Consideraciones sanitarias en caso de muertes masivas

Publicado en Medicina Forense

CAPÍTULO 3: Consideraciones Sanitarias en Caso de Muertes Masivas

La evidencia científica disponible hasta el momento indica que la presencia de cadáveres humanos y de animales representa un mínimo o nulo riesgo para la salud pública. La sola presencia de cadáveres producidos por un desastre no constituye una causa para la diseminación de enfermedades infecciosas. Para que exista un riesgo epidémico, deben coexistir un conjunto de criterios muy específicos: que los cadáveres sean huéspedes de una enfermedad presente en zonas endémicas; que los microorganismos puedan vivir en el cuerpo del ser humano o del animal o al ambiente después de la muerte del huésped; y, que se den las condiciones ambientales necesarias.

INTRODUCCIÓN
El supuesto riesgo infeccioso que un cadáver pueda tener ha sido desvirtuado por la ciencia a través de numerosas observaciones y por la evidencia epidemiológica y científica, que aun siendo escasa, demuestra este hecho de forma documentada. Éste es un primer intento de desarrollar un capítulo para relacionar la epidemiología de la salud humana con la exposición a cadáveres y cuerpos en descomposición.

El reto que se plantea es inmenso. A pesar de lo trascendente del tema y de las acciones llevadas a cabo hasta el momento para desmitificar el riesgo infeccioso de los cadáveres, no se ha desarrollado aún un protocolo analítico definitivo que permita cuantificar objetivamente si la presencia de cadáveres aumenta el riesgo para la salud de los vivos.

El presente documento debe servir como punto de partida para despertar el interés entre los expertos en el diseño de tal herramienta o, por lo menos, proveer una valoración crítica de la evidencia científica presentada y que lleve a la medición del riesgo.

Todas las conclusiones y aseveraciones aquí formuladas están basadas en la observación y la epidemiología descriptiva.

La creencia comúnmente sostenida de que los cadáveres de humanos y de animales constituyen un riesgo para la salud pública ha producido confusión entre las autoridades y el público en general. Esta confusión ha llevado frecuentemente a priorizar incorrectamente el destino de los escasos recursos en situaciones de crisis y muchas veces el resultado de esta determinación impropia de prioridades ha sido una mayor cantidad de muertes y enfermedades que las causadas por el propio desastre; por ejemplo, después del azote del huracán Mitch se usaba el escaso combustible disponible para las cremaciones masivas de cadáveres.

Uno de los principales obstáculos que las autoridades y los profesionales de la salud enfrentan cuando manejan un gran número de cadáveres es la presencia de los mitos que rodean a los mismos. Estos mitos se han arraigado tanto en la forma de pensar de nuestras poblaciones que se han convertido casi en instintivos. Debemos dejar claro que, de todas maneras, los mitos simplemente son eso, mitos. Es nuestro trabajo como científicos convencer a una población escéptica del peligro inexistente que tienen los cadáveres. La forma más eficaz de eliminar estas creencias es recopilando lo que se conoce actualmente sobre los riesgos de producir enfermedades o epidemias por la presencia de gran cantidad de cuerpos.

Para desvirtuar todos los mitos creados alrededor de los cadáveres, revisaremos minuciosamente la evidencia científica disponible que contradice el supuesto riesgo epidemiológico de los muertos. Es necesario circunscribir con precisión el tema de riesgo-exposición, para lo cual analizaremos los diferentes escenarios en que se podría desarrollar esta relación:

- cadáveres que pudieran transmitir o no los gérmenes que causaron la muerte de esa persona o animal;
- cadáveres que pudieran transmitir o no gérmenes a pesar de que la causa de muerte no hubiera sido infecciosa, y
- cadáveres que pueden indirectamente ser responsables de un aumento en el índice de enfermedades, ya sea por efectos sobre el ambiente (cremación o entierro), efectos sobre la salud mental de los sobrevivientes o personal de rescate o la excesiva atención con recursos humanos, financieros y materiales hacia el manejo de los cadáveres en desmedro de la atención a los vivos.

Finalmente, examinaremos la relación que existe entre los cadáveres humanos y animales con el medio ambiente, la posibilidad de que este último se afecte por la presencia de gran cantidad de cuerpos, los pasos que se deben seguir para evitar un deterioro del entorno natural de la zona afectada y los cuidados que se deben tener para la correcta disposición de los cadáveres de animales, sin importar su tamaño o número.

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