El crimen organizado, principal actividad economica

Publicado en Seguridad Pública

El crimen organizado, principal actividad economica

Polleros; negociazo en Tecate
Con tan sólo cinco agentes del Grupo Beta para patrullar la frontera de Estados Unidos con México en el municipio de Tecate, una pésima actuación de la Procuraduría General de la República y la complacencia de los policías municipales, los polleros cruzan personas a todas horas, todos los días. En el colmo de la impunidad, han hecho puertas en la malla divisoria con Estados Unidos.
Como si fuera legal, el tráfico de personas en Tecate se desarrolla libremente.

En dos años el cruce sin documentos a la Unión Americana, se convirtió en una de las principales actividades económicas del municipio.
Los polleros tienen en Tecate, un territorio virgen para delinquir. No hay autoridad que los sancione, los persigua o evite que lucren con el cruce ilegal de personas.

La situación de impunidad ha llegado a grado que otras actividades delictivas han empezado a surgir alrededor.
Por ejemplo, el transporte.

* Taxis que transportan a aspirantes a indocumentados en los Estados Unidos, circulan más seguido y tienen más salidas que los de ruta.
* Camionetas cargadas de seguidores del sueño americano tienen paradas específicas y horas de movimientos evidentes y detectables.

El crimen organizado de los polleros, no se esconde.

Los tecatenses, las autoridades y los vecinos de las zonas afectadas, saben en qué lugares, a qué horas e incluso qué residentes de Tecate están metidos en el ilícito negocio y qué parte les corresponde hacer del delito.
Sin embargo, ninguno de los eslabones de la cadena delictiva es sancionado o perseguido.

Razones y excusas

La realidad es que ninguna autoridad se hace responsable de lo que en la frontera México-Estados Unidos sucede. Lo cual en las inmediaciones de Tecate provee un clima de impunidad y ha hecho del tráfico de indocumentados, un negocio rentable a plena luz del día.

La policía municipal y el grupo Beta, que recorren la frontera mexicana, no están facultados y no cuentan con recursos para realizar su limitada tarea preventiva.

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) se remite a investigar delitos denunciados, que suelen ser pocos dado que los inmigrantes tienen miedo y no tienen tiempo de presentarse a llenar todos los requisitos administrativos.

La Procuraduría General de la República (PGR), legalmente la autoridad para perseguir el delito de tráfico de personas, simplemente no se ve ni escucha.

De investigaciones y resultados específicos en la zona, hay poco que decir, como ejemplo durante 2006 se han consignado a 26 personas ante el Ministerio Público Federal; cifras pobres considerando que es una de las principales áreas de tráfico de personas. Y que la mayoría de las detenciones las hizo la policía municipal.

El poco respeto a esta autoridad, lo demostraron los criminales la madrugada del 15 de agosto cuando Jorge Luis Paisano Carmelo, titular del Ministerio Público del Fuero Federal en Tecate, apareció asesinado a balazos en un auto que no era de su propiedad en un camino vecinal del Rancho La Paloma.

Aunque la relación de este ministerio público asesinado con las autoridades y residentes de la ciudad era, según testigos consultados, prácticamente nula, porque tenía poco tiempo en la plaza, vivía en Tijuana y no hacía ronda en Tecate.

Polleros en tierra de nadie

El problema de falta de personal es evidente y real por lo menos en el tema preventivo, porque los únicos encargados de realizar patrullajes de supervisión en la zona en cuestión son:

* El grupo Beta.- No está autorizado para portar armas; su único equipo de defensa es un radio ‘matra’ que deben usar para llamar a otras corporaciones cuando observan algo sospechoso. Circulan en grupos de dos o cuatro agentes en uno o dos vehículos pick up doble tracción con los que  realiza un recorrido diario por los más de 164 kilómetros.

* Agentes municipales.- La tarea se complica porque las delegaciones suburbanas sobre todo, son zonas extensas a las cuales se tienen asignados sólo a tres o cuatro elementos por turno, que deben vigilar la zona poblada y despoblada con una o dos patrullas en el mejor de los casos.

En estas condiciones es humanamente imposible una cobertura efectiva de la línea fronteriza entre Tecate y el estado de California, Estados Unidos, por lo cual:

1.- Del lado mexicano es tierra de nadie. Delincuentes armados en su mayoría procedentes de Tijuana asaltan, golpean y abusan de los emigrantes. Los polleros tienen una zona delimitada en la cual se dedican a su actividad ilícita. Cruzan la malla divisoria por abajo, la brincan apoyados en autos, árboles y hasta grúas especiales, y en el colmo de la impunidad, la atraviesan cortándola y haciendo puertas movedizas.

2.- Para el Gobierno de Estados Unidos, Tecate se ha transformado en la franja compartida más vulnerable, concurrida y efectiva que comparten con Baja California. A pesar de la vigilancia militar que también les resulta insuficiente.

El modus operandi

La mayoría de los emigrantes llegan a Mexicali y Tijuana principalmente, dependiendo de la banda del crimen organizado que los esté ‘moviendo’. Son transportados a Tecate en su mayoría por camiones, algunos en taxis y una minoría en camionetas de uso privado.

En ese traslado de menos de 90 minutos muy pocos son apoyados por un guía, los mandan con instrucciones específicas de dónde bajarse.

La mayoría debe hacerlo en la central camionera, porque de ahí abordarán un taxi de sitio o un camión suburbano que hace recorridos en las delegaciones ubicadas en las afueras de la ciudad hacia el Este, pero sobre todo al Oeste.

Sin embargo algunos intentan cruzar en la zona urbana, la mayoría de estos traspasos se hacen en la zona aledaña a los patios fiscales, los monumentos 244 y 245, los velatorios del DIF, la colonia Industrial, las instalaciones viejas de la policía y el estacionamiento de tractocamiones que mientras hacen fila para cruzar, son usados para brincar. Sin embargo hasta el momento no han podido probarle a ningún chofer de tráiler que les cobre para ayudarlos.   

Los traficantes procuran que la mayoría llegue a Tecate después del mediodía para que no tengan que pagar hospedaje. Pero de ser necesario, sobre todo si de causalidad los sorprenden los agentes de la Patrulla Fronteriza y los deportan, o el grupo Beta y los regresan a la central camionera, los inmigrantes se quedan en un mini motel con facha de cuartería ubicado a un costado de la central. O en casas localizadas en las delegaciones ubicadas a un costado de la carretera a Mexicali.

En ese espacio de menos de media cuadra, se concentran los principales traslados de emigrantes, en la esquina del puerto terrestre están los taxis que los llevan a las zonas suburbanas.

Rosa de Castilla, Rancho Altar, Rancho El Encinal, Banchety, Loma Tova, Cañada del Sol, Rancho El Retiro, Roca Magisterial y Jardines del Rincón principalmente.

También es común que en estas zonas, los grupos de emigrantes (menos de 20 y más de seis) sean dejados a la orilla del camino por pick up’s de modelos viejos, que los bajan y salen huyendo. Normalmente cerca de zonas habitadas y bajo árboles para que esperen al guía que debe llegar y decirles alguna palabra clave para identificarse e iniciar el traslado a pie de la carretera hasta la malla fronteriza.

Para llegar a la frontera en este trayecto, deben caminar normalmente entre 8 y 10 kilómetros, y todavía estarán dentro de territorio mexicano. La zona más cercana es Jetwill, son menos de 3 kilómetros pero por ser la más socorrida es la más vigilada.

En general el recorrido de la autopista de México al freeway 94 está entre los 18 y 24 kilómetros dependiendo de donde inicien el trayecto.

Después de los operativos realizados por la Policía Federal de Caminos cuando se detuvo e investigó a los camioneros que se detenían, sobre todo en la zona de La Rumorosa, son pocos los que continúan la travesía en el camión que proviene de Tijuana o Mexicali.

Éstos sí llevan guía que por lo único que se distingue de sus seguidores es por la marca de la ropa y porque es quien en un saludo le da una propina al chofer por detenerse a bajar pasaje en zonas prohibidas. Que comúnmente es en el cerro y el valle de La Miel, Microondas, La Cuesta y las faldas de La Rumorosa.

En esta zona el traslado a pie hasta llegar a la frontera es de seis a 10 kilómetros dependiendo de la zona donde los bajen.

La mejor oferta es obviamente la que permite que los taxis rojos los lleven desde la central camionera hasta la malla fronteriza, pasando incluso por alguna tiendita de la zona para que compren agua y algo de alimento chatarra para que soporten el camino.

Sólo el traslado les cuesta un promedio de 300 pesos por grupo, dinero que recibe íntegro el taxista.

Los propietarios de los mercaditos corroboraron y hasta bromearon respecto de lo evidente que resulta cuando sus compradores son aspirantes a ilegales. Algunos dependientes, incluso ofrecen sus servicios como guías cuando ven que van solos.

La zona más usada en estos casos es Jardines del Rincón, Roca Magisterial y Jacume.

Algunos de los dueños de las casas ubicadas frente a la malla se dedican al trafico de personas y prestan sus casas como albergues mientras llega la mejor hora para cruzar, que es en el cambio de turno, que el vehículo de la Patrulla Fronteriza remueva o que el helicóptero del ejército deje de pasar. Para este recorrido algunos guías traen celulares y catalejos.
Otros residentes de la zona simplemente dicen que prefieren no meterse con ellos.

“Los traen los taxis, de la carretera simplemente agarran la vialidad principal y aquí los dejan frente a la malla o unas cinco cuadras antes, muchos cruzan como si nada, aquí mismo por ahí abajo”, platicó un vecino de Jardines del Rincón.

Entre los matorrales que preceden la parte inferior de la malla metálica, hay innumerables excavaciones hechas para que quepa cómodamente un ser humano. La mayoría tapadas con pedazos de madera, arbustos o con tierra floja.
“En las zonas más despobladas rumbo a La Rumorosa, han llegado a hacer puertas”, comentó un agente del grupo Beta.

La derrama delictiva

A pesar que no es un problema nuevo, en Tecate las autoridades municipales han empezado a recibir quejas de los ciudadanos y de acuerdo con sus facultades empiezan a tomar medidas.

La licenciada Dolores Celia Ortiz Gonzalo, regidora presidente de la comisión de Seguridad Pública en el Ayuntamiento de Tecate explicó que vecinos de zonas como Jardines del Rincón ya se han acercado a manifestar que están sufriendo robos. “No sólo de migrantes que no pueden cruzar, aunque dicen que no todos, pero sí acusan a los grupos de delincuentes de Tijuana que viene a esta ciudad nada más a robar a los paisanos y de paso a los locales”.

“La frontera de Tecate se ha hecho muy atractiva para los migrantes y por lo tanto una zona bien conflictiva, desde el momento en que pusieron tres barreras en Tijuana, para ellos la mejor opción fue Tecate.

“Primero porque no había barrera y después que la pusieron porque sólo era una. Le agregas que la topografía les da muchas zonas donde esconderse a diferencia de Mexicali y Tijuana donde el camino es abierto, además hay zonas en que la distancia de la carretera a la línea es de apenas 2.5  kilómetros de zona no vigilada porque no tenemos personal”.

Ortiz Gonzalo reconoció que Tecate pasó de ser una ciudad tranquila con una pequeña garita y frontera compartida en la zona urbana, a más de 160 kilómetros de zona con escasa vigilancia e informó que la zona más afectada es la zona rural donde tienen problemas delictivos muy fuertes que van más allá de lo preventivo.

La regidora aseguró que ya han tenido reuniones con autoridades estatales y federales, con los vecinos en las zonas de Jardines del Rincón y Jacume porque la criminalidad ha alcanzado niveles muy altos; que los vecinos han ofrecido terrenos para que las policías de los tres niveles establezcan oficinas en la zona, pero a pesar de que se ha reconocido la problemática todavía no se ha establecido un operativo coordinado de combate.

Armando Vale Sáldate, el director de seguridad Pública Municipal de Tecate, explicó que a pesar de ser más de 150 kilómetros de frontera, el mayor problema lo enfrentan en un tramo de 70 kilómetros.

El problema es que están en la zona rural donde el ayuntamiento apenas este año tuvo capacidad para asignar policías, y sólo dos o tres por turno.
Sin embargo para Vale Sáldate el conflicto para el municipio por lo menos no son los emigrantes sino la delincuencia que llegó detrás de ellos.

“Aprovechándose de ese flujo empiezan a surgir las personas que se dedican asaltarlos conocidos como bajadores, algunos son de las rancherías de Tecate pero muchos viene de Tijuana sobre todo de la zona de El Florido y el Matamoros. Se esconden en árboles, piedras, cañadas, lugares de muy difícil acceso a esperar para asaltarlos y les quitan hasta los zapatos”.

Los primeros meses del año 2006 se agregó otro fenómeno delictivo: particulares a bordo de motocicletas o caballos en posesión de armas largas patrullando los lugares de difícil acceso en los ranchos colindantes con la frontera y pidiendo que les pagaran derecho de piso para pasar, si no lo hacían los golpeaban y los asaltaban.

Después empezaron a recibir llamadas constantes de la Patrulla Fronteriza de personas que hacían disparos hacia el lado de Estados Unidos y los agentes, como estrategia para llamar la atención de los pocos agentes comisionados a esa área, y cruzar gente por otra región de la malla.

“La fuerza pública que tenemos de ese lado es muy poca, no hay suficiente persona para cubrir ese espacio geográfico, estamos hablando de veredas, brechas, zonas de de difícil acceso, aunque conocemos muy bien el área. Una manera de reforzar fue crear la delegación de Mi Ranchito, no teníamos subestación, pero sigue siendo insuficiente.

“Por eso desde el 2005 estuvimos dando lata al grupo de coordinación con el que nos reunimos cada mes, estuve señalando la necesidad de poner atención a esa área y ya no ubicándonos en el tema de los migrantes y la franja fronteriza sino el problema de inseguridad que se estaba presentando hacia las rancherías.

“Después de más de 10 meses acordamos traer el grupo coordinación a Tecate y establecieron recorridos de vigilancia preventiva con una situación muy específica de seguridad porque no se trata en ningún momento de parar el flujo migratorio”.

Tres días a la semana la Policía Estatal Preventiva hace operativos en Tecate en los cuales según el director de seguridad pública los asaltos y los reportes de presencia de grupos armados disminuyeron en más del 50 por ciento. Sobre todo en Cerro Azul, Valle de la Palmas y la zona rural.

El trabajo del BETA

Así las cosas, la mayor parte de la tarea de vigilancia la realizan los cinco elementos del grupo BETA asignados a Tecate. Cuya función no es coercitiva sino de apoyo.

Ellos realizan dos recorridos diarios en la frontera, uno hacia el Este de la ciudad, otro hacia el Oeste, y apenas les alcanza el turno para terminarlo.
De acuerdo a la información proporcionada por el Grupo Beta, las horas de mayor flujo de emigrantes en la carretera es de las cinco a las 10 de la mañana y de las cuatro a las ocho de la tarde en un área completa de 164 kilómetros que abarca desde el rancho San Valentín hasta la torre Beta en las faldas de La Rumorosa.

Para realizar su trabajo tienen cuatro unidades todo terreno y tres para zona urbana. Y recorren la zona con un stock de medicamentos, tanques de oxígeno, botiquín de primeros auxilios, equipos para rescate en pie tierra, rappel y agua, además de paquetes con agua, galletas saldas y atún para proporcionar a los emigrantes para que no mueran en el trayecto.

“Si los encontramos, a nosotros nos corresponde prevenirlos de las condiciones inhóspitas de la topografía accidentada rocosa, montañosa, desértica de terracerías y brechas, advertirles de las temperaturas extremas, darles agua y orientarlos dónde pueden encontrar más si es que se dan cuenta que no van a poder cruzar, además decirles que es probable que en el camino encuentren felinos, coyotes, tarántulas, víboras de cascabel, alacranes, además de las zonas donde es más factible que los asalten”, explicó el doctor José Luís Hernández, director del Grupo Beta en Tecate.

“Después de eso, rescatarlos y hacer operativos especiales en las más de 37 zonas identificadas como paso natural de migrantes, cada una con por lo menos dos áreas de alto riesgo.
“Y en los caso en que se detectan grupos de asaltantes ya no nos podemos meter, nuestra obligación es llamar a las policías y avisarles para que manden a su gente”.

Por pleitos políticos, el ayuntamiento de Tecate había retirado a los agentes municipales y el Estado hizo lo mismo con los ministeriales. Después de algunas negociaciones, el presidente municipal Joaquín Sandoval aceptó seguir participando aunque no ha dicho cuándo ni con cuántos agentes.

De parte del estado no se ha hablado de un regreso, sin embargo autoridades locales comentaron que por el bien de la ciudad y la seguridad de los agentes Beta y municipales es mejor que los ministeriales no regresen.

Por lo pronto los agentes fronterizos mexicanos continúan ofreciendo asistencia social y haciendo recorridos de apoyo.

Sobre todo en momentos, como el presente, en que el tráfico de personas está en pleno auge en Tecate, ante la complacencia de las autoridades mexicanas.
Fuente:
http://www.zetatijuana.com/html/EdcionesAnteriores/Edicion1692/Reportajez_PollerosTecate.html

Fuente de imagen: http://www.huajuapanweb.com/node/2627