Hans Gross

 

“El empleo de agua caliente para lavar las manchas de sangre siempre se conocerá, puesto que el líquido sanguíneo se dilata y extiende alrededor de la verdadera mancha y forma una especie de halo. Pero aún habiéndose empleado el agua fría, hay posibilidad de descubrirla si se examinan bien las costuras, dónde a veces se fijan partículas de sangre.” (Manual del Juez, Pág. 659).