Necrofilia ¿Placer o enfermedad?

Publicado en Psicología y Psiquiatría

Necrofilia ¿Placer o enfermedad?

Literalmente se entiende por necrofilia "amor a los muertos". La palabra necrofilia es de origen griego y significa atracción por los muertos.

Algunos autores refieren que es la obtención de placer sexual con cadáveres, generalmente por medio de la cópula con o sin mutilación subsiguiente. Otros, definen la necrofilia como el acoplamiento más o menos completo de un hombre con un cadáver de mujer más o menos fresco. Y por ultimo encontramos que la necrofilia consiste en hallar el máximo placer, cuando no el placer exclusivo, por medio de tocamientos y fogosidades con personas ya fallecidas. O sea, la necrofilia es la excitación sexual provocada por la contemplación, el contacto, la mutilación o la evocación mental de un cadáver.

De lo anterior se deriva que la necrofilia es "ocasional" cuando alguien con tendencias necrofilas coincide con un cadáver que le atrae y hace lo que puede con él por las vía natural o anal. Es "SADICA" cuando primero mata a la víctima para copular post-mortem con el cadáver.

Si la víctima primero es asesinada y posteriormente violada, el acto en sí constituye un sadismo extremo, siendo el objeto sexual un fetiche.Si el cadáver es violado directamente eso implica que la patología es un trastorno profundo de la personalidad y frecuentemente de la percepción del mundo de parte del agresor, en quien es común que se aloje una psicosis o algún otro tipo de trastorno mental grave.

Los sujetos necrofilicos padecen una patología de la identificación de la imagen de la pareja sexual, que a menudo se acompaña de otros trastornos del comportamiento. Esta parafilia es rara.

Los necrófilos corren riesgos considerables al desenterrar los cadáveres de sus tumbas, pues se arriesgan al contacto con focos de infección bacteriológica y flora/fauna cadavérica.

Existe en estas personas una tendencia a buscar empleos en los necrosomios o funerarias que les den una posición en que puedan practicar su parafilia sin demasiado riesgo a la exposición frente a la sociedad.

Aunque presentan escaso interés en las personas vivas, existen aquellos que pueden llegar a tener relaciones con una si ésta permanece quieta, como si estuviera muerta, aunque esto es sólo una imitación de lo que realmente les proporciona una gratificación erótica.

La necrofilia se ha manejado como una desviación sexual, perversión o parafilia y es en general un impulso compulsivo en el carácter y puede pasar desapercibido por la gente que rodea al individuo que padece este trastorno.

Las tendencias a la perversión existen en toda persona sólo que en forma latente, y no se manifiesta fácilmente - los mecanismos por medio de los cuales se hace franca, son dudosos.

De lo anterior se puede deducir que todos tenemos una parte necrofila latente o manifiesta, ya sea como individuos o como sociedad. Y prueba de ello es que de una u otra manera todas o casi todas las sociedades rinden tributo a la "Santa Muerte" . O como es el caso de la sociedad mexicana que destina un día al año para adorar a nuestros muertos. (Día de Muertos)

Cabe mencionar que según estadísticas, en el siglo pasado la humanidad gozó, solamente un mes de paz, tiempo en que no se presentaron conflictos armados a nivel a nivel sociedad. No así a nivel individual, que nunca a dejado de existir la agresión, evento en el cual desgraciadamente hay perdida de vidas humanas, muchas de ellas con fines negrófilos.

Freud y la concepción de la Muerte
El tabú de la Muerte.


A los pueblos salvajes se les atribuye una increíble crueldad para con sus enemigos, pero pocos son quienes saben las rigurosas consecuencias que traía para ellos la victoria.
Éstas consecuencias son las costumbres tabú, que pueden ser agrupadas en cuatro categorías:

1.-reconciliación con un enemigo muerto,
2.-restricciones,
3.-actos de expiación o purificación del que mata,
4.-prácticas ceremoniales.

Un ejemplo de la primera es las tribus de la isla de Timor, que ofrecen sacrificios para apaciguar las almas de los enemigos muertos que, de lo contrario, atraerían desgracias sobre los vencedores.

Entre las restricciones, se observa el ejemplo de que aquel que ha matado en la tribu Toaripí o Motumotú en Nueva Guinea, no puede tocar a su mujer ni tocar los alimentos con sus manos, recibiendo alimentos
especiales de manos de otras personas hasta la luna nueva siguiente.

De la expiación o purificación puede darse el ejemplo de la tribu Pima de América del Norte cuyos miembros, de matar a otro, vivían un período de ayuno de dieciséis días donde no podía comer carne ni sal, ni mirar el fuego, ni dirigir la palabra a alguien, y al decimoséptimo día eran purificados él y sus armas en una ceremonia pública, ejemplo esta misma de la última categoría.

Además de los tabúes que representa el homicidio, también los hay respecto a aquellos fallecidos de causas naturales:
Entre los Maoríes, por ejemplo, aquel que ha tocado a un muerto o ha acudido a un entierro se hace extremadamente impuro y es privado de toda comunicación con sus semejantes y se le prohibe tocar cualquier cosa, so riesgo de hacerla impura, cuando el período de aislamiento llega a su fin todo lo que estuvo en contacto directo o indirecto con él, es destruido.

En Tonga sucede algo similar, durando la impureza un tiempo determinado según el rango del difunto, creyéndose que aquel que infringe el luto enferma gravemente y sufre desgracias...
Muchas tribus también tienen la tendencia a hacer del nombre de los difuntos un tabú, haciéndose éste impronunciable e incluso llegándose a cambiar el nombre a cosas, animales y actos para no recordar en la conversación al difunto.

Pero, ¿a qué se debe que haya tabúes alrededor de la muerte?

Esto es debido a un miedo profundo a ésta y a un instinto de supervivencia: el ser humano intuye que un cadáver es un potencial foco de infección, pero su carácter animista y totemista le hace crear una cierta idiosincrasia que puede incluir desde creencias mítico-religiosas, como es el caso de las tribus "salvajes", o un código de respeto como se da en la cultura actual.

DÍA DE MUERTOS
El Día de Muertos se celebra en México el día 1 y el 2 de noviembre, para celebrar a los niños y adultos, respectivamente.

En estos días, las familias mexicanas van a los cementerios a visitar las tumbas de sus seres queridos, las limpian y tal vez pintan las lápidas, encienden velas y ponen flores, especialmente las llamadas
zempoalxúchitl o flor de muertos.

También en las casas las familias mexicanas hacen altares dedicados a sus familiares muertos, algunos muy sencillos y otros muy elaborados, generalmente llenos de objetos que le gustaban en vida al difunto, incluyendo la comida y bebida favoritas. Los altares dedicados a las ánimas de los niños muertos incluyen juguetes, dulces y otras golosinas.

Los altares u ofrendas también contienen objetos de figuras de azúcar o alfeñiques, que pueden ser animales como borregos, platos de comida en miniatura, ataúdes, a veces con calacas, y por supuesto,
calaveras.

Las calaveras se hacen con una mezcla de agua hervida, azúcar glass y limón, vaciado en moldes de barro remojados en agua, se decoran con papel metalizado para los ojos y un tipo de crema coloreada para
el cabello, se escriben nombres en las calaveras, y los niños mexicanos, muchas veces, intercambian estas calaveras con sus amigos.

También hay papel picado en las ofrendas. Esta arte de papel picado en México es una tradición muy antigua, y el pueblo de San Salvador Huixcolotla, en el estado de Puebla, tiene fama por su arte fino de
papel picado. Aunque se usa como decoración en muchas fiestas mexicanas como bodas y bautizos, también este tipo de decoración, con temas del Día de los Muertos, es muy popular.

Fuente: http://www.entornomedico.org/medicos/tanatologiaem/tanatologia/necro-index.htm