación y herramientas para determinar la aplicación de estos modelos.
Fuente:
http://www.excentricaonline.com/libros/contexturas_more.php?id=8477_0_16_0_C