Las humanas huellas de los koalas

Publicado en Dactiloscopía

Las humanas huellas de los koalas

Resumen: Las huellas dactilares (dermatoglyphes) consisten en patrones formados por líneas paralelas sobre la piel desnuda de la mano. Son típicos de los primates superiores, pero se producen esporádicamente en otros mamíferos. Recientemente hemos observado la presencia de dermatoglyphes, macroscópicamente y microscópicamente similares a los de los seres humanos, en los dedos y dedos de los pies del árbol de escalada marsupial cinereus Phascolarctus. Presencia de dermatoglyphes casi idénticos en los linajes de los mamíferos en evolución por separado para al menos 70 millones de años, pero se adapta a la escalada y captar, indica que las regularidades de adaptación puede ser una característica común del proceso evolutivo.

Que las superficies de palmas, plantas, dígitos, y las colas a veces prensil de los primates están cubiertos con las crestas papilares organizados en patrones complejos "dermatoglífico" es bien conocida. Crestas dérmicas también ocurren de forma esporádica en primate especies de mamíferos (Okajima, 1991). Los patrones para imprimir de forma cutánea crestas durante la vida intra-uterina, y son conocidos por ser altamente heredable (Loesch y Przybyla, 1988). Las interpretaciones de los orígenes evolutivos y el significado funcional de los modelos de crestas dérmicas son todavía materia de debate. Interpretación de la presencia de dermatoglyphes en muy diversos linajes de los mamíferos puede ayudar a resolver el debate. A principios de los autores informaron de que dermatoglifos no están presentes en los koalas (Dankmeijer, 1938; Okajima, 1991).

Koalas (cinereus Phascolarctos) son miembros de un sub-marsupial Vombatiformes orden, y como su nombre indica, están estrechamente relacionados con wombats. Koalas, con un peso de 4 a 12 kg, se alimentan de escalada en vertical en la ramas más pequeñas de los árboles de eucalipto, llegar, cogiendo un puñado de hojas y llevarlos a la boca.

En un continuo estudio de la anatomía comparativa que hemos observado en los koalas crestas térmicas muy similares en su morfología microscópica, la organización de los patrones y la singularidad patrón a un individuo, a los de los seres humanos (Figuras 1 y 2). Crestas eran invariablemente presente en una veintena de individuos examinados, ya sean hombres, mujeres o menores de edad. En contraste con la mayoría de los primates superiores, sólo una parte de la piel desnuda en las manos, los pies y los dedos de los koalas está cubierta con crestas. La pantalla resto "verrugas" elevaciones de la epidermis aproximadamente circular. Esto es similar al observado en un acuerdo prosimios (Cummins y Midlo, 1961). Normalmente los marsupiales y los euterios tienen áreas de la piel desnuda en las porciones distales de las extremidades cubiertos exclusivamente por las verrugas (Dankmeijer, 1938; Whipple, 1904).

Figure 1

Figura 1. Huellas de los dedos de tinta estándar de terceros dígitos derecho manual de un koala adulto (izquierda) y un adulto humano (derecha).

 

Figure 2

Figure 2. Scanning electron microscope images of epidermis covering fingertips of the same koala (upper) and the same human (lower) as in Figure 1. Slight differences in the texture of epidermal surface may be due to the koala being observed several hours after death, while the human was alive. The scale bar represents 0.5 mm..

Lo más sorprendente es que no se supo hasta 1996, cuando un científico australiano llamado Maciej Henneberg se dió cuenta de ello. Aunque gracias a una pequeña anécdota y al sensacionalismo al que estamos acostumbrados en casi todos los medios de comunicación, la noticia no tardó en correr de lado a lado del país. La anécdota fue ésta:

El ancho de las crestas papilares, su forma, el tamaño en general y el patrón es el mismo… Tengo una colega que es especialista en la genética de las crestas papilares en humanos y huellas dactilares. Le mostré dos imágenes con huellas dactilares, una de un humano y otra de un koala, sin decirle cual era de cada uno. Cuando le dije que eligiera la huella humana, señaló sin dudar a la del koala.

Como imaginarán, la anécdota era jugosilla para la prensa. A ver si adivinan cómo terminaron bordando la historia. Pues, con sensacionalismo, como no, ya se sabe que las noticias tienen que vender:

La revelación fue rápidamente acogida por la prensa, que felizmente anunció que las huellas humanas dejadas en una escena de un crimen podrían deberse fácilmente a un koala […]

Sean sinceros, seguro que lo veían venir.

Por supuesto, cosas tan superfluas como que hay entre 100.000 y 500.000 koalas que habitan en bosques, que pasan casi toda su vida en los árboles, que son animales tímidos que no buscan el contacto humano y que la mayoría de crímenes se cometen en áreas urbanas es algo que no importa. Pero, cuidado, ya saben que si están en una escena del crimen en Australia y detectan huellas que creen humanas, piensen por un momento que podrían tratarse “fácilmente” de un adorable koala que le dió por bajarse del árbol y buscar calor y sangre humanos.

En fin, lejos del sensacionalismo de fondo, el hecho tiene su interés evolutivo. Y es que nos demuestra como especies tan distantes como los humanos y los koalas pueden tener unas características concretas tan similares. Un ejemplo de evolución convergente, donde dos especies diferentes, en diferentes zonas del mundo desarrollan las mismas características físicas con un mismo fin, que es la de asegurar un mayor agarre y un menor deslizamiento a la hora de sujetar objetos o trepar a los árboles. Por ejemplo, la aleta superior de los delfines y los tiburones sería otro hecho indicativo de evolución convergente.

Por supuesto, los creacionistas, también conocidos como los defensores del Diseño Inteligente (AKA IDiotas) , tan originales y especiales ellos, dijeron que eso invalidaba la teoría de la evolución. Porque si de verdad hubiera existido esta evolución, humanos y koalas, especies tan diferentes, evolutivamente hablando, no deberían haber conservado las mismas huellas dactilares cuando algunos tipos de monos, más cercanos a nosotros, no las poseen. Parece ser que su explicación irrefutable es que Dios creó las koalas a su imagen y semejanza, pero sólo en las huellas. El pack completo ya nos lo llevamos nosotros.

Por cierto, si me permiten, yo también quiero hacer la prueba, para ver si saben distinguir la huella de un koala a la de un humano. Simple curiosidad por ver los resultados. El próximo día les doy la respuesta.

MACIEJ HENNEBERG,* KOSETTE M. LAMBERT, CHRIS M. LEIGH
Department of Anatomical Sciences, University of Adelaide, Adelaide, SA 5005, Australia, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Fuente: http://naturalscience.com/ns/articles/01-04/ns_hll.html

FACEBOOCK