Mapa de conversaciones telefónicas

Publicado en Seguridad Pública

Elaboran mapa de conversaciones telefónicas

Con su nuevo sistema, los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) no pueden escuchar conversaciones telefónicas, pero sí son capaces de "verlas". Durante una prueba, hicieron con ellas un mapa de una ciudad en tiempo real, siguiendo la pista a miles de personas que estaban usando sus teléfonos móviles.

Mientras que muchos científicos forenses han aseverado durante largo tiempo que las pruebas basadas en el estudio de huellas dactilares son infalibles, el error ampliamente difundido por la prensa que hizo permanecer en prisión a un ciudadano inocente como sospechoso de participar en el atentado con bombas en trenes de Madrid en 2004 alertó sobre los potenciales defectos del sistema.

Utilizando datos anónimos de teléfonos celulares proporcionados por la principal operadora de estos aparatos en Austria, A1/Mobilkom, los investigadores pusieron en marcha allí el innovador proyecto Mobile Landscapes, creando mapas electrónicos del uso de teléfonos móviles en el área metropolitana de Graz, la segunda ciudad más grande de Austria.
Los investigadores utilizaron tres tipos de datos: la densidad de llamadas telefónicas, origen y destino de las llamadas y la ubicación de los usuarios seguida a intervalos regulares. Así, crearon imágenes informáticas que, superpuestas una a otra, y también respecto a los mapas geográficos y planos de calles, muestran las "cimas y valles" del "paisaje", así como momentos en los que se registraron picos máximos del uso de móviles.

 

"Por primera vez, hemos sido capaces de visualizar la dinámica completa de una ciudad en tiempo real", ha declarado Carlo Ratti, principal responsable del proyecto, que es arquitecto e ingeniero, así como jefe del SENSEable City Laboratory en el MIT. "Esto abre nuevas posibilidades para planificación urbana y estudios relativos a este ámbito. El sistema puede percibir continuamente el mapa de conversaciones telefónicas de una ciudad, a tiempo real, y es capaz de detectar de inmediato sus momentos críticos".

En los últimos años, las técnicas para seguir el rastro a teléfonos móviles y localizar su ubicación han cobrado cada vez mayor relevancia. Tales técnicas fueron cruciales para los agentes de policía en sus investigaciones de los graves atentados terroristas de Madrid y Londres. El proyecto Mobile Landscapes del MIT aprovecha las ventajas de estas técnicas a una escala sin precedentes, al crear mapas de toda una región urbana de forma constante a intervalos regulares.

Ahora, el profesor de criminología Simon Cole de la Universidad de California en Estados Unidos, ha demostrado que no sólo estos errores ocurren, sino que su número es elevadísimo. En el caso de ese país, por ejemplo, cree que podrían producirse varios miles de esas incorrectas "concordancias" de huellas dactilares cada año. Todo esto, a pesar del uso de métodos preventivos para impedir estas equivocaciones.

El estudio de Cole es el primero en analizar todos los desaciertos públicamente conocidos en cuanto a falsos positivos de este método. Al analizar estos casos, que se remontan hasta 1920, Cole sugiere que los 22 incidentes públicamente expuestos, incluyendo 8 desde 1999, son apenas la punta del iceberg. A pesar de estos flagrantes casos de fallo, los especialistas en esta técnica han sostenido que la identificación mediante huellas dactilares es "infalible", y testificaron en juicios que la tasa de error para la concordancia es de cero.

"En lugar de insistir torpemente en que es un análisis sin margen de error, deberíamos reconocer las obvias carencias de forma abierta, y encontrar maneras constructivas de impedir que estos fallos en las evidencias provoquen que se condene a gente inocente", declara Cole.

Los datos recopilados por Cole representan una pequeña porción de los errores que se producen al comparar huellas dactilares, debido a que sólo incluyen aquellos casos públicamente expuestos de concordancias erróneas. La mayoría de los casos discutidos en este estudio fueron descubiertos sólo por circunstancias extremadamente azarosas, tales como un análisis de ADN posterior a la condena, la intervención de la policía de otros países, e incluso un fatal accidente en un laboratorio que llevó a la reevaluación de la evidencia.

Un caso altamente difundido por los medios de comunicación es el de Brandon Mayfield, un abogado de Pórtland, Estados Unidos, que permaneció arrestado durante dos semanas como sospechoso del ataque con mochilas-bomba contra trenes en Madrid el 11 de Marzo de 2004. Los investigadores del FBI asociaron las huellas tomadas en el lugar de los hechos con las de Mayfield, y un examinador independiente verificó esta correspondencia. Sin embargo, los especialistas de la Policía Nacional española insistieron en que las marcas no se correspondían con las de Mayfield, e identificaron a otro hombre quien para ellos sí era la persona buscada. El FBI reconoció su error y Mayfield fue liberado.

Las sentencias erróneas basadas en falsas pruebas se supone que son evitadas mediante cuatro mecanismos: que las identificaciones sean "verificadas" por examinadores adicionales; asegurarse de que los examinadores sean competentes; requerir un alto número de puntos de coincidencia antes de declarar que una huella dactilar concuerda; y tener técnicos independientes que examinen las huellas a instancia de la defensa del acusado. En los casos estudiados por Cole, todas estas salvaguardas fallaron.

Cole resalta que las pruebas de pericia llevadas a cabo desde 1983 mostraron un error agregado del 0,8 por ciento. Aunque este porcentaje pueda parecer pequeño, multiplicado por el gran número de casos que los laboratorios criminalistas de los Estados Unidos procesaron en 2002, hace sospechar que sólo en ese año ya podría haber hasta mil 900 falsas identificaciones dactilares.

Fuente: http://www.invdes.com.mx/noticiasde.cfm?publicant=may+2006